El sectarismo religioso envenena la guerra en Siria
El conflicto deriva en una lucha de sun¨ªes contra chi¨ªes y cristianos
Decenas de peregrinos chi¨ªes aguardan el riguroso control en la entrada del mausoleo Saida Zeinab, 12 kil¨®metros al sur de Damasco y uno de los lugares de peregrinaci¨®n m¨¢s importantes del mundo para la confesi¨®n. Sus puertas las custodian hombres de Hezbol¨¢, partido-milicia liban¨¦s aliado del r¨¦gimen sirio y considerado terrorista por Estados Unidos y la Uni¨®n Europea. Las calles fronterizas, designadas zona militar, son patrulladas por el Ej¨¦rcito sirio. Y a dos kil¨®metros se encuentra el frente desde donde rugen los combates contra rebeldes sun¨ªes.
El mausoleo de Saida Zeinab se ha convertido en el s¨ªmbolo de la sectarizaci¨®n religiosa de la guerra siria. El af¨¢n de protegerlo ante el avance rebelde fue la raz¨®n que Has¨¢n Nasral¨¢, l¨ªder de Hezbol¨¢, expuso cuando en abril de 2013 admiti¨® su injerencia en el conflicto. La milicia defendi¨® conjuntamente con el Ej¨¦rcito sirio el mausoleo de los ataques rebeldes y recuperaron sus alrededores hace exactamente un a?o. En la franja oeste, fronteriza con L¨ªbano, milicianos libaneses chi¨ªes y soldados sirios combaten codo con codo. Esta vez, seg¨²n alusiones de Nasral¨¢, para frenar la amenaza yihadista. Grupos rebeldes sun¨ªes sirios respondieron a las palabras del l¨ªder de Hezbol¨¢ con una oleada de atentados en feudos chi¨ªes libaneses y la extensi¨®n de los enfrentamientos a territorio liban¨¦s.
Um Al¨ª, de 38 a?os y madre de cuatro, reza ante la tumba de Saida Zeinab. ¡°Viv¨ªamos en Yubar [periferia de Damasco], pero cuando los armados entraron tuvimos que salir con lo puesto. Si ven a un chi¨ª le cortan la cabeza¡±, relata. ¡°Ir¨¢n nos proporciona una pensi¨®n de 40 euros mensuales y casa. El resto lo aporta mi marido, que es funcionario¡±, a?ade. Al igual que ella, otras mujeres relatan c¨®mo, tras huir del avance de rebeldes sun¨ªes, han buscado refugio en barrios cristianos o en bolsas de poblaci¨®n chi¨ª como el barrio de Saida Zeinab.
El puzzle confesional
- En Siria los musulmanes sun¨ªes rebasan el 70% de los 18 millones de habitantes del pa¨ªs. Alau¨ªes y chi¨ªes suman m¨¢s del 10%. Completan el cuadro los cristianos (sobre todo ortodoxos, un 10%) y minor¨ªas como los drusos.
- L¨ªbano, con 4,8 millones de habitantes, es un mosaico religioso. Sun¨ªes y chi¨ªes cuentan con una poblaci¨®n similar, en torno al 30%.
- Los chi¨ªes son un 15% de los 1.500 millones de musulmanes del mundo. Son mayor¨ªa en Ir¨¢n, Irak y Bahr¨¦in.
¡°Nos sentimos m¨¢s seguras con otras minor¨ªas¡±, asegura la vecina de rezo de Um Al¨ª. A su lado, un grupo de peregrinas libanesas asiente. ¡°Para nosotras tampoco son seguras las zonas sun¨ªes en L¨ªbano. Si no fuera por Hezbol¨¢, ya hace tiempo que los yihadistas habr¨ªan llegado a Dahie [periferia de Beirut y feudo chi¨ª]¡±, explica Abir Bzeih, que junto con otras 57 libanesas hace el peregrinaje desde L¨ªbano.
El sectarismo que domina la pol¨ªtica libanesa, dividida entre un bloque sun¨ª y otro chi¨ª, se extiende progresivamente a la vecina Siria al tiempo que ¨¦sta rebota el conflicto al L¨ªbano. Un intercambio que ha unido a combatientes sun¨ªes sirios y libaneses en dos frentes: uno contra Hezbol¨¢ y el Ej¨¦rcito liban¨¦s en L¨ªbano, y otro contra el Ej¨¦rcito sirio y Hezbol¨¢ en Siria.
En cuanto a los cristianos, los sirios cerraron filas junto al r¨¦gimen de Bachar el Asad desde un principio. Los libaneses, que en un inicio se opon¨ªan a Hezbol¨¢, apoyan hoy a una milicia que ven como una barrera ante el avance de yihadistas del Frente al Nusra (filial de Al Qaeda en Siria) y del Estado Isl¨¢mico (EI) en territorio liban¨¦s.
¡°Ya no te puedes fiar de los sun¨ªes: son los primeros en desertar. Aqu¨ª quien lucha y sacrifica a sus hijos por mantener el pa¨ªs a salvo de los yihadistas son los alau¨ªes [musulmanes que profesan el alauismo, rama del islam que emana del chi¨ªsmo], los chi¨ªes y los cristianos¡±, opina un comerciante del barrio cristiano de Damasco. Numerosos civiles cristianos y alau¨ªes se hacen eco de esta percepci¨®n abriendo la caja de Pandora sectaria. ¡°Basta con recorrer las calles de Tart¨²s [localidad mayoritariamente alau¨ª al noreste del pa¨ªs] para ver multitud de p¨®steres de m¨¢rtires. Tart¨²s ha sido de las que m¨¢s habitantes ha sacrificado en la guerra porque son los que luchan en primera l¨ªnea¡±, asegura un soldado sirio. Las cifras, sin embargo, apuntan a lo contrario, con el grueso de las tropas sirias reclutadas entre la comunidad sun¨ª (a la que pertenece el 74% de la poblaci¨®n) y decenas de miles de sun¨ªes desplazados por la guerra.
El desproporcionado sacrificio en vidas, real o exagerado, comienza a pesar entre las comunidades chi¨ªes y alau¨ªes. En L¨ªbano, donde es com¨²n ver autopistas empapeladas con los rostros de los m¨¢rtires ca¨ªdos, los feudos chi¨ªes vacilan ante la idea de mandar m¨¢s hijos a la guerra. ¡°Hezbol¨¢ intent¨® reclutar a 600 j¨®venes en el norte de la Bekaa [frontera del norte del L¨ªbano con Siria y mayoritariamente chi¨ª], y tan s¨®lo consigui¨® 150. Ya han enterrado a muchos j¨®venes y, aunque no se niegan a defender el L¨ªbano, han entregado m¨¢s de 600 vidas defendiendo Siria¡±, explica un joven cercano a Hezbol¨¢.
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