La batalla por el Estado-escaparate

En las urnas de R¨ªo de Janeiro se decidir¨¢ el futuro del Estado brasile?o con mayor proyecci¨®n internacional y con la agenda m¨¢s intensa en el pr¨®ximo lustro. Los ¨²ltimos sondeos de intenci¨®n de voto en el estrat¨¦gico Estado, realizados por el Instituto Brasile?o de Opini¨®n P¨²blica y Estad¨ªstica (Ibope) a petici¨®n de TV Globo, muestran la consolidaci¨®n del actual gobernador, Luiz Fernando Pez?o (Partido del Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o ¨C PMDB), como favorito a la reelecci¨®n en una trepidante carrera que lo enfrenta al controvertido exgobernador de R¨ªo, Anthony Garotinho, del Partido de la Rep¨²blica (PR), al senador y exministro de Agricultura y Pesca, Marcelo Crivella, del Partido Republicano Brasileiro (PRB,) y al senador Lindbergh Farias, del Partido de los Trabajadores (PT).

Pez?o, de perfil discreto y aires de bonach¨®n, sucesor natural del ya exgobernador Sergio Cabral, quemado pol¨ªticamente en R¨ªo tras un rosario de acusaciones de corrupci¨®n, comenz¨® la carrera electoral detr¨¢s de Garotinho y Crivella, ambos apoyados por el poderoso aparato de las iglesias neopentecostales y con una fuerte proyecci¨®n en los segmentos sociales de menor renta. Sin embargo, los ¨²ltimos sondeos le adjudican el 31% de intenci¨®n de voto, seguido por Garotinho (24%), Crivella (16%) y Lindbergh (9%). Todo apunta por tanto a la celebraci¨®n de una segunda vuelta disputada entre el actual gobernador y Garotinho. En ese escenario, las proyecciones tambi¨¦n le dan la victoria a Pez?o, que aglutinar¨ªa el 46% del voto frente al 31% de su adversario.

El resultado de la disputa por el Gobierno de R¨ªo de Janeiro ser¨¢ crucial para la imagen internacional de Brasil. La organizaci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos que deber¨¢n celebrarse en este Estado en 2016 recaer¨¢ en gran medida sobre el Ejecutivo de R¨ªo y sobre la alcald¨ªa de la ciudad. M¨¢s all¨¢ del evento deportivo, los hallazgos petrol¨ªferos en el denominadopresal, el tesoro submarino escondido a m¨¢s de seis kil¨®metros de profundidad con uno de sus epicentros en las aguas fluminenses, han desencadenado un fort¨ªsimo debate sobre el reparto del dinero que genere el preciado crudo. Ge¨®logos y analistas pronostican que en los pr¨®ximos seis a?os se alcanzar¨¢ el nivel m¨¢ximo de bombeo, de manera que el nuevo Gobernador tendr¨¢ que demostrar su capacidad de gesti¨®n en un escenario a priori prometedor, pero que tambi¨¦n podr¨ªa mutar en un gran dolor de cabeza.

La organizaci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos recaer¨¢, en gran medida, sobre el Ejecutivo de R¨ªo y sobre la alcald¨ªa de la ciudad

R¨ªo es adem¨¢s el Estado que registra el Producto Interior Bruto (PIB) m¨¢s elevado de Brasil (algo m¨¢s del 11%) despu¨¦s del rico Sao Paulo (31%), y el tercer estado en n¨²mero de electores, despu¨¦s de Sao Paulo y Minas Gerais.

La propuesta de Pez?o es de continuidad de la gesti¨®n anterior y su campa?a gira en torno a los ¨¦xitos del Gobierno de Sergio Cabral, principalmente en todo lo relativo a la pol¨ªtica de seguridad p¨²blica articulada por el secretario Jos¨¦ Mariano Beltrame. La expansi¨®n de las Unidades de Polic¨ªa Pacificadora (UPP) por la favelas cariocas arroj¨® en sus primeros a?os plausibles resultados, aunque varios analistas se?alan que el modelo est¨¢ en v¨ªas de desgaste y que necesita una nueva vuelta de tuerca. El candidato del PMDB vende tambi¨¦n como logros de su Gobierno la expansi¨®n del metro de R¨ªo y un rosario de obras p¨²blicas que en realidad contin¨²an inacabadas en su mayor¨ªa.

Frente a Pez?o se sit¨²an dos candidatos de perfiles similares: Garotinho y Crivella, que tienen su semillero de votos en el interior del Estado de R¨ªo, en ¨¢reas deprimidas donde las iglesias evang¨¦licas tambi¨¦n tienen sus bastiones principales. ¡°Garotinho tiene un suelo electoral muy alto y un tipo de votante bien definido: de baja renta, reducida escolaridad y que vive de interior. Pero tambi¨¦n tiene un techo muy bajo, resultado del intenso rechazo que provoca en el electorado de la capital, tanto en la poblaci¨®n de alta renta como en la clase media. Puede ser competitivo en una primera vuelta, pero en la segunda est¨¢ destinado a desinflarse¡±, explica Felipe Borba, polit¨®logo de la Unirio. No cabe duda de que Garotinho juega con dos elementos en su campa?a que en realidad le suponen un arma de doble filo: por un lado, su discurso de tintes populistas y su condici¨®n de l¨ªder espiritual de la iglesia evang¨¦lica lo convierten en un candidato amado u odiado, pero no tibio. En segundo lugar, su gesti¨®n como gobernador de R¨ªo (1999-2002) cuenta con una buena valoraci¨®n entre los m¨¢s pobres y al mismo tiempo evoca a una suerte de pesadilla entre las clases media y alta.

Garotinho juega con dos elementos: su discurso de tintes populistas y su condici¨®n de l¨ªder espiritual de la iglesia evang¨¦lica

Por su parte, el PT parece enfrenta a un sonado fracaso electoral en R¨ªo. Su candidato a gobernador aun no ha conseguido despegar en las encuestas, en buena medida por las desavenencias y la falta de sinton¨ªa entre las c¨²pulas del partido en los ¨¢mbitos federal y estatal. El presidente de la formaci¨®n en R¨ªo y alcalde de la localidad costera de Maric¨¢, Washington Quaqu¨¢, forz¨® hace un a?o la ruptura de la alianza que el PT manten¨ªa con el gobernante PMDB de Sergio Cabral y anunci¨® que su partido se presentar¨ªa en R¨ªo con un candidato propio. Esto acab¨® teniendo un impacto negativo para el propio PT a varios niveles, incluso en el apoyo que el PMDB (la mayor fuerza pol¨ªtica de Brasil) le ven¨ªa prestando a Dilma Rousseff en su candidatura a la reelecci¨®n. Para empeorar las cosas, la actual presidenta decidi¨® no apoyar a Lindbergh m¨¢s all¨¢ de lo estrictamente necesario, hasta el punto de que cuesta encontrar diferencias entre el apoyo prestado por la presidenta a su compa?ero de siglas y a su rival, el Luiz Fernando Pez?o. ¡°El tiro le ha salido al PT por la culata ya que, tras lanzar a Lindbergh al ruedo electoral, este contin¨²a con una candidatura muy debilitada que no despega. La jugada tambi¨¦n ha sido mala para Dilma Rousseff, que no parece repetir en R¨ªo el desempe?o de las ¨²ltimas elecciones. Un movimiento que pretend¨ªan aumentar la presencia del PT en Rio ha terminado resultando en lo contrario¡±, opina Borba.