Nuevos muros dividen Europa
En el 25 aniversario de la ca¨ªda del muro, Ucrania promueve uno en la frontera con Rusia En la URSS el corte simb¨®lico se produjo en 1991 con un golpe de Estado
El 25 aniversario de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn es diferente a los otros cumplea?os del suceso considerado el s¨ªmbolo por excelencia del fin de la Guerra Fr¨ªa. Los conflictos entre Ucrania y Rusia no permiten pretender que el continente europeo avanza, aunque sea a trancas y barrancas, hacia la "Casa Com¨²n Europea" desde el Atl¨¢ntico hasta Vladivostok, el camino que esboz¨® el l¨ªder de la URSS Mija¨ªl Gorbachov. En poco tiempo Europa ha retrocedido de forma acelerada en esa ruta apenas hollada hace un cuarto de siglo.
Alegando necesidades de defensa ante Rusia, el primer ministro de Ucrania, Arseni Yatseniuk, promueve el proyecto "Muro" consistente en unas instalaciones fortificadas, que incluyen tambi¨¦n una muralla de tierra o terrapl¨¦n, a lo largo de los 2.295 kil¨®metros de frontera con el vecino oriental, de los cuales, casi 300 kil¨®metros eran controlados por los insurgentes prorusos a mediados de octubre. En un puesto fronterizo de J¨¢rkov, Yatseniuk dijo que el Muro facilitar¨ªa la abolici¨®n de los visados con la UE y la integraci¨®n en la OTAN, adem¨¢s de generar empleo. M¨¢s de mil personas, afirm¨®, se apuntaron para construirlo.
El a?o 1989 estuvo lleno de sucesos hist¨®ricos para la Uni¨®n Sovi¨¦tica, donde la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn no tuvo la misma importancia que en Occidente. En la URSS el corte simb¨®lico entre dos ¨¦pocas se produjo en agosto de 1991 cuando varios altos cargos del r¨¦gimen dieron un golpe de estado y con ello el tiro de gracia al Estado que intentaban salvar. Las 15 rep¨²blicas integrantes de la URSS evolucionan ahora en distintas direcciones y en algunas fronteras en Asia Central y en el C¨¢ucaso, antes divisiones administrativas, hay campos de minas.
Sondeos del centro Levada realizadas en enero pasado indican que, como hace cinco a?os, los rusos (el 33%) creen que la retirada de las tropas sovi¨¦ticas de Afganist¨¢n fue lo m¨¢s importante que ocurri¨® en 1989, seguida por la ca¨ªda del Muro (25%) y la huelga de los mineros (16%). En Donetsk, algunos jubilados que protagonizaron aquellas huelgas, miran con horror como la violencia sacude su regi¨®n.
"Las realidades defraudaron las expectativas", dice Andr¨¦i Grachov, ex portavoz de Gorbachov. "En el Este de Europa y la URSS cre¨ªan que al otro lado del muro reinaban la abundancia, la democracia y la hospitalidad. Ahora est¨¢n decepcionados al haber descubierto un mundo complicado, contradictorio y problem¨¢tico, que los rechaza y que ha desplazado el muro desde Berl¨ªn a la frontera ruso-ucraniana. Descubren que la Casa Com¨²n Europea se construy¨® sin Rusia", afirma Grachov. "Los occidentales tambi¨¦n se decepcionaron, al comprender que el Muro, adem¨¢s de defender los regimenes represivos del Este, proteg¨ªa al mundo occidental de la pobreza, conflictos y nihilismo del Este. Al desaparecer la barrera, la riada humana amenaz¨® el bienestar que Occidente daba por sentado", a?ade.
"El muro de Berl¨ªn fue un gran s¨ªmbolo, al construirse y al destruirse", dice el pol¨ªtico Sergu¨¦i Baburin, uno de los seis diputados del parlamento ruso que votaron contra la disoluci¨®n de la URSS en diciembre de 1991. El d¨ªa de la ca¨ªda del muro, Baburin, por entonces era decano de la facultad de derecho en Omsk (Siberia) estaba como invitado en el parlamento sovi¨¦tico y recuerda que en el vest¨ªbulo se trasmit¨ªan los sucesos de Berl¨ªn por televisi¨®n. "La mayor¨ªa de los diputados estaban encantados, pero yo no sab¨ªa si compartir el j¨²bilo de los alemanes o irritarme porque comprend¨ªa que el muro no se erigi¨® de forma casual, sino que imped¨ªa la guerra caliente en Europa. Ahora s¨¦ que la directiva de la URSS con Gorbachov al frente se esforz¨® por destruir el Pacto de Varsovia y la comunidad socialista. La euforia desconect¨® el inconsciente y alter¨® el sistema de coordenadas morales y pol¨ªticas de la opini¨®n p¨²blica", afirma. "Hoy comprendo que la destrucci¨®n del muro de Berl¨ªn fue una de las operaciones psicol¨®gicas claves para desmoralizar a los partidarios del socialismo en Europa del Este. La pr¨¢ctica mostr¨® que los l¨ªderes de la civilizaci¨®n anglo-atl¨¢ntica no quer¨ªan construir la Casa Com¨²n Europea sino solo reforzar el portal donde reside la OTAN", afirma. Ante la "ingratitud" de Occidente, Rusia inici¨® una "integraci¨®n euroasi¨¢tica", explica Baburin, que siempre estuvo por la reintegraci¨®n de la URSS y la uni¨®n de Crimea a Rusia.
