Las protestas por la exculpaci¨®n de Ferguson se extienden por EE UU
Miles de personas marchan contra de la exculpaci¨®n en Nueva York y otras ciudades
La tensi¨®n que recorre Estados Unidos por los sucesos de Ferguson (Misuri) ha provocado este martes manifestaciones de protesta, por segunda noche consecutiva, en ciudades como Nueva York, Los ?ngeles, Atlanta, Boston, Washington, Detroit, Seattle o Nueva Orleans, entre otras. En todas ellas resonaron las consignas de la indignaci¨®n ciudadana contra la violencia policial. Nueva York, que vivi¨® la marcha m¨¢s numerosa, con miles de manifestantes repartidos por varias zonas de la ciudad, que provocaron graves problemas de circulaci¨®n y algunas detenciones, tambi¨¦n oy¨® otras voces, que hablaron de reconciliaci¨®n, de trabajo en com¨²n, de confianza en las instituciones y en los ciudadanos.
Ferguson vivi¨® el martes una noche un poco m¨¢s tranquila que la anterior. El cierre de calles y la ampliaci¨®n del despliegue de la Guardia Nacional de Misuri, la milicia militar del Estado, lograron reducir los disturbios en este suburbio de San Luis (Misuri), en estado de ebullici¨®n despu¨¦s de la decisi¨®n de un gran jurado de no imputar al agente de polic¨ªa blanco que mat¨® en agosto a Michael Brown, un afroamericano de 18 a?os desarmado. A¨²n as¨ª, volvieron a registrarse ataques a comercios y coches de polic¨ªa, detenciones de manifestantes y uso de gas lacrim¨®geno por parte de las fuerzas de seguridad, seg¨²n la informaci¨®n difundida pasada la medianoche.
Los disturbios fueron m¨¢s controlados que el lunes, cuando, tras el anuncio del dictamen judicial, se registraron una docena de incendios y m¨¢s de sesenta personas fueron detenidas. Buena parte de ello se debi¨® a que cerca de un kil¨®metro de largo de la avenida comercial West Florissant ¡ªepicentro de las protestas en agosto y de los incendios el lunes¡ª permaneci¨® todo el d¨ªa cerrado, salvo algunas excepciones, al tr¨¢nsito de veh¨ªculos y peatones. Durante la ma?ana, los cuatro lados de ese tramo de la avenida estaban bloqueados por coches de polic¨ªa del condado de San Luis. Por la tarde, a estos se les unieron soldados de la Guardia Nacional, lo que aport¨® una inquietante est¨¦tica militar a esa zona fantasma.
Cerca de las 10 de la noche, sin embargo, el panorama se deterior¨®. Varios centenares de manifestantes, muchos con la cara cubierta, empezaron repentinamente a caminar un par de bloques m¨¢s arriba y giraron en la calle Church: el coraz¨®n del cuidado centro hist¨®rico de Ferguson, habitado mayoritariamente por blancos. Y all¨ª volcaron un coche de polic¨ªa aparcado al lado del Ayuntamiento y le trataron de prender fuego. Varios cristales del Ayuntamiento fueron rotos. La mayor¨ªa de tiendas ten¨ªan sus fachadas protegidas por maderas. La polic¨ªa antidisturbios tard¨® poco en llegar y desplaz¨® a los congregados lanz¨¢ndoles gases lacrim¨®genos y advierti¨¦ndoles de que si no se mov¨ªan ser¨ªan detenidos. Hubo carreras constantes, en un escenario de nerviosismo. Se pod¨ªa ver a varios j¨®venes verti¨¦ndose agua en los ojos para minimizar el efecto del gas. A otros felices con los altercados y con la agresividad policial. ¡°No tengo miedo¡±, dec¨ªa uno.
Varias decenas de soldados, equipados con trajes de combate y rifles en sus hombros, vigilaban la zona sur de West Florissant y ten¨ªan apostado un autob¨²s en una esquina. En ese lugar a¨²n se pod¨ªa oler con intensidad el hedor de un comercio cercano que ardi¨® la noche del lunes. El panorama era desolador: un largo tramo de la avenida permanec¨ªa completamente des¨¦rtico, con casi todos los comercios protegidos por tablas de madera y con las luces de las sirenas de polic¨ªa como ¨²nico movimiento de fondo.
La noche del lunes, el gobernador de Misuri, el dem¨®crata Jay Nixon, despleg¨® a 700 miembros de la Guardia Nacional que se limitaron a proteger edificios gubernamentales, incluido un puesto de comando, como ya hicieron en agosto a los seis d¨ªas de protestas por la muerte de Brown. Pero el martes, ante las cr¨ªticas por la ola de disturbios de la v¨ªspera, Nixon ampli¨® el dispositivo a 2.200 efectivos, de los cuales 1.200 se desplegaron esa noche.
Frente a la comisar¨ªa de polic¨ªa, a unos tres kil¨®metros de West Florissant y otro epicentro de las protestas del lunes, hab¨ªa alrededor de 200 soldados alineados. Por esa calle, South Florissant, iban pasando Humvees, todoterrenos militares de color camel. Justo delante de los soldados, se apostaban varios centenares de agentes de la polic¨ªa del condado de San Luis y de la patrulla estatal de autopistas. Ante la comisar¨ªa, se concentraron alrededor de 500 manifestantes, seguidos muy de cerca por un centenar de periodistas, fot¨®grafos y camar¨®grafos.
Mientras, cientos de personas protestaban en Nueva York, un ins¨®lito panel de discusi¨®n, en las ant¨ªpodas de lo sucedido en Ferguson, ten¨ªa lugar en la Mount Sinai United Christian Church de Tompkinsville, en Staten Island. Se celebr¨® en el barrio en el que muri¨® asfixiado este verano a manos de varios agentes el vendedor de cigarrillos afroamericano Eric Garner, y participaron l¨ªderes locales, familiares de v¨ªctimas y representantes de la polic¨ªa, que discutieron sin descalificaciones sobre c¨®mo mejorar las relaciones entre los cuerpos de seguridad y los ciudadanos. El motivo de tan singular reuni¨®n fue el octavo aniversario de la muerte en Queens del afroamericano Sean Bell, que recibi¨® 50 disparos de la polic¨ªa. Su novia, Nicole Paultry Bell, presidi¨® el acto. Cerca de ella, sentados juntos, Rodney Harrison, jefe adjunto de la polic¨ªa de Staten Island, y Gwen Carr, la madre de Eric Garner, en un escena, esta vez s¨ª, que vali¨® m¨¢s que mil palabras.
"Nosotros no tenemos en Nueva York una polic¨ªa como la de Ferguson. Aqu¨ª hay esperanza, hay diversidad", proclam¨® Kirsten John Foy, unos de los l¨ªderes de la National Action Network, la organizaci¨®n de derechos civiles del reverendo Al Sharpton. "?C¨®mo podemos trabajar colectivamente si hay desconfianza?", se pregunt¨® Paultry Bell. Todos los participantes destacaron el contraste entre los sucesos de Ferguson y las manifestaciones pac¨ªficas celebradas en Staten Island y otros lugares por la muerte de Garner. El reverendo Victor Brown, presente en el acto, atribuy¨® lo sucedido a la actitud de la familia de la v¨ªctima. "Esta gente sali¨® y dijo: 'Queremos justicia, pero no queremos conseguir esa justicia con violencia'. Ellos marcaron el tono", afirm¨®.
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