El futuro de la relaci¨®n con Cuba marca las elecciones en Florida
El electorado tiende a ser m¨¢s joven y liberal, y a favorecer una mayor apertura en la relaci¨®n entre EE UU y La Habana
La pieza propagand¨ªstica de 29 segundos transmitida esta semana por la televisi¨®n local de Florida comienza con im¨¢genes de la polic¨ªa pol¨ªtica cubana deteniendo a varios disidentes de la isla. Entre ellos, al l¨ªder del movimiento Uni¨®n Patri¨®tica de Cuba, Guillermo Fari?as, que reaparece en la toma siguiente, con la Torre de Libertad de Miami de fondo, dando este breve mensaje: ¡°Desde hace d¨¦cadas Joe Garc¨ªa ha sido un compatriota comprometido con nuestra lucha¡±. El anuncio termina con un primer plano de Garc¨ªa, representante dem¨®crata en el Congreso y candidato a la reelecci¨®n en los comicios del pr¨®ximo 4 de noviembre, dando su visi¨®n general del papel que deben jugar los legisladores cubano-americanos en la pol¨ªtica de la isla: ¡°El futuro se decide dentro de Cuba con luchadores como Guillermo Fari?as. Hoy m¨¢s que nunca tenemos que estar a su lado, con m¨¢s tecnolog¨ªa, con m¨¢s recursos y con nuestra presencia¡±.
Es la primera vez en cinco d¨¦cadas que un opositor cubano a¨²n residenciado en la isla participa de ese modo en una campa?a electoral de Estados Unidos. Esto ocurre en un momento de debate nacional sobre el futuro de las leyes del embargo impuestas en 1966 por Washington contra el Gobierno de La Habana, y de cambios demogr¨¢ficos en el pa¨ªs y en el Estado, donde los electores tienden a ser m¨¢s j¨®venes y m¨¢s liberales y a favorecer en las m¨¢s recientes encuestas una mayor apertura. En este contexto, la opini¨®n sobre la relaci¨®n hacia Cuba puede costarle el voto a cualquiera de los candidatos de Florida, aun cuando compitan por cargos sin atribuciones directas para modificar o mantener la pol¨ªtica actual.
Los cubano-estadounidenses comenzaron a participar activamente en la pol¨ªtica de Florida a partir de las elecciones locales de 1969. Trece a?os m¨¢s tarde, tres de ellos fueron electos por primera vez a la legislatura estatal y en 1982, Ileana Ros-Lehtinen se convirti¨® en la primera mujer hispana en incorporarse en la C¨¢mara de Representantes. Los votantes de esta comunidad han favorecido tradicionalmente a los candidatos republicanos, que desde sus tribunas han sido efectivos altavoces de la l¨ªnea m¨¢s dura del anticastrismo. Pero esa tendencia ha comenzado a cambiar: en las dos ¨²ltimas elecciones presidenciales los dem¨®cratas han ganado por estrecho margen en Florida, aunque tanto la gobernaci¨®n como la mayor¨ªa de la representaci¨®n parlamentaria siguen en manos de los republicanos.
De acuerdo con una encuesta difundida en febrero de este a?o por el grupo de investigaci¨®n Atlantic Council de Washington, el 56% de los estadounidenses se expresa a favor de un cambio en la pol¨ªtica hacia Cuba, lo mismo que el 63% de los originarios de Florida y que el 52% de los consultados que se declaran republicanos. Tomando esta encuesta como primera referencia, el diario The New York Times ha publicado varios editoriales desde entonces en los que aboga por mayor apertura en las relaciones con La Habana y enumera las razones por las cuales las leyes del embargo de 1966 han fracasado en su objetivo de socavar la revoluci¨®n de los hermanos Castro. En cambio, el consejo editorial de The Washington Post ha opinado, en su edici¨®n del 20 de octubre, que el embargo contra Cuba ya ha sido ¡°sustancialmente relajado¡± en los ¨²ltimos a?os para permitir la exportaci¨®n de miles de d¨®lares en comida y medicinas, y que a¨²n a pesar de ello la persecuci¨®n contra la disidencia interna contin¨²a. El fin del embargo comercial, sostiene el diario, no debe ser decidido ¡°a cambio de nada¡± sino ¡°cuando Cuba conceda una aut¨¦ntica libertad a su gente¡±.
Confiando en el nuevo mapa pol¨ªtico que dibujan las consultas respecto al tema cubano, el exgobernador republicano y actual candidato dem¨®crata para repetir en el cargo, Charlie Crist, anunci¨® en mayo que viajar¨ªa a La Habana en el marco de su campa?a. Unos meses m¨¢s tarde las cr¨ªticas de su contendiente, el gobernador Rick Scott que opta por la reelecci¨®n, le obligaron a dar un paso atr¨¢s. En lugar de visitar la isla, ¡°el gobernador Crist pasar¨¢ el mayor tiempo posible reunido con residentes de Florida para discutir la creaci¨®n de una econom¨ªa m¨¢s fuerte para nuestras familias de clase media¡±, dijo en junio Brendan Gilfillan, portavoz de los dem¨®cratas, pero no descart¨® que Chris intente viajar luego de los comicios de noviembre para ¡°aprender del pueblo de Cuba y explorar oportunidades para empresas de Florida¡±.
En estos asuntos de negocios, la diplomacia cubana ya ha tomado la delantera. Durante el ¨²ltimo a?o y medio, los delegados de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington han viajado en tres oportunidades a las ciudades de Tampa y Miami en Florida para promover la inversi¨®n del exilio en la isla, ahora que La Habana ha aprobado unas pocas reformas que facilitan los viajes entre ambas orillas, la compra de coches e inmuebles a precios astron¨®micos y el emprendimiento de peque?os negocios por cuenta propia. Ya en 2011 el presidente Barack Obama hab¨ªa levantado algunas de las restricciones para el env¨ªo de remesas y las visitas a Cuba que pesaban sobre los cubanoamericanos. Como resultado de todo esto, m¨¢s de medio mill¨®n de personas ha volado entre los aeropuertos cubanos y floridianos en los ¨²ltimos dos a?os.
Para la primera generaci¨®n de cubanos en el exilio y sus portavoces en el Partido Republicano, el tr¨¢nsito cada vez m¨¢s fluido de personas y capital entre ambas orillas es un desprop¨®sito que da ox¨ªgeno al r¨¦gimen de los Castro. Pero para los que llegaron m¨¢s tarde ¨Clos que partieron desde el puerto de Mariel, de Guant¨¢namo o viajaron desde terceros pa¨ªses¡ªy que ahora son mayor¨ªa en la comunidad cubana de Florida, estos intercambios son al fin un respiro contra la asfixia econ¨®mica a la que Washington y La Habana han sometido a sus familias durante m¨¢s de cincuenta a?os por razones meramente pol¨ªticas.
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