La idea de que occidente se aprovech¨® de la ca¨ªda del muro est¨¢ muy arraigada en Rusia. Los dirigentes rusos desconf¨ªan del acercamiento de la Alianza Atl¨¢ntica a sus fronteras, recelan de los fines de la Defensa Antimisiles norteamericana y quisieran que Estados como Ucrania, Moldavia o Georgia dieran garant¨ªas de neutralidad. Las memorias hist¨®ricas que cultivan los Estados postsovi¨¦ticos est¨¢n en conflicto entre s¨ª y esta desarmon¨ªa se agrav¨® cuando Mosc¨², tras intentar liberarse de las cargas de un pasado colonial, asumi¨® la herencia de la URSS. Los miedos de los peque?os Estados ante Rusia tienen como corolario el miedo de Rusia a verse cercada por un cintur¨®n hostil. Ambos temores son reales y condicionan pol¨ªticas y estrategias. Hace tiempo que la Guerra Fr¨ªa est¨¢ enquistada en los problemas territoriales no resueltos de la URSS, como la regi¨®n del Trasndni¨¦ster, en Moldavia.
"Occidente podr¨ªa haber ayudado y reforzado a Gorbachov en la cumbre del G7 de 1991 en Londres, cuando el presidente de la URSS pidi¨® un plan Marshal para ayudar a la econom¨ªa rusa, pero Occidente, y en primer lugar EEUU, consideraba que Gorbachov hab¨ªa agotado todos sus recursos y que Yeltsin ten¨ªa m¨¢s perspectivas, porque era anticomunista y promet¨ªa cumplir con el papel de socio menor", dice Grachov. "Occidente no pod¨ªa salvar a Gorbachov de los conflictos en su pa¨ªs, pero podr¨ªa haber prolongado la vida de su proyecto y de la URSS", afirma.
"Las promesas que Occidente dio a Gorbachov de no crear nuevas infraestructuras ni llevar nuevas tropas ni armas de destrucci¨®n masiva afectaban al territorio de la RDA, fueron incluidas en el acuerdo con Alemania y se cumplen hasta ahora", afirma Pavel Pal¨¢shenko, el ayudante e int¨¦rprete de Gorbachov. "En 1989 exist¨ªa a¨²n el Tratado de Varsovia (la alianza militar de la URSS y sus socios europeos) y si Gorbachov hubiera planteado la no ampliaci¨®n de la OTAN a pa¨ªses del pacto de Varsovia lo hubieran considerado loco. Hasta 1992, ni un solo pa¨ªs de la ex Pacto de Varsovia planteo el ingreso en la OTAN", puntualiza Pal¨¢shenko. "Es m¨¢s c¨®modo echarle la culpa a Gorbachov que a Yeltsin, que fue la persona que llev¨® al poder al presidente actual", dice, insinuando que el Kremlin propicia estas tendencias.
Rusia descuid¨® a los "perdedores" de la "globalizaci¨®n" simbolizada por la ca¨ªda del muro. Tras la retirada de las Fuerzas Armadas de Europa y los recortes en el Ej¨¦rcito, centenares de miles de uniformados se incorporaron a la vida civil. Se convirtieron en taxistas, vigilantes, guardaespaldas y sumaron su frustraci¨®n a la de las clases medias incipientes arruinadas en las reformas de mercado. Flujos migratorios de eslavos procedentes de Asia Central vend¨ªan todas sus posesiones para comprarse un pasaje a Rusia, Ucrania o Bielorrusia. Aquellas penurias son el caldo de cultivo en el que se ha fortalecido Vlad¨ªmir Putin, por ofrecer primero estabilidad y despu¨¦s la compensaci¨®n psicol¨®gica y moral de intentar juntar los fragmentos dispersos del imperio.
