Captura de jefes
La estrategia militar del Estado colombiano contra las FARC tuvo una caracter¨ªstica notoria: el ataque directo a sus l¨ªderes
La estrategia militar del Estado colombiano contra las FARC durante los Gobiernos de ?lvaro Uribe y Juan Manuel Santos tuvo una caracter¨ªstica notoria: el ataque dirigido, casi siempre letal, contra los jefes de la organizaci¨®n rebelde.
Entre 2008 y 2011 los l¨ªderes de las FARC con los noms de guerre de Iv¨¢n R¨ªos (jefe del Bloque J.M. C¨®rdoba); Ra¨²l Reyes (jefe del Bloque Sur y portavoz de las FARC); Mono Jojoy o Jorge Brice?o (principal jefe militar); y Alfonso Cano (sucesor de Manuel Marulanda como jefe de las FARC) fueron abatidos en operativos que por lo general concentraron una gran potencia de fuego: el bombardeo a¨¦reo en territorio extranjero (Ra¨²l Reyes); el bombardeo masivo (Mono Jojoy); y el cerco militar luego de un bombardeo (Alfonso Cano). La excepci¨®n fue Iv¨¢n R¨ªos, asesinado por un guardaespaldas. Sin embargo, luego de dos semanas de haber capturado al general Rub¨¦n Dar¨ªo Alzate, el primer militar en actividad de ese rango que cae prisionero en d¨¦cadas de guerra interna, las FARC ¡ªen lugar de reclamar como propia la posici¨®n del Gobierno colombiano de que las operaciones militares y las negociaciones de paz se mueven por cuerdas separadas¡ª procedieron a ponerlo en libertad, junto con las otras dos personas capturadas con ¨¦l.
?Por qu¨¦ renunciaron las FARC a usar y exprimir, por lo menos por un tiempo m¨¢s, el inesperado golpe de propaganda obtenido con tanta facilidad? Si algo se puede afirmar con seguridad es que las razones humanitarias tuvieron poco que ver con esa decisi¨®n contraintuitiva. ?Fue entonces por temor a una intensificaci¨®n de las operaciones militares o al probable colapso de las negociaciones de paz? Creo que m¨¢s a lo segundo que a lo primero, aunque no me parece que esa sola consideraci¨®n explique el desenlace. Lo veo como resultado de un razonamiento pol¨ªtico que no carece de precedentes.
En China, en 1936, el general¨ªsimo Chiang Kai-shek, l¨ªder del entonces invadido y convulsionado pa¨ªs, fue capturado y apresado por quien era nominalmente su subordinado, el ¡°joven mariscal¡± Chang Hsueh-liang (o Zhang Xueliang en el uso actual), que le exig¨ªa parar la guerra contra los comunistas y hacer un frente com¨²n contra los invasores japoneses.
Las FARC mejoraron su imagen al liberar r¨¢pido al general Alzate y el presidente gan¨® peso
Chiang fue capturado cuando (en lo que hoy, salvas las diferencias, tambi¨¦n se habr¨ªa considerado una quiebra de los protocolos de seguridad) vol¨® a Xian, controlada por las tropas del ¡°joven mariscal¡± para ordenarle que ataque a los comunistas. Hsue-liang quer¨ªa atacar a los japoneses, hizo capturar a Chiang y busc¨® convencerlo de cambiar prioridades en cuanto a enemigos.
Parad¨®jicamente, fueron los comunistas, que llegaron prontamente a Xian en una delegaci¨®n encabezada por Chou En-lai (o Zhou Enlai), quienes presionaron para que no se violentara, humillara y menos ejecutara a Chiang Kai-shek a quien, pese a los terribles derramamientos de sangre de los a?os precedentes, consideraban indispensable para lograr el frente antijapon¨¦s.Cerca de la Navidad de 1936, luego de un acuerdo que, pese a su fragilidad y violaciones, cambi¨® el curso de la guerra, Chiang fue liberado y retorn¨® a Nanjing. Para preservar su reputaci¨®n, exigi¨® volver en el avi¨®n del ¡°joven mariscal¡±, acompa?ado por este. Al llegar a Nanjing, hubo un cambio de papeles y Chang Hsue-liang pas¨® de captor a prisionero de Chiang Kai-shek, por los siguientes 40 a?os. El ¡°joven mariscal¡± muri¨® en Haw¨¢i en 2001, a los 101 a?os.
Es algo forzado, por supuesto, buscar paralelos entre las tribulaciones del general colombiano con nombre de poeta y las del general¨ªsimo del Kuomintang. Lo que s¨ª tienen en com¨²n, me parece, es el razonamiento del enemigo que condujo a su libertad. Los comunistas chinos calcularon que la muerte o la humillaci¨®n de Chiang Kai-shek llevar¨ªa a una guerra civil irreparablemente polarizada en la que los principales ganadores ser¨ªan los japoneses y ellos los principales perdedores.
Las FARC estimaron, me parece, que el principal perdedor en un cautiverio prolongado del general Alzate iba a ser el presidente Juan Manuel Santos y el principal ganador su exmentor y actual n¨¦mesis: el expresidente ?lvaro Uribe. En ese escenario, la expectativa de vida de las negociaciones de paz habr¨ªa sido probablemente muy corta. As¨ª las cosas, el presidente Santos no perdi¨® cara, sino gan¨® peso, las FARC mejoraron su imagen y posici¨®n pol¨ªtica, el general se fue a casa y Uribe qued¨® sin pr¨¦dica. Por lo menos por unas horas.
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