Historia de un fracaso

El resultado despu¨¦s de 42 d¨ªas de espera, seg¨²n las autoridades, es el siguiente: 43 estudiantes mexicanos asesinados por sicarios. La polic¨ªa local de Iguala, una ciudad sure?a, se los entreg¨® a unos pistoleros despu¨¦s de detenerlos en una avenida muy concurrida. En los alrededores hay un supermercado, casitas bajas y un taller mec¨¢nico. Se llevaron a los muchachos delante de decenas de testigos ?C¨®mo pudo ocurrir algo semejante? El descontrol de las polic¨ªas municipales es una de los motivos por el que se desencaden¨® una de las mayores tragedias de la historia de M¨¦xico.

Hay que retroceder cuatro a?os. El presidente Felipe Calder¨®n le tiene declarada la guerra a los carteles de la droga. La Polic¨ªa Federal y el Ej¨¦rcito combaten de frente a los criminales. Se cuentan m¨¢s de 22.000 muertos. Entre ellos un buen n¨²mero de sicarios que se enfrentan a otros rivales por el control del territorio pero tambi¨¦n muchas v¨ªctimas inocentes. La situaci¨®n se descontrola. La violencia se extiende por casi todo el pa¨ªs. En Ciudad Ju¨¢rez 15 muchachos son ametrallados sin motivo alguno mientras celebraban una fiesta. El repudio nacional es un¨¢nime.

Los casos en los que aparecen involucradas las corporaciones policiacas se multiplican. Los agentes locales en regiones en conflicto sirven m¨¢s al hampa que al ciudadano. M¨¢s que parte de la soluci¨®n, son un problema. El gabinete de Calder¨®n considera que hay que empezar de cero a reconstruirlas. Tiene por delante limpiar 2.500 cuerpos, tantos como municipios mexicanos hay. No hay tiempo. Llevar¨ªa a?os, d¨¦cadas, la purga de agentes corruptos y la formaci¨®n de los ineptos. La soluci¨®n, cree el Gobierno, pasa por reforzar las 32 polic¨ªas estatales existentes y que estas funjan como mando ¨²nico. Los municipios deber¨ªan entregar sus polic¨ªas a los gobernadores.

Los gobernadores de los Estados est¨¢n de acuerdo en el fondo pero algunos discrepan de la forma. Otros directamente rechazan la idea. Calder¨®n firma una iniciativa de reforma constitucional para formar estas 32 super-polic¨ªas que nunca llegar¨¢ a prosperar. Encuentra muchas resistencias en el camino. Los alcaldes no quieren destinar una parte importante de su presupuesto a una instituci¨®n que estar¨¢ controlada por otros. Hay m¨¢s motivos para su reticencia, pero estos dos sirven para hacerse una idea: los alcaldes corruptos quieren seguir teniendo su guardia pretoriana y, los que no lo son, no quieren quedar desprotegidos en entornos violentos.

Los casos en los que aparecen involucradas las corporaciones policiacas se multiplican. Los agentes locales en regiones en conflicto sirven m¨¢s al hampa que al ciudadano

Guillermo Vald¨¦s era en esa ¨¦poca director del Cisen, el servicio de inteligencia mexicano. Particip¨® directamente en el proyecto de higienizar la polic¨ªa desde la ra¨ªz. "La iniciativa se qued¨® estancada en el Congreso. Como no hay cauce legal, los acuerdos son muy fr¨¢giles. El alcalde de Iguala no quiso participar en el mando ¨²nico y no hubo forma de obligarlo. El mando ¨²nico voluntario no es eficaz, a mi modo de ver. O haces una reforma o tienes un esquema en el que pueden ocurrir salvajadas como las de Iguala", explica Vald¨¦s.