"Gorbachov ha perdido actualidad. La poblaci¨®n tiene una actitud negativa ante ¨¦l, pero m¨¢s tranquila que en los noventa", dice Lev Gulkov, director del centro Levada. La instituci¨®n no dispone de cifras recientes, pero en 2010 predominaba la indiferencia (el 47% de los encuestados) combinada con la irritaci¨®n (10%) y el desagrado (un 13%). En relaci¨®n a la "Perestroika", un 55% creen que salieron perdiendo de aquel periodo de reformas, frente a un 35% que creen haber ganando, dice Gulkov citando cifras del pasado agosto. "La popularidad de la "perestroika" aumenta de a?o en a?o, pero de forma lenta", a?ade. En 1998-1999, antes de la llegada de Putin al poder, la cifra de quienes se ve¨ªan como perdedores era del 75%.
Oficialmente la URSS fue disuelta por los l¨ªderes de las tres rep¨²blicas eslavas el 8 de diciembre de 1991 en los bosques de Bielorrusia. Gorbachov estaba ya muy debilitado tras el golpe de Estado de agosto y no se resisti¨® ni sac¨® el Ej¨¦rcito a la calle, como no hab¨ªa impedido en 1989 que cayera el muro. El rechazo a la violencia es uno de los rasgos que lo distingue de otros dirigentes rusos del pasado.
Vlad¨ªmir Putin abri¨® de nuevo a Gorbachov las puertas del Kremlin, que Yeltsin le hab¨ªa cerrado. El presidente ruso y el ex presidente sovi¨¦tico se reunieron en varias ocasiones, pero sus citas se han espaciado y las relaciones de Gorbachov con el Kremlin son correctas, aunque fluct¨²an dentro del distanciamiento. Medios pr¨®ximos al ex l¨ªder sovi¨¦tico opinan que el punto m¨¢s bajo de la relaci¨®n se dio en 2011 cuando Gorbachov declar¨® que Putin no deber¨ªa volver a presentarse a las elecciones a la jefatura del Estado y critic¨® las irregularidades en los comicios.
Quiz¨¢ el momento de mayor proximidad entre Gorbachov y el Kremlin se dio durante la presidencia (2008-2012) de Dimitri Medv¨¦dev, quien retom¨® algunas de las antiguas propuestas del l¨ªder sovi¨¦tico para una nueva arquitectura de seguridad en el continente europeo. En 2011 Medv¨¦dev condecor¨® a Gorbachov con motivo de su 80 cumplea?os y "como s¨ªmbolo de respeto al Estado que usted dirigi¨®, al Estado que fue nuestra patria com¨²n, la Uni¨®n Sovi¨¦tica".
El ex presidente sovi¨¦tico ha respaldado la incorporaci¨®n de Crimea a Rusia, pese a la condena internacional de la anexi¨®n, y se ha manifestado en contra de las sanciones occidentales. "Para anunciar sanciones debe haber motivos muy serios que deben ser apoyados por la ONU. La expresi¨®n de la voluntad popular en Crimea y el (...) aceptar (la pen¨ªnsula) en la Federaci¨®n Rusa en calidad de regi¨®n no es tal motivo", dijo Gorbachov a Interfax. El "pueblo decidi¨® corregir el error" de los dirigentes comunistas que unieron Crimea a Ucrania en 1954. "Esto hay que acogerlo positivamente y no declarar sanciones", porque es "una alegr¨ªa y como tal hay que aceptarla".
En Mosc¨², el ex presidente de la URSS, de 83 a?os, acude a su despacho en la fundaci¨®n que lleva su nombre. All¨ª estaba un d¨ªa despu¨¦s de que una radio rusa sembrara la alarma alegando que su salud se hab¨ªa deteriorado.
Por motivos econ¨®micos la fundaci¨®n ha reducido actividades y personal, tras rechazar las subvenciones y becas internacionales que, de acuerdo con la nueva legislaci¨®n rusa, la hubieran obligado a definirse como "agente extranjero". Gorbachov costea gastos con sus propios recursos que tambi¨¦n disminuyeron porque el l¨ªder sovi¨¦tico, por su salud, tiene una agenda m¨¢s limitada. Gorbachov sigue fiel a si mismo. Nunca quiso ser un revolucionario; Es un socialdem¨®crata, partidario del "socialismo con el rostro humano", y se opuso la desintegraci¨®n de la URSS. Intent¨® renovar ambas cosas, el Socialismo y el Estado--, y no lo logr¨®.
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