El inc¨®modo paje de San Nicol¨¢s
Holanda impide a los alcaldes que decidan sobre el color de la piel de ¡®Zwarte Piet¡¯ Tradicionalmente, el criado ha sido negro, lo que es considerado racista
Es posible que Zwarte Piet (Negro Pedro), el paje que ayuda a San Nicol¨¢s el 5 de diciembre a repartir regalos entre los ni?os, ni siquiera existiera en realidad. Sin embargo, la figura del acompa?ante del legendario Obispo de Mira (Turqu¨ªa) enciende pasiones hoy en Holanda. Para sus defensores, resulta inseparable de una a?eja fiesta infantil y debe ir pintado de negro, con atuendo morisco, peluca rizada, pendiente de aro y labios rojos. Sus cr¨ªticos, por contra, lo consideran un estereotipo racista a erradicar. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos comparte esta ¨²ltima opini¨®n, y el pasado julio inst¨® a las autoridades a revisar ¡°su representaci¨®n como un torpe sirviente negro¡±. El Consejo de Estado holand¨¦s ha aportado ahora otro argumento de peso al debate. Ha resuelto que no corresponde a los alcaldes decidir sobre las connotaciones raciales del personaje. Cuando autoricen las tradicionales cabalgatas, ¡°ellos solo deben pensar en t¨¦rminos de seguridad y orden p¨²blico¡±.
T¨¦cnicamente, la decisi¨®n del Consejo anula el fallo de un tribunal de primera instancia de ?msterdam, dictado en 2013. Respondiendo a la demanda presentada por los contrarios al paje negro, el juez advirti¨® entonces a Eberhard van der Laan, el alcalde, de que debi¨® haber pensado ¡°en la discriminaci¨®n denunciada por una parte de la poblaci¨®n¡±, antes de dejarlos desfilar. En otras palabras, que Zwarte Piet puede representar el estereotipo del esclavo negro para los ciudadanos de dicha comunidad. No hay que olvidar que Holanda, titular de colonias en el Caribe, acapar¨® hace 150 a?os el 5% del tr¨¢fico europeo de seres humanos entre ?frica y Am¨¦rica.
La ONU hab¨ªa pedido que se revisara su representaci¨®n como un ¡°torpe sirviente¡±
Van der Laan apel¨® al Consejo de Estado, y el resto de los municipios respira ya aliviado. S¨ª es verdad que ¨¦l hizo algunos ajustes de ¨²ltima hora. Los Zwarte Pieten (en plural) que lanzaban caramelos a los peque?os no llevaban pendiente ni peluca negra rizada. Tambi¨¦n lo es que la pol¨¦mica ha facilitado la introducci¨®n de diversos colores en las caras y cabellos de los pajes. Una se?al del debate social que anima el Consejo de Estado.
De momento, la imagen que marcar¨¢ el tono en 2014 ser¨¢ la de Gouda. La ciudad recibe a San Nicol¨¢s el pr¨®ximo s¨¢bado, que seg¨²n la tradici¨®n llega de Espa?a en barco y atraca siempre en un lugar distinto del pa¨ªs. La bienvenida est¨¢ lista, y el Consistorio ha dicho que habr¨¢ Pieten representando quesos y gofres rellenos de caramelo, las viandas locales. Un gui?o conciliador. En Haarlem, por el contrario, la idea de pintar las caras de los pajes de diversos colores como homenaje a sus flores le ha valido amenazas al organizador de la cabalgata local. La tensi¨®n es tambi¨¦n evidente en Bijlmer, un barrio de ?msterdam de mayor¨ªa inmigrante. All¨ª no acudir¨¢n porque la empresa que los coordina prefiere ¡°evitar provocaciones¡±. El Gobierno de centro izquierda no es ajeno a la pol¨¦mica, pero espera que ¡°la sociedad resuelva el futuro de Zwarte Piet¡±. Solo la derecha xen¨®foba de Geert Wilders ha pedido ¡°blindar la tradici¨®n contra ataques externos¡±.
Aunque el discutido ayudante no apareci¨® en Holanda hasta 1850, cuando Jan Schenkman, un maestro, public¨® la obra San Nicol¨¢s y su criado, hay teor¨ªas para todos los gustos. Pudo ser un hu¨¦rfano adoptado en el siglo IV por el santo o un esclavo et¨ªope liberado que vivi¨® despu¨¦s con ¨¦l por gratitud. O tal vez solo tenga la cara manchada por el holl¨ªn de las chimeneas por las que se desliza. Ninguna de estas hip¨®tesis altera por ahora la fiesta en la vecina B¨¦lgica. El 6 de diciembre, la misma pareja, San Nicol¨¢s y su paje, reparte all¨ª, inmutable, regalos.
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