¡°M¨¦xico est¨¢ harto e indignado de atrocidades y barbaries como Iguala¡±
Luis Ra¨²l Gonz¨¢lez asume la presidencia de la Comisi¨®n mexicana de Derechos Humanos, sumida en una profunda crisis de credibilidad, en un momento de hartazgo y agitaci¨®n
La Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos de M¨¦xico atraviesa la peor crisis desde su creaci¨®n en 1990. Su inoperancia en casos como las desapariciones de Iguala o la matanza de Tlatlaya, donde el Ej¨¦rcito ocult¨® la ejecuci¨®n a sangre fr¨ªa de 15 civiles, fulminaron a su anterior presidente y han situado al reci¨¦n elegido, Luis Ra¨²l Gonz¨¢lez P¨¦rez, de 57 a?os, ante un reto que ¨¦l mismo califica de ¡°extraordinario¡±. Frente a una sociedad conmocionada y harta de abusos, el Defensor del Pueblo mexicano se ha puesto como objetivo recuperar la credibilidad y la confianza. Dos valores que, hoy d¨ªa, se cotizan muy alto en M¨¦xico.
Pregunta. Ha declarado que quiere una comisi¨®n inc¨®moda e implacable, ?es que no lo ha sido hasta ahora?
Respuesta. Estoy trabajando en cu¨¢l es el perfil que asumir¨¦, pero ser¨¦ implacable con aquellos servidores p¨²blicos que se aparten del compromiso de respeto a los derechos humanos.
P. Eso es obvio, no tendr¨ªa sentido un organismo que permitiese que los funcionarios no cumpliesen con los derechos humanos. Mi pregunta es, antes de su llegada, ?no ha sido implacable la comisi¨®n?
R. El objetivo de esa energ¨ªa, de ese ser implacable, es evitar que sucedan hechos como los acontecidos y que han generado indignaci¨®n mundial. Quiero ser enf¨¢tico, quiero cambiar el paradigma y que una recomendaci¨®n no se quede en el papel, sino que tenga efectos. A la v¨ªctima no le sirve un papel.
P. ?Y de qu¨¦ modo se puede conseguir que las recomendaciones de la comisi¨®n no queden en papel mojado?
R. Ejerciendo todas las facultades. ?De qu¨¦ le sirve ese papel a una v¨ªctima si no hay consecuencias jur¨ªdicas, si no hay sanciones, si campea nuevamente la impunidad? Ese es un c¨ªrculo vicioso propiciatorio de las violaciones de los derechos humanos. En la medida en que no hay temor porque no se sanciona, se est¨¢ invitando a que se cometan nuevas violaciones. Mi reto consiste en recobrar la confianza y la credibilidad, no en especular.
¡°Iguala deton¨® el hartazgo social, la indignaci¨®n y la verg¨¹enza¡±
P. En lo que va de a?o se han registrado 5.098 desapariciones en M¨¦xico, la mayor cifra en la serie hist¨®rica. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando?
R. Es un tema grav¨ªsimo que nos preocupa. Iguala deton¨® e hizo evidente algo que est¨¢ en la base del problema. Basta ver las fosas que se encontraron en la b¨²squeda de estos j¨®venes. Ahora hay que averiguar qui¨¦nes son. Iguala lo que est¨¢ poniendo en el escenario es el hartazgo social, la indignaci¨®n, la verg¨¹enza por la que estamos atravesando, de barbaries y atrocidades como este caso.
P. ?Cree que el caso Iguala est¨¢ cerrado?
R. Para nada. Hay investigaciones en curso, tenemos que conocer la verdad de lo que aconteci¨® con 43 j¨®venes, hay seis muertos tambi¨¦n alrededor de los hechos. Debemos conocer la verdad de lo sucedido, el paradero de las personas.
