Las fuerzas laicas buscan consolidar su poder en las elecciones en T¨²nez
Tras ganar en las legislativas, el conservador Essebsi opta al m¨¢ximo cargo
La avenida Habib Burguiba, escenario final de las revueltas que dieron inicio en T¨²nez a la primavera ¨¢rabe, se dividi¨® este viernes, d¨ªa de final de campa?a, en dos. Como el pa¨ªs y como los electores ante las cruciales elecciones presidenciales de este s¨¢bado. Un duelo con muchas acusaciones gruesas y poca ideolog¨ªa de fondo. En un lado, junto al teatro, se congregaron los partidarios del actual presidente, Moncef Marzuki, el activista a quien se tilda de ¡°pantalla¡± de los islamistas, que no se presentan. En el otro, junto a la simb¨®lica plaza 14 de enero (d¨ªa en que se inici¨® la revoluci¨®n, en 2011), estaban los animadores de Beyi Ca?d Essebsi, que a los 88 a?os aguanta la cr¨ªtica de encarnar el peligro de retorno del viejo r¨¦gimen.
Un grupo rapero anim¨® toda la tarde el mitin de cierre del partido de Essebsi, el laico Nida Tounes. Los m¨²sicos motivaron as¨ª a los presentes y equilibraron la imagen mayor del l¨ªder de esta nueva y heterog¨¦nea formaci¨®n, que hace dos a?os no exist¨ªa y ahora se apresta a copar los principales puestos de poder en T¨²nez.
Nida Tounes gan¨® claramente, pero sin mayor¨ªa absoluta (86 esca?os de 217), las primeras elecciones generales totalmente democr¨¢ticas convocadas el pasado 26 de octubre tras un a?o hist¨®rico en T¨²nez. En enero se aprob¨® la nueva Constituci¨®n, luego la ley electoral, m¨¢s tarde se desarrollaron los citados comicios y este domingo se resuelve, al fin, la segunda vuelta de las presidenciales.
En la primera vuelta, el 23 de noviembre, Essebsi part¨ªa tan claramente favorito que parec¨ªa que iba a arrasar. Gan¨® con el 39,4% de los votos. Sin embargo, Marzuki, que ha tenido tres a?os de un mandato muy pol¨¦mico, recuper¨® terreno y sum¨® finalmente el 33,4% de los sufragios.
Ahora la disputa est¨¢ m¨¢s en suspense, a pesar de que la mayor¨ªa de los partidos que se han retirado de la primera vuelta se han pronunciado a favor de Essebsi. Incluso aunque los islamistas de Ennahda, que han sostenido a Marzuki (candidato de la formaci¨®n Congreso para la Rep¨²blica) en el poder este tiempo, se han resistido a respaldarle y est¨¢n oficialmente por la neutralidad.
Marzuki ha atizado duramente a su rival con su edad y lo que ella representa. Essebsi ha tenido durante su larga carrera pol¨ªtica cargos con el presidente Burguiba, y hasta en el Parlamento con el dictador Ben Ali. Por contra, Marzuki se ha presentado como la garant¨ªa de que el antiguo r¨¦gimen represor no volver¨¢, como el adalid del equilibrio de poderes sin exclusiones frente al monopolio de Nida Tounes. Adem¨¢s, ha tenido la ocurrencia de prometer que si gana no se presentar¨¢ a la reelecci¨®n dentro de cinco a?os. Entiende que nadie deber¨ªa representar a la Rep¨²blica con m¨¢s de 75. Marzuki tiene ahora 69.
De los excesos tampoco se ha librado Essebsi, pese a su veteran¨ªa. Cuando Marzuki tach¨® de ¡°taghout¡± (polic¨ªas y represores) a los dirigentes de Nida Tounes, Essebsi quiso devolverle el mandoble y le acus¨® de estar apoyado por los islamistas extremistas.
Los chicos que impulsaron hace cuatro a?os la revoluci¨®n de los jazmines ahora se confiesan hastiados, pese al rap que atrona la avenida Burguiba. El 15% de paro del pa¨ªs se dobla entre los j¨®venes. Samir, experiodista dedicado ahora al cambio de moneda ilegal, esc¨¦ptico: ¡°The Economist dir¨¢ que somos la naci¨®n del a?o pero aqu¨ª nada funciona¡±.
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