Dilma Rousseff, reelegida por un estrecho margen

Dilma Rousseff, de 66 a?os, del Partido de los Trabajadores (PT), exguerrillera contra la dictadura en su juventud, eficiente ministra de Minas y Energ¨ªa con Lula y presidenta de la s¨¦ptima econom¨ªa del mundo en los ¨²ltimos cuatro a?os, gobernar¨¢ Brasil otros cuatrienio a partir del 1 de enero de 2015. Ha ganado por un ajustad¨ªsimo margen, apenas por tres millones de votos en un pa¨ªs en el que ten¨ªan derecho de sufragio 146 millones de ciudadanos. Fue necesario, pues, recontar casi hasta la ¨²ltima papeleta para asegurar el resultado y dar la noticia. Con el 100% de los votos escrutados, Rousseff obtuvo el 51,64% contra el 48,36% sumado por su oponente, el liberal A¨¦cio Neves, del Partido de la Socialdemocracia Brasile?a (PSDB). Esos poco m¨¢s de tres puntos son la diferencia m¨¢s corta registrada en unas elecciones presidenciales desde el final de la dictadura en Brasil, en 1985.

Como se preve¨ªa, los m¨¢s pobres y atrasados Estados del Norte y del Nordeste, como Bah¨ªa o Pernambuco, votaron en bloque a Rousseff. Los Estados del sur, m¨¢s ricos e industrializados, con una poblaci¨®n con m¨¢s recursos, como el m¨¢s poblado de S?o Paulo, prefirieron a Neves. Para Rousseff fue el Estado clave de Minas Gerais, en el centro del mapa, cuna de ambos y donde Neves ejerci¨® como gobernador durante ocho a?os. Con este triunfo, el PT, verdadera m¨¢quina electoral y la mayor formaci¨®n con estructura de partido pol¨ªtico de Brasil, estar¨¢ en el poder en el pa¨ªs, al menos, 16 a?os seguidos: ocho con Lula, desde 2002 a 2010, y otros tantos con Rousseff, de 2010 a 2018.

A las nueve y media de la noche, 90 minutos despu¨¦s despu¨¦s de proclamarse el triunfo, Rousseff compareci¨® en p¨²blico en Brasilia junto a Lula, en medio de los gritos de sus simpatizantes. Lo primero que hizo la presidenta fue agradecer la ayuda y el apoyo del popular expresidente. Despu¨¦s, consciente de que el resultado ha sido muy ajustado y que, de hecho, refleja una suerte de partici¨®n del pa¨ªs, a?adi¨®: ¡°No creo que esto responda a una divisi¨®n de Brasil, sino a que las emociones han salido, a veces de forma contradictoria, con un solo objetivo: buscar lo mejor para el pa¨ªs¡±. Y a?adi¨®: ¡°Quiero ser una presidenta mejor de lo que he sido hasta ahora¡±. Conciliadora, prometi¨® cambios y reformas y un plebiscito para encauzar la reforma pol¨ªtica exigida por buena parte de la poblaci¨®n. ¡°Vamos a construir un Brasil m¨¢s productivo y m¨¢s moderno, pero tambi¨¦n m¨¢s solidario y que cuide a las personas, especialmente a las mujeres, a los negros y a los j¨®venes¡±, sostuvo.

Poco antes, el propio Neves hab¨ªa comparecido p¨²blicamente para felicitar a la mandataria reelegida. ¡°Dejo esta campa?a con el sentimiento de que cumpl¨ª mi papel. He felicitado a la presidenta reelecta, le he deseado ¨¦xito y le he resaltado que la mayor de sus prioridades es ahora la de unir al pa¨ªs¡±, apunt¨®.

Ha sido la elecci¨®n m¨¢s ajustada y disputada desde 1989, a?o en que Lula pugn¨® por la presidencia frente a Fernando Collor de Melo

Ha sido la elecci¨®n m¨¢s disputada de la historia democr¨¢tica de Brasil. M¨¢s incluso que la celebrada en 1989, cuando Lula pugn¨® por la presidencia frente a Fernando Collor de Melo, que al final venci¨®. Las encuestas ya lo anunciaban y los dos candidatos llegaron ayer a la recta final con claras opciones de convertirse en el pr¨®ximo presidente.

La campa?a para el segundo turno, que comenz¨® el 6 de octubre, despu¨¦s de que la ambientalista Marina Silva quedase eliminada, se caracteriz¨® por lo ajustado de los resultados que arrojaban los sondeos, lo que acarre¨® una polarizaci¨®n extrema de la sociedad que ha quedado reflejada en el resultado final.

Jam¨¢s como en esta campa?a los brasile?os han tomado partido tanto a un lado como a otro. Lo ha hecho la gente de la calle y no era nada raro escuchar conversaciones pol¨ªticas en todas las esquinas de todas las ciudades. De hecho, el ¨²ltimo debate televisado, celebrado el viernes, cont¨® con una audiencia parecida a la que tienen en Brasil sus famosas telenovelas. Tambi¨¦n han levantado el dedo sus escritores, sus artistas o sus futbolistas. Chico Buarque, Caetano Veloso o Gilberto Gil, entre otros, hicieron p¨²blico su apoyo a Roussseff. Los delanteros Neymar y Ronaldo, as¨ª como el ¨²ltimo escritor en entrar en la Academia Brasile?a de las Letras, Ferreira Gullar, segu¨ªan a Neves.

De ah¨ª que las primeras palabras, tanto de Rousseff como de Neves, estuvieran encaminadas a tratar de reparar esta grieta. Muchos analistas pol¨ªticos alertaban de un Brasil dividido, partido aparentemente en dos, donde los seguidores de un partido y otro se han enredado en discusiones fuertes e, incluso, en conatos de enfrentamiento en la calle. A?ad¨ªan que la primera tarea del ganador deber¨¢ ser empe?arse en una suerte de reconciliaci¨®n nacional para cerrar la herida abierta durante las tres semanas vertiginosas de una dura campa?a. El primer discurso de Rousseff, pronunciado muy poco despu¨¦s de saber que ser¨¢ presidenta cuatro a?os m¨¢s, apunt¨® en esa direcci¨®n unificadora.