P. ?C¨®mo ve M¨¦xico?
R. Veo crispaci¨®n social en ciertas zonas de la Rep¨²blica. En parte lo detona Iguala, pero tambi¨¦n hay condiciones de desigualdad muy manifiestas que hacen evidente que los derechos econ¨®micos, culturales y sociales deben fortalecerse. Veo que hay tensi¨®n y veo que tambi¨¦n hay una expresi¨®n leg¨ªtima de protesta frente a este hartazgo. Esa contestaci¨®n social es bienvenida y tiene que contribuir a que estos sucesos no se repitan, pero tambi¨¦n debo se?alar que la violencia que se ejerce para exigir el cumplimiento de la ley no se puede responder m¨¢s que aplicando la ley y el Estado de derecho. No soy un ingenuo, asum¨ª la responsabilidad en medio de una situaci¨®n extraordinaria. Lo ¨²nico que nos puede reencontrar en esa crispaci¨®n social es el respeto a los derechos humanos, la dignidad y el cumplimiento de la norma.
P. ?Y c¨®mo se acaba con la otra violencia, la del narco? ?C¨®mo sale M¨¦xico de esa espiral?
R. Combatiendo la impunidad. Aqu¨ª se busca que cuando la Comisi¨®n emita una recomendaci¨®n haya una consecuencia jur¨ªdica o pol¨ªtica.
¡°M¨¦xico vive una situaci¨®n de crisis de derechos humanos¡±
P. A su antecesor se le ha achacado depender excesivamente del poder ejecutivo. ?Qu¨¦ les dir¨ªa a los que piensan que usted puede estar infectado por ese virus?
R. Por fortuna no estoy infectado de ese virus, tengo las vacunas necesarias y me las he puesto recurrentemente en 35 a?os de ejercicio profesional. El ombudsman tiene que ser independiente de gobiernos, de partidos pol¨ªticos, de organizaciones civiles. No soy su adversario, sino su coadyuvante. ?De qu¨¦ le sirve al pa¨ªs, a las instituciones y a las autoridades que se solapen las violaciones de derechos humanos? Vean el tama?o de la indignaci¨®n y la protesta. ?No les sirve m¨¢s un ombudsman que se?ale d¨®nde se est¨¢ actuando mal? Ese es mi plan de trabajo.
P. ?C¨®mo calificar¨ªa la situaci¨®n de los derechos humanos hoy en M¨¦xico?
R. De crisis en ciertas zonas del pa¨ªs como Guerrero, Tamaulipas o Michoac¨¢n.
P. ?El Gobierno est¨¢ cumpliendo su papel como garante de los derechos humanos?
R. Ser¨ªa equivocado no admitir el avance legal que M¨¦xico ha tenido en el reconocimiento de derechos humanos, empezando por la reforma constitucional de 2011, la ley general de v¨ªctimas, la reforma penal¡ Nuestro gran reto ahora es que esas normas se ejecuten, se cumplan, se vuelvan realidad en temas como la desaparici¨®n, las torturas o la migraci¨®n.
P. ?Y c¨®mo enjuicia el trabajo de la comisi¨®n en el caso Tlatlaya?
R. Llevo cinco d¨ªas en el puesto. He estado viendo todos los asuntos, voy a revisar ese caso con puntualidad, voy a meterme en las entra?as del caso...
P. ?Es usted consciente de que la Comisi¨®n ha quedado muy mal parada por el caso Tlatlaya? Si no llega a ser por las investigaciones period¨ªsticas, nada se habr¨ªa sabido.
R. Quiero una Comisi¨®n Nacional que sea oportuna, que inicie oportunamente las quejas y los pronunciamientos. ?Por qu¨¦ hubo comentarios anticipados a una conclusi¨®n que no se ten¨ªa?
P. Las responsabilidades establecidas en el informe de la comisi¨®n se limitan a un teniente y siete soldados. ?Cree que se puede reducir a estas personas lo que ah¨ª ocurri¨®?
R. Por eso voy a revisar, hay diferencias entre el n¨²mero de los presuntos responsables que da la Comisi¨®n Nacional y el que ofrecen las autoridades. Voy a ver si los responsables son todos los que se se?alan o hay m¨¢s. En cinco d¨ªas no he hecho este trabajo. Tengo muy claro que he de profundizar y si tengo que se?alar que las respuestas de la autoridad no satisfacen, lo dir¨¦.
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