La tensi¨®n en Michoac¨¢n: ¡°Es mi comandante, por ¨¦l damos la vida¡±

Para entrar este mi¨¦rcoles al poblado de La Ruana, en Michoac¨¢n, era necesario identificarse. La comunidad, de unos 10.000 habitantes y dedicada al cultivo del lim¨®n, amaneci¨® sitiada por el Ej¨¦rcito y las polic¨ªas federal y estatal mexicanas en una estampa que recordaba a la de un a?o antes, cuando los enfrentamientos entre civiles y el crimen organizado eran diarios. Trece camionetas y varios convoyes militares tapaban la entrada principal a un pueblo consternado por la muerte de 11 personas en una refriega entre bandos rivales el d¨ªa anterior. Hip¨®lito Mora, fundador de los grupos de autodefensa en 2013, ejerc¨ªa como l¨ªder de uno de ellos, y Jos¨¦ Luis Torres, El Americano, comandaba el otro. Aunque la versi¨®n de cada qui¨¦n difiere, ambos dispararon con armas entregadas en mayo por la Secretar¨ªa de Seguridad P¨²blica. Ambos, legitimados oficialmente para combatir al cartel de los Caballeros Templarios y proteger su municipio como miembros de la Fuerza Rural, un colectivo creado para legalizar a los civiles que tomaron las armas contra el narcotr¨¢fico. Al menos hasta el domingo pasado.

En una conferencia de prensa, el comisionado para la seguridad y el desarrollo integral de Michoac¨¢n, Alfredo Castillo, dio a conocer el mi¨¦rcoles que los permisos para Torres vencieron el d¨ªa 15. En una reuni¨®n con autodefensas el lunes, el enviado de Pe?a Nieto para pacificar el Estado cerr¨® un acuerdo de nueve puntos, entre ellos, la desintegraci¨®n del grupo operativo especial G250, un cuerpo de ¨¦lite dentro de la Fuerza Rural con movilidad por todos los municipios de la regi¨®n de Tierra Caliente que ten¨ªa como principal misi¨®n perseguir a los cabecillas de los Templarios. Jos¨¦ Luis Torres formaba parte de esta cuadrilla, por lo que, seg¨²n la versi¨®n oficial, no tendr¨ªa facultades para seguir ejerciendo. Hace ya casi un a?o que el Gobierno puso en marcha un ambicioso operativo de seguridad en Michoac¨¢n para terminar con la escalada de violencia provocada por los narcotraficantes y evitar que los ciudadanos siguieran combatiendo el crimen por su cuenta. Desde entonces, ha ca¨ªdo una buena parte de la c¨²pula de los Templarios, pero su l¨ªder, Servando G¨®mez Mart¨ªnez, La Tuta, contin¨²a pr¨®fugo, los homicidios no han disminuido y las reyertas locales por el control del territorio se agudizan.

Tras lo sucedido el martes, contemplo la posibilidad de que me quieran volver a meter en la c¨¢rcel Hip¨®lito Mora, fundador de las autodefensas en 2013

Al caer la noche del mi¨¦rcoles, El Americano continuaba esperando a declarar por los hechos del martes. ¡°Fue en defensa, nos habr¨ªan acribillado si no hubi¨¦ramos peleado¡±, coment¨® a la prensa protegido por unas veinte personas sin uniforme provistas de fusiles AR-15 que imped¨ªan acercarse a ¨¦l.

¡°Es mi comandante, por ¨¦l damos la vida¡±, asegura en la escena Ruperto Anaya, de 43 a?os, extraficante de hero¨ªna que cumpli¨® una condena de ocho a?os en la c¨¢rcel. Muestra su identificaci¨®n como Fuerza Rural en categor¨ªa de operaciones especiales, lleva los brazos tatuados y cuenta que particip¨® en el enfrentamiento del d¨ªa antes. Seg¨²n su relato, se acercaron al cobertizo donde estaba atrincherado el grupo de Hip¨®lito Mora, y estos empezaron a agredirles. ¡°Llev¨¢bamos palos y tuvimos que sacar los rifles, los oficiales de la Gendarmer¨ªa tambi¨¦n nos tiraron y mataron a cinco de los nuestros¡±. Ruperto no se sabe los nombres de las v¨ªctimas, s¨®lo sus apodos: ¡°La Potarga, El Gringo, El Pasteles, El Me?o y El Nan¡±. Todos menos dos ten¨ªan poco m¨¢s de veinte a?os. Entre los muertos de Mora se encuentra su hijo mayor, Manuel, de 33.

