Los yihadistas se ceban con un clan sun¨ª que colabor¨® con EE UU en Irak
300 miembros de los Albu Nimir han sido asesinados por el Estado Isl¨¢mico
Al menos tres centenares de miembros de la tribu Albu Nimir han sido asesinados por el Estado Isl¨¢mico (EI) desde que este grupo se hiciese hace dos semanas con el control de Hit, una ciudad en la provincia iraqu¨ª de Al Anbar. Los propios yihadistas han dejado claro que se trata de un castigo por haberse resistido a su avance. A pesar de tratarse de un clan sun¨ª ¡ªcomo el EI¡ª, los Albu Nimir tienen motivos para recelar de las intenciones de los rebeldes.
Con unos 10.000 miembros, el clan forma parte de la federaci¨®n Al Duleimi, la tribu m¨¢s numerosa de Irak, con cerca de tres millones de miembros. Su territorio ancestral se encuentra en torno a la aldea de Zauiyat Albu Nimir, a las afueras de Hit, una localidad situada al noroeste de Ramadi, la capital de Al Anbar.
A primeros de octubre, los yihadistas del EI decidieron avanzar desde sus posiciones en el norte de esa provincia hacia Ramadi, donde sus aliados se enfrentan desde enero a las fuerzas gubernamentales. A diferencia de otras zonas, no result¨® un paseo triunfal. Durante semanas, los hombres de Albu Nimir opusieron una feroz resistencia, hasta que se quedaron sin municiones ni vituallas.
Pese al malestar con el Gobierno central por discriminar a la comunidad sun¨ª, los jefes tribales hab¨ªan decidido dar un voto de confianza al nuevo primer ministro, Haider al Abadi, y alinearse con Bagdad. Hubo, sin duda, un factor de supervivencia en la decisi¨®n.
En 2007, cuando EE?UU cortej¨® a las tribus sun¨ªes para que se unieran a la lucha contra Al Qaeda en Irak, los Albu Nimir participaron en las milicias Sahwa (literalmente, Despertar) que ayudaron a silenciar a ese grupo. Ahora, los yihadistas recelan de todos aquellos que formaron parte de las Sahwa o de la polic¨ªa. En las zonas bajo su control, se han convertido en uno de los principales objetivos.
Adem¨¢s, los Albu Nimir saben que buena parte de los simpatizantes del EI proceden del antiguo r¨¦gimen de Sadam Husein, los llamados baazistas, por su afiliaci¨®n al Partido Baaz. Frente a la idea generalizada de una comunidad ¨¢rabe sun¨ª leal al depuesto dictador, los Albu Nimir son un ejemplo m¨¢s de que ese apoyo no era monol¨ªtico.
Tal como ha explicado Amatzia Baram en su estudio sobre las tribus de Irak, ese clan nunca olvid¨® la represi¨®n que sufri¨® a manos de los fedayines de Sadam a mediados de 1995, cuando sus miembros protestaron por la ejecuci¨®n del general Mazlum al Duleimi, el m¨¢s ilustre de sus miembros. Al parecer, el general Mazlum intent¨® dar un golpe en noviembre de 1994. Su entierro degener¨® en disturbios y detenciones, que siguieron desatando protestas durante varios meses.
Ese recelo hacia el viejo orden de algunos clanes de la zona explica en parte por qu¨¦ Ramadi no ha ca¨ªdo completamente en manos de los yihadistas, como ha ocurrido con la vecina Faluya. Tambi¨¦n supone una oportunidad para el Gobierno central, que puede contar con su ayuda, siempre que les garantice que va a respetar sus derechos.
Los Albu Nimir, como otros clanes que participaron en las Sahwa, se sintieron abandonados cuando, tras la salida de las tropas estadounidenses, el anterior primer ministro, Nuri al Maliki, les retir¨® la paga y se ech¨® atr¨¢s en la promesa de integrarlos en el seno de las fuerzas de seguridad. Ahora, la falta de ayuda que han denunciado cuando se vieron sitiados por el EI puede convertirse en un elemento de disuasi¨®n.
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