Enrique Pe?a Nieto sucedi¨® a Calder¨®n en diciembre de 2012. El presidente enterr¨® el discurso de la guerra contra el narco para adoptar el de las reformas estructurales del Gobierno. Su idea era la de dejar de proyectar M¨¦xico como un pa¨ªs violento para pasar a venderse como una naci¨®n moderna ¡ªel discurso brasile?o¡ª que iba a estar pronto entre las primeras potencias del mundo. En cuanto a seguridad, sigui¨® la senda del mando ¨²nico iniciada por Calder¨®n pero con matices. En vez de enfrascarse en una reforma legal que le llevar¨ªa tiempo y un costo pol¨ªtico incierto, acord¨® con los gobernadores seguir este esquema. Por la v¨ªa diplom¨¢tica, el Gobierno federal convencer¨ªa a los gobernadores y estos a su vez a los alcaldes. Habr¨ªa reuniones mensuales entre corporaciones. En febrero de 2013, Pe?a Nieto acuerda con la Confederaci¨®n Nacional de Gobernadores conformar un mando ¨²nico policial pero el proyecto no llega a tomar forma del todo.

"Es un problema pol¨ªtico", concluye el experto en seguridad C¨¦sar Guerrero, "ya que los pol¨ªticos no han sabido armar un mando ¨²nico". Guerrero cree que Pe?a Nieto fue m¨¢s pragm¨¢tico que Calder¨®n a la hora de abordar el problema de las corporaciones locales aunque no llegara a cuajar el modelo. "No los puedes obligar a darte la polic¨ªa. Actualmente a trav¨¦s de convenios ceden esas facultades diciendo que est¨¢n rebasados por los grupos criminales y pasan sus hombres a los gobiernos estatales. All¨ª cobran m¨¢s y est¨¢n mejor preparados. El mando ¨²nico es necesario en lugares como Guerrero, Morelos, Veracruz. Sitios donde la polic¨ªa municipal est¨¢ rota".

El mando ¨²nico es necesario en lugares como Guerrero, Morelos, Veracruz. Sitios donde la polic¨ªa municipal est¨¢ rota C¨¦sar Guerrero, experto en seguridad

El mando ¨²nico no es la panacea, aunque las estad¨ªsticas de criminalidad, all¨¢ donde se ha aplicado, refieran que mejora la seguridad. En el Estado de Morelos, desde el 25 de enero de este a?o, el gobernador Graco Ram¨ªrez pidi¨® a todos los alcaldes de su regi¨®n que las polic¨ªas municipales se pusieran bajo las ¨®rdenes de una sola persona, Jes¨²s Alberto Capella, un abogado y activista que fue jefe de polic¨ªa en Tijuana con notables resultados. Algunos ediles se opusieron apelando a la legalidad y sus derechos, pero el gobernador ha insistido en que le interesa m¨¢s la seguridad de los ciudadanos. El mando ¨²nico de Capella ha recibido cincuenta quejas de vejaciones y abusos de autoridad ante la comisi¨®n de derechos humanos

Hay un caso que retrata mejor que ning¨²n otro dos maneras de proceder. Amacuzac es un municipio morelense vecino de Iguala que ten¨ªa 54 polic¨ªas. Su alcalde se resisti¨® al principio, no quer¨ªa perder el control de la corporaci¨®n pero Capella desarm¨® a los 54 y los puso a su disposici¨®n. Tras los ex¨¢menes de confianza, result¨® que la mitad de ellos trabajaba para el crimen organizado. "Polic¨ªas vestidos de sicarios", dice uno de los mandos que particip¨® en esa operaci¨®n.

En Iguala, Guerrero, nadie presion¨® al alcalde Jos¨¦ Luis Abarca, detenido como ide¨®logo de los cr¨ªmenes, para que cediera el control de lo que en realidad era un ej¨¦rcito al servicio de intereses criminales. Narcos en uniforme. En la avenida donde fueron secuestrados los 43 estudiantes sigue habiendo un taller donde llegan coches averiados, un supermercado ajetreado de 9 a 9 y la vida com¨²n y corriente de la gente que vive a un lado de la carretera. Desde ese d¨ªa, 43 cruces tambi¨¦n forman parte del paisaje.