Obama reta a los republicanos con medidas de inmigraci¨®n unilaterales

El presidente Barack Obama presentar¨¢ el jueves por la noche, en horario de m¨¢xima audiencia, una reforma migratoria que definir¨¢ su legado y marcar¨¢ el tono de la pol¨ªtica en Washington hasta 2017, cuando un nuevo presidente llegue a la Casa Blanca.

Unas dos semanas despu¨¦s de la derrota de su partido, el dem¨®crata, en las elecciones legislativas, Obama prev¨¦ anunciar que ejercer¨¢ su autoridad presidencial para adoptar una serie de medidas que permitir¨¢n salir de la penumbra legal a millones de personas, la mayor¨ªa de origen latinoamericano. Las medidas aplazar¨¢n la deportaci¨®n y facilitar¨¢n un permiso de trabajo a hasta cinco millones de documentados.

Lo que anunciar¨¢ Obama consistir¨¢, entre otras medidas, en decretos, que permiten al presidente legislar sin pasar por el Congreso, dominado por el Partido Republicano. Est¨¢ lejos de ser la ley migratoria ambiciosa que Obama impuls¨® en los primeros a?os de su mandato. El Senado la lleg¨® a aprobar, pero los republicanos de la C¨¢mara de Representantes la bloquearon. La iniciativa tampoco se acerca a la reforma que promovi¨® su antecesor, el republicano George W. Bush, una reforma que abr¨ªa las puertas de la regularizaci¨®n a los m¨¢s de diez millones de indocumentados.

Los republicanos han avisado que las medidas de Obama equivalen a un declaraci¨®n de guerra del poder ejecutivo al legislativo

El alcance ahora es m¨¢s limitado: las personas que se acojan a las nuevas medidas no optar¨¢n a la green card, la tarjeta verde de residente permanente, paso previo a la ciudadan¨ªa. Y es provisional: el pr¨®ximo presidente puede revocarlas. Pero las medidas representar¨¢n la mayor regularizaci¨®n de golpe desde que el republicano Ronald Reagan firm¨® una ley que legalizaba a unos tres millones de sin papeles. Y es el primer intento serio de Obama de abordar la presencia de millones de personas que viven en la semiclandestinidad por falta de documentos legales.

¡°Nuestras reformas ser¨¢n amplias y estar¨¢n dentro de nuestra autoridad legal¡±, dijo este mi¨¦rcoles el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, durante una charla en Washington.

Johnson describi¨® las medidas en t¨¦rminos humanitarios. Se basar¨¢n, dijo, en el respeto a ¡°la santidad de la unidad familiar¡±. Una de las v¨ªas para regularizar a los sin papeles es frenar las deportaciones de indocumentados cuyos hijos son ciudadanos de EE UU. El n¨²mero de beneficiados ser¨¢ mayor si las medidas se ampl¨ªan a padres de hijos que, en 2012, se acogieron a una primera hornada de regularizaciones temporales para indocumentados que llegaron aqu¨ª siendo menores de edad.

Frente al argumento de la unidad familiar, los republicanos cuestionan que personas que han inmigrado a EE UU sin pasar por los cauces legales puedan acogerse a una legalizaci¨®n expr¨¦s. Se trata, seg¨²n este argumento, de una amnist¨ªa, palabra que connota criminalidad. El segundo argumento de la derecha apela al respeto de la divisi¨®n de poderes, uno de los pilares en los que se basa la democracia norteamericana, fundada en el rechazo a las monarqu¨ªas absolutistas del siglo XVIII. Al frenar la deportaci¨®n de millones de personas por la v¨ªa del decreto, Obama ¡°excede su autoridad constitucional¡±, en palabras de Michael Steel, un portavoz del presidente de la C¨¢mara de Representantes, el republicano John Boehner. Steel se refiere al presidente como el ¡°Emperador Obama¡±.

Boehner y Mitch McConnell, l¨ªder in p¨¦ctore de la nueva mayor¨ªa republicana en el Senado, han avisado de que las medidas de Obama equivalen a una declaraci¨®n de guerra del poder ejecutivo al legislativo. Amenazan con supeditar cualquier futura cooperaci¨®n con el presidente a las medidas que presentar¨¢ la noche del jueves. Pero no est¨¢ clara cu¨¢l es la respuesta.

Los republicanos est¨¢n divididos. La facci¨®n m¨¢s combativa ya habla de replicar a la provocaci¨®n del presidente neg¨¢ndose a aprobar el presupuesto y provocando un cierre de la Administraci¨®n federal, o incluso de un impeachment, un proceso de destituci¨®n como el que afront¨® el presidente Bill Clinton, por un esc¨¢ndalo sexual, en los ¨²ltimos a?os de su mandato.

Boehner y McConnell son m¨¢s cautos. Creen que disponen de otros m¨¦todos menos estridentes para torpedear las medidas. Por ejemplo, negando fondos para que se apliquen o denunciando a Obama en los tribunales.

El viernes Obama viajar¨¢ a Las Vegas (Nevada). En una escuela que refleja la diversidad cultural de los EE UU del futuro, y en un Estado cuya econom¨ªa no funcionar¨ªa sin la mano de obra inmigrante, el presidente abrir¨¢ la campa?a.

El debate pone en juego la identidad de EE UU. En 2040, los blancos no hispanos dejar¨¢n de ser la mayor¨ªa en este pa¨ªs, seg¨²n las proyecciones demogr¨¢ficas. Tambi¨¦n est¨¢ en juego el poder pol¨ªtico: cada vez resulta m¨¢s dif¨ªcil ganar elecciones sin el apoyo de la minor¨ªa latina. Las posiciones de cada partido en los pr¨®ximos d¨ªas pueden decidir el voto de este electorado en las elecciones presidenciales de 2016.