Ir¨¢n atribuye el auge del Estado Isl¨¢mico a errores estrat¨¦gicos de EE UU
Adversarios y aliados de Washington plantean objeciones a la estrategia del presidente Obama
Ninguna negativa, pero pocos aplausos. Nadie ha respondido a Obama con un no rotundo a la petici¨®n de una coalici¨®n internacional contra el Estado Isl¨¢mico, pero todo son matices y objeciones a su iniciativa.
Los discursos de los jefes de Estado y de Gobierno ante la Asamblea General de la ONU ¡ªlo m¨¢s parecido a un parlamento de la humanidad¡ª ofrecen un altavoz ¨²nico para discutir con la primera potencia mundial. Y el eco del discurso de Obama ¡ªla nueva prioridad: el terrorismo¡ª se escucha en todas las intervenciones, que empezaron el mi¨¦rcoles y terminan el 30 de septiembre.
En el parlamento que es la ONU no hay jefe de la oposici¨®n. Si lo hubiera, en los ¨²ltimos a?os, Ir¨¢n habr¨ªa sido un aspirante al puesto. El presidente iran¨ª, Hasan Rohan¨ª, acus¨® el jueves a EE UU y a sus aliados de crear las condiciones para el auge del Estado Isl¨¢mico y otros grupos.
Pero Rohan¨ª a?adi¨® que un acuerdo con las potencias occidentales sobre el programa nuclear iran¨ª en las pr¨®ximas semanas facilitar¨ªa la cooperaci¨®n en la lucha contra el terrorismo. Pese a los reproches, el tono es distinto del de su antecesor, Mahmud Ahmadineyad. En tiempos de las ¡°redes de la muerte¡± ¡ªla expresi¨®n que Obama us¨® para designar al Estado Isl¨¢mico¡ª, el ¡°eje del mal¡± del que hablaba George W. Bush, y que inclu¨ªa a Ir¨¢n, queda lejos.
El terrorismo islamista, que hace un a?o hab¨ªa desaparecido de la agenda internacional, monopoliza los discursos y debates en Nueva York. Obama, que desde que en 2009 lleg¨® a la Casa Blanca intent¨® pasar p¨¢gina de la d¨¦cada de guerra antiterrorista tras los atentados de 2001, ha definido las coordenadas del debate.
¡°Las meteduras de pata estrat¨¦gicas de Occidente en Oriente Medio, Asia Central y el C¨¢ucaso han convertido estas partes del mundo en un santuario para terroristas y extremistas¡±, dijo Rohan¨ª, un moderado que ha reabierto el di¨¢logo con EE UU tras m¨¢s de tres d¨¦cadas de ruptura de relaciones diplom¨¢ticas.
El presidente iran¨ª cit¨® la injerencia extranjera en Siria como ejemplo de error estrat¨¦gico. Ir¨¢n, la potencia chi¨ª de la regi¨®n, ha apoyado al Gobierno del alau¨ª Bachar el Asad en la guerra civil que estall¨® hace m¨¢s de tres a?os. Las potencias sun¨ªes han respaldado a la oposici¨®n, compuesta por algunas fuerzas moderadas pero tambi¨¦n por grupos afines a Al Qaeda y el Estado Isl¨¢mico.
¡°Algunas agencias de espionaje han colocado cuchillas en manos de unos locos, que ahora no dejan a nadie indemne¡±, acus¨®.
Las negociaciones sobre el programa nuclear iran¨ª pueden ser la llave que desatasque el bloqueo entre Washington y Teher¨¢n. El plazo para alcanzar un acuerdo es noviembre. Hace un a?o, Obama y Rohan¨ª hablaron por tel¨¦fono en el marco de la Asamblea General de la ONU. Los presidentes norteamericano e iran¨ª no se reunieron ni hablaron esta vez, pero el secretario de Estado, John Kerry, participa en una? ronda de negociaciones en esta ciudad junto a su hom¨®logo Mohammad Javad Zarif y la negociadora de la Uni¨®n Europea, Catherine Ashton. Los indicios de deshielo entre Washington y Teher¨¢n han provocado recelos en Israel ¡ªpa¨ªs que considera amenazada su existencia por Ir¨¢n¡ª y en los aliados ¨¢rabes de EE UU.
Ni Ir¨¢n ni el Gobierno de El Asad participan oficialmente en la ofensiva de EE UU y sus aliados ¨¢rabes contra el Estado Isl¨¢mico en Siria. Pero la confluencia de intereses es evidente. La Administraci¨®n de Obama inform¨® a Damasco y Teher¨¢n antes de lanzar los primeros ataques, pero no los coordin¨® con estos Gobiernos.
Rohan¨ª no ha sido la ¨²nica voz disonante en la ONU. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, acus¨® en su discurso a la comunidad internacional de doble lenguaje al defender o dejar desatendidas a las v¨ªctimas seg¨²n quienes sean los verdugos. El emir de Qatar, Tamim bin Hamad al Thani, miembro de la coalici¨®n que ha bombardeado al Estado Isl¨¢mico en Siria, lament¨® que los ataques no apunten tambi¨¦n al Gobierno de El Asad, enemigo de los yihadistas y aliado de Ir¨¢n. La coalici¨®n de EE UU es amplia, pero fr¨¢gil.
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