Los pol¨ªticos cubano-americanos defienden su feudo
Los legisladores originarios de la isla llevan una agenda propia, aunque a veces les enfrente con su Gobierno
Es raro que la congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen camine un rato por la calle en Miami sin que alguien se pare a saludarla. Y ella siempre tiene tiempo para intercambiar unas palabras, por lo general en su espa?ol con fuerte acento cubano, y posar sonriente. Pasa media vida en Washington, donde ocupa un esca?o en la C¨¢mara de Representantes desde 1982. Pero cuando puede se escapa a Miami, la ciudad que como tantos exiliados cubanos eligi¨® su familia para asentarse cuando, en 1960, con la llegada del Gobierno de Fidel Castro, huy¨® de su Habana natal.
Ros-Lehtinen solo ten¨ªa ocho a?os cuando abandon¨® Cuba, pero a¨²n as¨ª ha hecho suya la lucha de ese primer --y m¨¢s radical-- exilio cubano del que forma parte, para lograr la ca¨ªda de los hermanos Castro, para quienes no ahorra improperios. En su oficina de Miami, la congresista cuelga orgullosa una placa que la identifica como la primera mujer hispana --y cubano-americana-- que ingres¨® en el Capitolio. Fue en 1989, el emblem¨¢tico a?o en que el mundo vio c¨®mo se acababa la Guerra Fr¨ªa en todas partes salvo en las Am¨¦ricas. Washington y La Habana mantuvieron vivo el viejo enfrentamiento un cuarto de siglo m¨¢s. Hasta que el presidente estadounidense, Barack Obama, anunci¨® por sorpresa el mi¨¦rcoles que su Gobierno llevaba en negociaciones secretas con La Habana desde hac¨ªa 18 meses y que hab¨ªa decidido normalizar las relaciones con la isla. Un anuncio casi simult¨¢neo al que hizo desde La Habana el mandatario cubano Ra¨²l Castro.
La noticia no sent¨® nada bien a Ros-Lehtinen. Tampoco a su colega de bancada Mario D¨ªaz-Balart. ?l es hermano del excongresista Lincoln D¨ªaz-Balart, que fue coautor de la ley Helms-Burton, que en 1996 endureci¨® el embargo, y del popular presentador de televisi¨®n Jos¨¦ D¨ªaz-Balart. Los tres son sobrinos de los hermanos Castro, a quienes denostan, ya que la primera esposa de Fidel, Mirta D¨ªaz-Balart, era su t¨ªa.
Tampoco el joven senador Marco Rubio, posible candidato presidencial en 2016, escatim¨® cr¨ªticas al anuncio de Obama. Los tres legisladores aseguran que se enteraron muy poco antes de que el presidente estadounidense hiciera el anuncio oficial en una declaraci¨®n desde la Casa Blanca. No obstante, no perdieron tiempo calificar el cambio de estrategia hacia Cuba como algo ¡°infame¡±. La decisi¨®n de Obama, sostienen, es una pol¨ªtica ¡°descarriada¡± que le servir¨¢ de ¡°propaganda¡± al Gobierno cubano. La Habana, dicen, aprovechar¨¢ adem¨¢s los ingresos que se espera lleguen con la flexibilizaci¨®n de viajes y negocios para ¡°continuar sus actividades il¨ªcitas, pisotear las libertades fundamentales y desechar los principios democr¨¢ticos¡±, advierten.
Tras poner el grito en el cielo en Washington, repitieron un d¨ªa m¨¢s tarde la jugada en su base de poder, Miami. All¨ª, para darle m¨¢s fuerza a su cr¨ªtica, dejaron primero que denunciaran la ¡°traici¨®n¡±, la ¡°infamia¡± y el enga?o sufrido algunos de los s¨ªmbolos m¨¢s poderosos del exilio cubano.
Hablaron disidentes reci¨¦n llegados de la isla, como Iris P¨¦rez Aguilera, esposa del tambi¨¦n opositor Jorge Luis Garc¨ªa P¨¦rez. Pero sobre todo, los padres, hermanos y hasta sobrinos de los cuatro pilotos de la organizaci¨®n anticastrista Hermanos al Rescate que murieron en 1996, cuando su avi¨®n fue abatido por Cuba. Ese incidente llev¨® a que el entonces presidente Bill Clinton firmara la ley Helms-Burton, y a endurecer las condenas de los cinco esp¨ªas cubanos de la ¡°Red Avispa¡±.
Los tres ¨²ltimos agentes del grupo --conocidos como 'los cinco'-- que segu¨ªan entre rejas han sido liberados en el marco del canje de prisioneros acordado por Obama y Ra¨²l Castro. La Habana, a su vez, ha dejado libre al contratista estadounidense Alan Gross y a un ¡°agente¡± cubano que trabajaba para EE UU y que pas¨® casi dos d¨¦cadas en la c¨¢rcel. Medios estadounidenses lo han identificado como Rolando Sarraff Trujillo.
La puesta en escena en la oficina de Ros-Lehtinen la tarde del jueves no fue gratuita. Aunque encuesta tras encuesta se se?ala un creciente apoyo de los cubano-americanos a un cambio de estrategia hacia Cuba, sus representantes pol¨ªticos siguen defendiendo la pol¨ªtica sin concesiones que reclama el exilio m¨¢s radical.
Marco Rubio daba la clave: para los pol¨ªticos, las ¨²nicas ¡°encuestas¡± que valen son las elecciones. Y ¨¦stas los han ratificado una y otra vez. Y es que, aunque los que defienden un embargo a Cuba a ultranza son cada vez menos, siguen siendo los que m¨¢s religiosamente acuden a las urnas.
Por ello, desde Miami aseguran con una ¨²nica voz que est¨¢n ya preparando ¡°todo tipo de acciones¡± para frenar este ¡°insulto¡± a los cubanos de las dos orillas, aunque todav¨ªa no especifican cu¨¢les.
Volver¨¢n a la carga en enero, cuando los republicanos recuperar¨¢n la mayor¨ªa en las dos c¨¢maras del Congreso. Aunque saben que en este caso pueden contar incluso con algunos aliados dem¨®cratas, como el senador por Nueva Jersey Bob Men¨¦ndez, tambi¨¦n cubano-americano y tambi¨¦n un f¨¦rreo opositor a La Habana. Porque cuando se trata de Cuba, tira m¨¢s la sangre que las lealtades de partido.
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