¡°La mayor frustraci¨®n ha sido no hallar los cad¨¢veres de la dictadura¡±

La dictadura militar brasile?a (1964-1985) persigui¨®, tortur¨® y asesin¨® a ciudadanos que luchaban contra el r¨¦gimen. Investigar y documentar esos abusos es el principal objetivo del abogado y profesor universitario Pedro Dallari (S?o Paulo, 1959) como miembro y coordinador de la Comisi¨®n Nacional de la Verdad (CNV), que inici¨® sus trabajos en 2012, impulsada por la presidenta Dilma Rousseff. Dallari ha estado en Madrid esta semana para participar en una conferencia en Casa Am¨¦rica sobre las elecciones en Brasil. Asegura que el reto de la comisi¨®n antes de que expire su mandato en diciembre ¡ªcuando debe entregar un informe final¡ª es ¡°dialogar con los militares para que reconozcan los abusos cometidos¡±. Una comisi¨®n anterior cifra en 475 los muertos y desaparecidos de la dictadura, aunque es un dato provisional.

Pregunta. ?Qu¨¦ objetivos tiene la comisi¨®n?

Respuesta. Verificar los hechos relacionados con las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura militar. Buscamos identificar las circunstancias, los autores y los lugares. Pero no tiene capacidad jur¨ªdica, es decir, la comisi¨®n no imputa, no juzga ni condena a nadie. Investigamos hechos, no cuestionamos la Ley de Amnist¨ªa. Ese papel es de la justicia y el Ministerio P¨²blico, que ya ha empezado a cuestionar la validez de esa ley.

P. Entonces, ?para qu¨¦ sirve en la pr¨¢ctica?

La ense?anza en las academias militares es igual que en el r¨¦gimen

R. Tiene tres fines estructurales: la b¨²squeda de la verdad; la promoci¨®n de la memoria; y el impulso de la reconciliaci¨®n. La verdad es un valor en s¨ª mismo. A partir de los hechos investigados, la administraci¨®n p¨²blica elige si adopta medidas judiciales. Pero la CNV s¨®lo trabaja sobre hechos, memoria. Cerca de 80 millones de brasile?os nacieron despu¨¦s del fin de la dictadura [1985]; el 80% de la poblaci¨®n naci¨® despu¨¦s del golpe de 1964. Por lo tanto, no hay una memoria fresca. Hoy estamos en la fase de reconciliaci¨®n, que consiste en dialogar con los militares para que reconozcan los abusos.

P. ?Por qu¨¦ tard¨® tanto en crearse la comisi¨®n?

R. Brasil tiene una tradici¨®n pol¨ªtica desde la proclamaci¨®n de su independencia: las transiciones se producen de manera lenta y gradual. La mayor¨ªa de las veces, sin ruptura. La CNV surgi¨® m¨¢s tarde por la presi¨®n interna ejercida por la Comisi¨®n de Muertos y Desaparecidos, creada anteriormente; y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que en la resoluci¨®n del caso Araguaia se?alaba la necesidad de crear una CNV. Las familias llevaron el caso a la Corte para que se investigara e identificara a los responsables de la represi¨®n de los miembros de la guerrilla del Araguaia. El Ej¨¦rcito no hizo prisioneros, hubo una pol¨ªtica de exterminio. A¨²n no se sabe d¨®nde est¨¢n los cad¨¢veres de 150 personas, la mitad de ellos, del caso Araguaia.

P. ?Y en qu¨¦ se diferencia de las comisiones de otros pa¨ªses?

R. La CNV fue instituida por ley, votada en el parlamento y sancionada por la presidenta Rousseff. En otros pa¨ªses, surgi¨® con un decreto o una acci¨®n del Gobierno. El hecho de que la CNV proceda de una ley le da autoridad. Se caracteriza por ser un ¨®rgano del Estado, y no de un Gobierno.

