La crisis educativa, en el centro de la campa?a electoral en Uruguay
El presidente Jos¨¦ Mujica reconoci¨® que la degradaci¨®n de la ense?anza es uno de sus principales fracasos
El 84% de los alumnos uruguayos estudia en centros p¨²blicos, sean colegios, institutos de secundaria o Universidades, toda una excepci¨®n en Am¨¦rica Latina, donde la ense?anza fue privatizada a partir de los a?os setenta. Curiosamente, cuando pa¨ªses como Chile vuelven al modelo p¨²blico, se cumplen nueve a?os de Gobiernos de izquierdas y el pa¨ªs disfruta de una bonanza econ¨®mica, ha estallado con fuerza una crisis en la educaci¨®n uruguaya, con se?ales que indican el fracaso de todo un modelo.
El modelo es una tradici¨®n que arranca desde el siglo XIX, la escuela gratuita, obligatoria y laica, dise?ada para un pa¨ªs de corte social que todav¨ªa tiene las menores desigualdades de Am¨¦rica Latina. Las se?ales de fracaso son en realidad datos: las ultimas pruebas PISA mostraron que en el 2012 el desempe?o de los alumnos hab¨ªa retrocedido en relaci¨®n al 2003; adem¨¢s, s¨®lo el 37% de los alumnos uruguayos terminan la educaci¨®n media, cuando en Brasil ese porcentaje supera el 70% y en Argentina, el 60%. Miles de j¨®venes han dejado el sistema, ni estudian ni trabajan.
El presidente Jos¨¦ Mujica ha reconocido p¨²blicamente que la educaci¨®n ha sido su principal fracaso, una brecha por la cual se ha colado la oposici¨®n en esta campa?a electoral: la ense?anza es junto con la inseguridad una de las principales preocupaciones de la poblaci¨®n. As¨ª, el debate educativo, que era un lodazal, se ha convertido en un aut¨¦ntico campo de batalla.
Graciela Bianchi, aut¨¦ntica francotiradora de la pol¨ªtica uruguaya, exintegrante del Frente Amplio y ahora uno de los referentes de educaci¨®n del Partido Nacional, asegura: ¡°hemos tocado fondo. Llegamos en 2005 con mucho dinero, con muchas ilusiones, pero en realidad no hab¨ªa proyecto y s¨ª un enfrentamiento interno en el Frente Amplio que provoca un bloqueo constante. En el Gobierno de Mujica se agrav¨® esa dicotom¨ªa entre sectores radicales y sectores moderados que hacen de la educaci¨®n un campo de poder. Los sectores radicales, que se quedaron con la educaci¨®n en ese reparto de ministerios, no s¨®lo no tienen proyecto sino que no tienen gente formada como para hacer frente a los desaf¨ªos¡±. La rebelde Bianchi, convertida ahora en la pesadilla de las autoridades educativas, trat¨® de fundar una especie de rep¨²blica independiente sin cuota pol¨ªtica en el Instituto de Secundaria que dirig¨ªa, el Liceo Bauz¨¢ de Montevideo. Sus medidas para controlar la asistencia de los alumnos y aumentar el nivel de exigencia tuvieron amplio eco social, pero tambi¨¦n generaron una enorme pol¨¦mica que s¨®lo termin¨® cuando se tuvo que jubilar.
Durante sus dos mandatos sucesivos de Gobierno, la principal pol¨ªtica del Frente Amplio consisti¨® en mejorar el gasto educativo y las remuneraciones de los profesores, que desde la dictadura (1973-1984) hab¨ªan quedado totalmente sumergidas. Actualmente Uruguay invierte un 4,7% de su PIB en educaci¨®n, un logro que data apenas del 2008 y que no llega a los niveles de gasto de sus vecinos, Argentina y Brasil. El incremento de los sueldos de los profesores ha sido de un 155% en primaria y de un 129% en secundaria. Los sindicatos de la ense?anza han sido se?alados por todos los partidos como los culpables del retroceso educativo por su constante resistencia a los cambios. Ciertamente, su imagen social est¨¢ deteriorada, en parte por las constantes huelgas que hacen perder d¨ªas de clase.
Jos¨¦ Olivera, secretario general de FENAPES, el sindicato de los profesores de secundaria, clama: ¡°los sindicatos de profesores nos hemos convertido en el chivo expiatorio de los pol¨ªticos uruguayos. En realidad, nuestro problema es que hay una concepci¨®n de la educaci¨®n como pol¨ªtica de partido y no de Estado. Hay que terminar con el reparto de cargos y avanzar hacia un modelo de autonom¨ªa, como es el caso de las Universidades¡±.
Las familias de clase media uruguayas se est¨¢n volcando cada vez m¨¢s hacia los centros de ense?anza privada, que florecen en ciudades como Montevideo a pesar de sus matr¨ªculas prohibitivas. En esta campa?a electoral los candidatos aseguran que en los pr¨®ximos cinco a?os la prioridad ser¨¢ mejorar la capacitaci¨®n de los docentes, renovar los locales vetustos de los colegios y reformar los programas. Pero tambi¨¦n ganan terreno propuestas para incentivar la presencia cada vez mayor de centros privados, una peque?a contrarevoluci¨®n en el pa¨ªs que durante d¨¦cadas se jact¨® de tener el mejor sistema p¨²blico de Am¨¦rica Latina.
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