Canad¨¢ quiere reforzarse ante el terror sin sacrificar su modelo
El Parlamento retoma su actividad sin disputas al d¨ªa siguiente del atentado mientras los ciudadanos se preguntan qu¨¦ pas¨®
La pradera frente al Parlamento de Canad¨¢, en Ottawa, presentaba este jueves un aspecto ins¨®lito: vac¨ªa, sin m¨¢s presencia en la zona que la de diputados, periodistas y polic¨ªa. All¨ª, en este parque que los canadienses usan como lugar de recreo, se juega la respuesta de este pa¨ªs a una semana en que el terrorismo le ha golpeado en su n¨²cleo m¨¢s sagrado: sus parlamentarios y sus soldados.
?Seguir¨¢ cerrada la pradera para evitar nuevos atentados? ?O la anomal¨ªa terminar¨¢ pronto y los ciudadanos volver¨¢n a divertirse frente al edificio donde reside la soberan¨ªa popular?
¡°Espero que la colina parlamentaria siga siendo accesible a los canadienses, que puedan jugar al bal¨®n en el c¨¦sped frente al Parlamento, que no nos convirtamos en una sociedad entre rejas¡±, dice St¨¦phane Dion, parlamentario del Partido Liberal, formaci¨®n que lider¨® entre 2006 y 2008.
El consenso entre pol¨ªticos e intelectuales consultados por EL PA?S tras los atentados es amplio: reforzar las medidas antiterroristas, como el primer ministro, el conservador Stephen Harper, anunci¨® que har¨ªa, s¨ª, pero sin hipotecar el modelo de Canad¨¢, una sociedad m¨¢s relajada ante la seguridad que el vecino del sur, Estados Unidos, y orgullosa de su convivencia multicultural.
¡°De la misma manera que las bombas en Madrid cambiaron Espa?a, estoy seguro de que el ataque en Ottawa cambiar¨¢ Canad¨¢, pero lo superaremos y la vida continuar¨¢¡±, dice Michael Ignatieff, intelectual canadiense de referencia y l¨ªder del Partido Liberal entre 2009 y 2011. ¡°Tenemos a una serie de individuos bajo vigilancia, y esta vigilancia aumentar¨¢. La seguridad se reforzar¨¢ en instalaciones clave, incluido el Parlamento, pero ciertamente espero que esto no erosione nuestras libertades ni nos disuada de estar junto a nuestros aliados contra el Estado Isl¨¢mico¡±.
Espero que esto no erosione nuestras libertades ni nos disuada de estar junto a nuestros aliados contra el Estado Isl¨¢mico"
Michael Ignatieff, intelectual canadiense y l¨ªder del Partido Liberal entre 2009 y 2011
El lunes pasado, en Saint-Jean-de-Richelieu, en la provincia franc¨®fona de Quebec, el soldado Patrice Vincent muri¨® despu¨¦s de que Martin, Ahmad, Couture-Rouleau le atropellase. El mi¨¦rcoles, Michael Zehaf-Bibeau mat¨® al soldado Nathan Cirillo, que custodiaba el monumento a los ca¨ªdos, cerca del Parlamento, en la capital, Ottawa. Despu¨¦s Zehaf-Bibeau entr¨® en el Parlamento. Ambos agresores eran ciudadanos canadienses, hab¨ªan mostrado afinidades con el yihadismo m¨¢s violento, eran conocidos por las autoridades y murieron tiroteados. La polic¨ªa asegur¨® que Zehaf-Bibeau, que esperaba viajar a Siria, actu¨® solo, y que no hay conexi¨®n entre ambos atentados.
El debate es doble. Primero, ?por qu¨¦ las autoridades no detectaron el peligro? ?Qu¨¦ fall¨® en los servicios de inteligencia? El segundo debate es entre la seguridad y la libertad. No es nuevo: Estados Unidos lo afront¨® tras los atentados de 2001, como buena parte del mundo occidental. Incluida Canad¨¢. Pero Canad¨¢ ¡ªla otra Am¨¦rica del Norte: m¨¢s pac¨ªfica, m¨¢s multilateral, m¨¢s europea¡ª siempre intent¨® preservar su modelo. En Canad¨¢, un pol¨ªtico pod¨ªa pasearse por la calle sin necesidad de ir rodeado de un pelot¨®n de agentes de seguridad. Visitar el Parlamento exig¨ªa pasar por un detector de metales, pero los turistas pod¨ªan moverse con bastante tranquilidad y no todos los accesos dispon¨ªan de vigilancia armada. El modelo canadiense tambi¨¦n es el del respeto a la otra cultura: aqu¨ª no se fuerza la integraci¨®n del inmigrante.
Harper cree que los episodios de esta semana demuestran la necesidad de reforzar las pol¨ªticas antiterroristas
El diputado Paul Dewar es el portavoz de pol¨ªtica exterior del progresista Nuevo Partido Democr¨¢tico (NDP), el principal grupo de la oposici¨®n. Dewar representa a un distrito en Ottawa. Cree que los ataques servir¨¢n para entender mejor que la amenaza terrorista interna no es un asunto lejano que concierne a los europeos pero no a los canadienses. ¡°Dicho esto ¡ªa?ade¡ª debemos ser inteligentes y mostrarnos tranquilos y sobrios en nuestra respuesta¡±.
En la primera sesi¨®n parlamentaria tras el ataque ¡ªun signo de que la clase pol¨ªtica deseaba volver cuanto antes a la normalidad¡ª no hubo espacio para la disputa. Pero se esbozan los contornos del futuro debate entre un Gobierno que ya en el pasado ha hecho bandera de la ley y el orden y una oposici¨®n inclinada a la defensa de las libertades individuales.
St¨¦phane Dion se encontraba en su despacho de la quinta planta del Parlamento cuando empez¨® el tiroteo en la primera. Los hechos ocurrieron a las diez de la ma?ana. Dion y sus colaboradores se atrincheraron en el despacho. No salieron hasta pasadas las tres, cuando los agentes de seguridad los trasladaron a otra sala con m¨¢s parlamentarios, hasta las ocho.
¡°Los espa?oles pueden imaginarlo f¨¢cilmente porque les ha ocurrido y han tenido violencia pol¨ªtica incluso en la historia reciente¡±, dice Dion. ¡°Puede imaginarse. Pero ahora lo hemos vivido. Para los canadienses no es una buena noticia¡±.
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