Michael Harari, oficial del Mosad
Dej¨® el espionaje activo en 1980 y muchas de sus actividades siguen en la oscuridad m¨¢s de 30 a?os despu¨¦s
¡°El James Bond sionista¡±, nada menos, titula el diario israel¨ª Haaretz la necrol¨®gica del esp¨ªa israel¨ª Mike Harari, muerto el lunes en Tel Aviv a los 87 a?os. Parte de sus peripecias como alto oficial del servicio secreto exterior Mosad pasaron al cine en M¨²nich, en la que Steven Spielberg recrea la represalia contra militantes palestinos por la muerte en 1972 de 11 deportistas israel¨ªes en los Juegos Ol¨ªmpicos de la capital b¨¢vara. El grupo Septiembre Negro mat¨® a dos de ellos durante el asalto. El resto muri¨® en las explosiones y en la balacera con la polic¨ªa de la Rep¨²blica Federal de Alemania en el aeropuerto de M¨²nich, por donde el comando palestino quer¨ªa sacarlos del pa¨ªs.
Bautizada como Ira de Dios, la larga operaci¨®n de represalia se sald¨® con el asesinato en 1973 de tres l¨ªderes de la organizaci¨®n palestina Al Fatah en Beirut y, en 1979, el del dirigente del grupo Septiembre Negro Al¨ª Has¨¢n Salam¨¦. La entonces primera ministra israel¨ª Golda Meir hab¨ªa encargado al Mosad que enviaran el mensaje de que nadie que atacara a Israel estar¨ªa a salvo de una respuesta israel¨ª. El operativo se mantuvo durante meses o a?os, en los que israel¨ª persigui¨® sistem¨¢ticamente a militantes palestinos presuntamente implicados en el ataque de M¨²nich.
En 1973, un grupo de agentes bajo la direcci¨®n de Harari asesin¨® en la ciudad noruega de Lillehammer a un joven camarero marroqu¨ª llamado Ahmed Bouchiki cuando bajaba de un autob¨²s acompa?ado de su esposa embarazada. Lo hab¨ªan confundido con Salam¨¦. La polic¨ªa noruega detuvo a seis agentes israel¨ªes. Mike Harari y el entonces jefe del Mosad, Zvi Zamir, lograron escapar a Israel. Harari present¨® entonces su dimisi¨®n ante Meir, que la rechaz¨® porque hab¨ªa ¡°mucho trabajo por hacer¡±. El diario The Times of Israel, que recog¨ªa esta semana el episodio, aventura que el fiasco que mat¨® al inocente Bouchiki cerr¨® su ascenso a la direcci¨®n del Mosad. Noruega emiti¨® una orden de detenci¨®n en 1998, que revocar¨ªa m¨¢s tarde. En una biograf¨ªa reciente, Harari se sacude la responsabilidad en el asesinato de Lillehammer.
Otras actividades de Harari siguen en la oscuridad m¨¢s de treinta a?os despu¨¦s de su desempe?o. Dej¨® el espionaje activo en 1980, pero los servicios secretos siguieron contando con su asesor¨ªa hasta mucho m¨¢s tarde. Harari fue c¨®nsul honorario de Panam¨¢ en Israel y trabaj¨® para el presiente autocr¨¢tico Manuel Noriega, detenido en 1989 tras la invasi¨®n estadounidense del pa¨ªs centroamericano. Estados Unidos conden¨® a Noriega por su colaboraci¨®n con el contrabando de coca¨ªna colombiana a gran escala.
Haaretz refiere que Israel concedi¨® una alta condecoraci¨®n a Harari en 2007 por una operaci¨®n secreta ¡°presuntamente relacionada con el programa iran¨ª de armas nucleares¡±.
El esp¨ªa naci¨® en Tel Aviv en 1927. Cuando a¨²n era menor de edad se uni¨® a los grupos jud¨ªos sionistas que precedieron a la independencia de Israel. Los brit¨¢nicos lo detuvieron en varias ocasiones por su implicaci¨®n en actividades clandestinas. En la ¨¦poca del Mandato brit¨¢nico de Palestina se implic¨® en la asistencia a la inmigraci¨®n de jud¨ªos hacia lo que ser¨ªa Israel. Seg¨²n sus bi¨®grafos, pas¨® temporadas en Marsella en 1946.
Tras la fundaci¨®n de Israel en 1948 se alist¨® en el servicio secreto interior conocido como Shin Bet, antes de pasar al ministerio israel¨ª de Asuntos Exteriores. De all¨ª lo transfirieron al Mosad, donde comenz¨® como agente de reclutamiento y mantenimiento de unidades operativas en lugares tan distantes como Etiop¨ªa.
La prensa israel¨ª contaba estos d¨ªas que Harari fue un gran aficionado a la ¨®pera y amante de Francia. Ten¨ªa una pistola Beretta (la marca que usa James Bond en las cinco primeras novelas de Ian Fleming) enmarcada sobre su piano en su casa de Tel Aviv. El ministro de Defensa, Moshe Yaalon, aclar¨® el lunes que buena parte de los m¨¦ritos de Harari permanecer¨¢n desconocidos para siempre, pero destac¨® su ¡°audacia¡± y su ¡°creatividad¡± en la resbaladiza disciplina del espionaje internacional. Dej¨® a su esposa, Pnina, dos hijos y cinco nietos.
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