P. Muchos la acusan de querer contar solo un lado de la historia.

No creemos que se hayan perdido documentos como dice el Ej¨¦rcito

R. Tenemos un mandato: investigar los abusos contra los derechos humanos llevados a cabo por el Estado. Los movimientos de contestaci¨®n ya fueron investigados en la ¨¦poca. Los l¨ªderes no tuvieron un proceso legal, sino que fueron torturados y ejecutados. El hecho de que haya un n¨²mero menor de muertos que en otras dictaduras es porque el sistema represivo era m¨¢s selectivo, se mat¨® de manera m¨¢s cient¨ªfica. No se trata de hacer un ranking.

P. ?Cu¨¢les son los principales logros?

R. Hemos probado que los graves abusos en la dictadura fueron resultado de una pol¨ªtica de Estado. No fueron casos puntuales, como argumentan los militares. Ellos aseguran que siempre estuvieron en contra de la violaci¨®n de los derechos humanos, y eso no es verdad. La CNV lo documenta de forma muy precisa, por eso se sienten increpados y presentan una resistencia muy fuerte.

P. ?C¨®mo ha sido la relaci¨®n con ellos?

R. Tenemos muy buena relaci¨®n institucional con Celso Amorim, el ministro de Defensa. Somos un ¨®rgano del Estado, no una ONG. Los militares formalmente colaboran y nosotros no les presionamos. Pero la ley nos obliga a elaborar un informe final en el que tenemos que presentar hechos y recomendaciones. Por ejemplo, la ense?anza en las academias militares es la misma del periodo de la dictadura. Tenemos que subrayar el tema de los derechos humanos, el papel constitucional de las fuerzas armadas en una sociedad democr¨¢tica... Pero para ello, es necesario que reconozcan qu¨¦ hicieron, para que respalden el informe y, por fin, podamos seguir adelante. Y hemos tenido muchas dificultades. No es una cuesti¨®n moral o de venganza, sino que, como nunca se investigaron esos abusos, todav¨ªa hay mucha tortura. ?Determinadas pr¨¢cticas contin¨²an!

P. ?Se trata tambi¨¦n de hacer una reflexi¨®n sobre las actuales instituciones?

R. ?Por supuesto! ?Qu¨¦ ha sido el caso Amarildo [de 2013]? Amarildo era un obrero que fue detenido por la Polic¨ªa Militar de R¨ªo de Janeiro en una favela, fue llevado a una comisar¨ªa, fue brutalmente torturado, ejecutado, y su cad¨¢ver desapareci¨®. Es como el caso Rubens Paiva [de 1971].

P. ?Cu¨¢l ha sido la mayor frustraci¨®n de la CNV?

R. No hemos podido hallar los cad¨¢veres desaparecidos. Es nuestra principal dificultad, porque no hemos podido acceder a diversos documentos. Los militares argumentan que los papeles fueron quemados o perdidos. No lo creemos.

P. ?C¨®mo mejorar esa relaci¨®n?

R. Hemos explicado a los actuales mandos que no son responsables de lo que pas¨® y que las fuerzas armadas son muy importantes para la sociedad, que ha invertido mucho, sobre todo en el proyecto de submarinos nucleares. La sociedad apoya a las fuerzas armadas. Es necesario que haya una colaboraci¨®n. Solemos decir que hay cuatro fases: la primera, rechazar que hubo abusos; la segunda, no negarlos; la tercera, reconocerlos; y la cuarta, pedir disculpas. Estamos entre la primera y la segunda. Hace poco nos enviaron un documento, firmado por el ministro de Defensa (que ha tenido un papel muy importante), en el que afirmaban ¡°no poder negar los hechos¡±. Fue muy positivo, pero no es suficiente. Reconocerlos es el mejor ant¨ªdoto para que no se repitan. Eso est¨¢ en la ley: la CNV debe adoptar medidas para que lo que ocurri¨® no se repita. Vamos a insistir en ese punto hasta el momento final.