La crucifixi¨®n de las ONG
Las organizaciones no gubernamentales suelen producir urticaria a los pol¨ªticos
Las organizaciones no gubernamentales (ONG) suelen producir urticaria a los pol¨ªticos por muchas razones. Les resultan inc¨®modas, entrometidas, cr¨ªticas y dif¨ªcilmente controlables. En suma, son intervenciones de la sociedad civil que atentan contra el monopolio sobre los asuntos p¨²blicos que desean ejercer los grupos en el poder. No es casual que los gobiernos autoritarios conduzcan poco menos que una guerra constante contra la actividad de estas asociaciones. Vladimir Putin prohibi¨® en 2005 que las ONG rusas recibieran fondos internacionales en su intento por acotar a los activistas de derechos humanos y a los grupos en favor de pr¨¢cticas democr¨¢ticas. En agosto de este a?o el Gobierno acus¨® a Madres de Soldados de San Petersburgo de constituir un agente extranjero: es un grupo que busca informaci¨®n sobre los soldados rusos que han sido muertos o lesionados en Ucrania. En Venezuela son conocidos los esfuerzos de Ch¨¢vez y de Maduro a lo largo de los a?os para sacar de la arena p¨²blica todas las ONG que no sean las suyas.
En M¨¦xico la hostilidad en contra de las organizaciones no afiliadas al sistema ha ido en aumento
En M¨¦xico la hostilidad en contra de las organizaciones no afiliadas al sistema ha ido en aumento. En algunas regiones de la peor manera: mediante el simple expediente de asesinar activistas, amedrentar empleados y saquear oficinas de las pocas asociaciones civiles que trabajan en favor de los derechos humanos. Luego del asesinato de quince balazos de Sandra Luz Hern¨¢ndez, ocurrido el 12 de mayo de 2014 en Sinaloa, la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en M¨¦xico (RNDDHM) public¨® una lista de 35 mujeres activistas asesinadas o desparecidas en los dos a?os anteriores.
Las agresiones abiertas y veladas en contra de las ONG constituyen una cruzada absurda?
Mucho m¨¢s sutil, pero igualmente da?ina, resulta la agresi¨®n econ¨®mica que se ejerce en contra de las finanzas de las ONG en M¨¦xico. En los ¨²ltimos a?os ha disminuido la asignaci¨®n de fondos p¨²blicos a las asociaciones civiles que operan en el pa¨ªs en materia de salud. El Estado escamotea recursos a orfanatos, centros de salud para sectores marginales, casas de protecci¨®n a mujeres golpeadas y una infinidad de organizaciones filantr¨®picas destinadas a llenar vac¨ªos en la cobertura oficial.
Adem¨¢s del recorte de recursos p¨²blicos, o el uso de los mismos con criterios pol¨ªticos electorales, la agresi¨®n en contra de las ONG es de car¨¢cter fiscal. Hacienda ha convertido en una v¨ªa poco menos que intransitable los tr¨¢mites exigidos a una organizaci¨®n para poder recibir donaciones deducibles de impuestos. Esto provoca la asfixia de las ONG, pues les imposibilita el acceso al financiamiento de los particulares.
El caso del Centro de Atenci¨®n a V¨ªctimas de Canc¨²n, CIAM, fundado por Lydia Cacho, es ilustrativo de esta agresi¨®n velada. Cerr¨® luego de diez a?os de acoger y apoyar a miles de mujeres y ni?os afectados por la violencia de g¨¦nero. El CIAM se convirti¨® en una instituci¨®n clave en Canc¨²n. La ausencia de redes familiares en un puerto tur¨ªstico cuya poblaci¨®n ha llegado de otras partes del pa¨ªs convirti¨® a este centro en una instituci¨®n clave en la comunidad. Mujeres violentadas y sus hijos, carentes de apoyos de hermanos o padres, pod¨ªan refugiarse durante meses en el CIAM y recibir apoyo psicol¨®gico, jur¨ªdico y facilidades para reinsertarse en la vida econ¨®mica y hacerse autosuficientes. Cientos de vidas fueron salvadas de ese modo, miles de ni?os tuvieron la posibilidad de convertirse en adultos diferentes y romper el cruel c¨ªrculo de la violencia transmitida de generaci¨®n en generaci¨®n. Incapaz de poder financiar su operaci¨®n, el CIAM tuvo que cerrar sus puertas hace dos a?os.
Como el CIAM, cientos de ONG est¨¢n a punto de colapsarse a todo lo largo del territorio nacional. El tema es preocupante porque muchas de estas organizaciones son incapaces de continuar con actividades que sol¨ªan subsanar las ausencias y vac¨ªos del Estado en materia social. Ya no digamos aquellas que trabajan a contrapelo de la pol¨ªtica oficial en materia de ecolog¨ªa, derechos humanos, pr¨¢cticas democr¨¢ticas, transparencia y rendici¨®n de cuentas.
Se han fortalecido los programas institucionales, canalizados a trav¨¦s de la burocracia, y desalentado todo gasto que no est¨¦ directamente controlado por el aparato pol¨ªtico. En un esfuerzo por monopolizar esta agenda, el gobierno ha buscado fundar instituciones propias para atender temas urgentes de derechos civiles, como las oficinas y fiscal¨ªas especiales (de defensa contra agresiones a la mujer, ataques a periodistas, programas para discapacitados, etc.). Por lo general se convierten en cascarones vac¨ªos, sin recursos jur¨ªdicos ni voluntad pol¨ªtica real para ejercer sus tareas.
El Gobierno dif¨ªcilmente podr¨¢ encarar los problemas estructurales que aquejan al pa¨ªs sin una participaci¨®n decidida de la sociedad civil. Hace tiempo que la globalizaci¨®n y la complejidad social y econ¨®mica quitaron al Estado el monopolio del poder. Las agresiones abiertas y veladas en contra de las ONG constituyen una cruzada absurda y, en ¨²ltima instancia, in¨²til aunque muy da?ina.
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