Esta noche Hip¨®lito contin¨²a haciendo guardia en el cobertizo a la espera de que traigan el cuerpo de su hijo para velarlo. Est¨¢ exhausto, admite, mientras se tumba en una hamaca. Su tono ya no refleja la ira del d¨ªa anterior, solo tristeza. ?l insiste en que llegaron a atacarlos y se protegieron. Sobre el techo de uralita que cubre el espacio, se aprecian las marcas de las balas. Hip¨®lito Mora culpa al comisionado de lo ocurrido: ¡°Llevamos un a?o pidiendo protecci¨®n para el pueblo y no nos han hecho caso¡±. ?l ha acusado en m¨²ltiples ocasiones a Torres de v¨ªnculos con el narcotr¨¢fico y este a su vez a Mora de asesinar en marzo a dos personas cercanas a su grupo. Por ese motivo, el l¨ªder de La Ruana fue enviado a prisi¨®n en marzo durante dos meses, aunque lo liberaron por falta de pruebas. ¡°Tras lo sucedido el martes, contemplo la posibilidad de que me quieran volver a meter en la c¨¢rcel. No s¨¦ cu¨¢l es el futuro de la polic¨ªa rural, ni si seguiremos despu¨¦s de esto. No me siento c¨®modo¡±, dice.

Apenas el domingo pasado, varios grupos de autodefensas, entre los que se encontraba Mora, bloquearon las carreteras en once puntos de seis municipios del Estado para exigir al Gobierno federal mayor protecci¨®n. Unos d¨ªas antes, una joven enfermera de 19 a?os fue encontrada con el rostro desollado y lesiones de arma blanca en el pecho en el municipio de Uruapan, tambi¨¦n de la regi¨®n. ¡°El crimen organizado contin¨²a operando y armando a gente¡±, asegura una periodista local.

En realidad, ya no sabemos qui¨¦nes son los buenos y qui¨¦nes los malos Una joven af¨ªn a El Americano

¡°En Tepalcatepec ha mejorado mucho la situaci¨®n¡±, dice en entrevista telef¨®nica Beatriz Sandoval, una de las primeras coordinadoras del movimiento de autodefensas en Michoac¨¢n. Este pueblo, junto con el de La Ruana, comand¨® el alzamiento de civiles en febrero de 2013. Hoy el l¨ªder de la comunidad, Jos¨¦ Manuel Mireles, se encuentra en una prisi¨®n de m¨¢xima seguridad por posesi¨®n de armas y aunque el Congreso ha avanzado en la creaci¨®n de una ley de amnist¨ªa para las autodefensas, su votaci¨®n deber¨¢ esperar hasta el pr¨®ximo febrero por falta de un acuerdo entre partidos. Durante meses, y como castigo, los Caballeros Templarios cercaron estas poblaciones matando a los vecinos e impidiendo la llegada de v¨ªveres. A un a?o de aquello, las carreteras est¨¢n despejadas gracias a la acci¨®n federal, pero la violencia no ha cesado.

En todo 2013 se registraron en el Estado 902 asesinatos, de los cuales 475 fueron por arma de fuego. Las cifras de la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n revelan que a finales de octubre de este a?o se hab¨ªan cometido en Michoac¨¢n 823 homicidios dolosos, 398 por arma de fuego. En poblaciones como La Ruana, la polarizaci¨®n revela que lo ¨²nico que ha cambiado es el enemigo. Guadalupe, una muchacha de 25 a?os af¨ªn al Americano duda: ¡°La situaci¨®n de inseguridad lleva aqu¨ª muchos a?os, primero La Familia Michoacana, despu¨¦s Los Templarios y ahora esto. En realidad, ya no sabemos qui¨¦nes son los buenos y qui¨¦nes los malos¡±. Con una parte de la poblaci¨®n civil enfrentada y armada desde mayo la tensi¨®n podr¨ªa volver a estallar en cualquier momento.