A la caza del ¡®pastel¡¯ cubano
La normalizaci¨®n de relaciones abre negocios para los empresarios de EE UU
Desde que el presidente Barack Obama anunci¨® el restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, los tel¨¦fonos no dejan de sonar en Havana Consulting Group, una consultor¨ªa de Miami especializada en asesoramiento sobre la ¡°evoluci¨®n del mercado cubano¡±.
¡°Tengo varias solicitudes ya, y en los pr¨®ximos d¨ªas s¨¦ que va a llamar a la puerta mucha gente¡±, celebra su presidente, Emilio Morales. Los interesados son ¡°grandes compa?¨ªas¡±, asegura sin revelar detalles. Morales es consciente de que los cambios previstos en La Habana son todav¨ªa limitados, que a¨²n queda por ver la letra peque?a de la nueva pol¨ªtica y que adem¨¢s deber¨¢ superar eventuales trabas en el Congreso. M¨¢s all¨¢ de lo que pueda decir Cuba.
Aun as¨ª, a este experto cubano, que trabaj¨® durante a?os como consultor para las principales empresas ¡ªestatales y mixtas¡ª de la isla, no le cabe duda: el momento para que las empresas estadounidenses empiecen a moverse hacia el mercado cubano es ahora, para estar presentes cuando se abra la puerta del todo. Y eso suceder¨¢, afirma.
Con el anuncio de Obama ¡°comienza el desmontaje del embargo¡±, asevera. Quiz¨¢s no se disuelva del todo en los dos a?os que le quedan al dem¨®crata en la Casa Blanca, pero se ha iniciado ya un camino ¡°irreversible¡± en el que las empresas estadounidenses no se pueden quedar atr¨¢s, insiste.
Morales est¨¢ seguro del potencial de negocios en Cuba, pese al empobrecimiento de una isla que durante d¨¦cadas sali¨® a flote por los subsidios de la URSS primero y de Venezuela despu¨¦s.
A pesar del embargo, en la ¨²ltima d¨¦cada EE UU ha exportado a Cuba alimentos y otros pocos bienes autorizados por m¨¢s de 4.000 millones de d¨®lares (3.270 millones de euros), seg¨²n el Censo de EE UU. A ello se une el enorme potencial de una isla en la que casi todo est¨¢ por hacer o reconstruir, y que importa m¨¢s del 80% de lo que consume. ¡°EE UU es el mercado m¨¢s natural, m¨¢s cercano y m¨¢s poderoso, y donde viven dos millones de cubanos¡±, recuerda Morales.
¡°Pastel¡± es por ello un t¨¦rmino que se repite a lo largo de la conversaci¨®n con el consultor. Hacerse con una parte del pastel del potencial turismo, con el pastel de las telecomunicaciones¡
Y no es el ¨²nico optimista. ¡°Mejorar las relaciones comerciales ampliar¨¢ el acceso a un mercado de 11 millones de consumidores de la agricultura estadounidense¡±, celebraba esta semana Bob Stallman, presidente de la Federaci¨®n de Granjeros de EE UU.
¡°Un di¨¢logo abierto y un intercambio comercial entre el sector privado de Cuba y EE UU reportar¨¢n beneficios compartidos¡± dijo tambi¨¦n la C¨¢mara de Comercio, cuyo presidente, Thomas Donohue, viaj¨® en mayo a Cuba para ver las reformas de Ra¨²l Castro.
Tan solo con que el turismo ¡ªprimer negocio inmediato que se avizora¡ª se dispare a ra¨ªz de la normalizaci¨®n de las relaciones bilaterales, todas las necesidades de bienes, productos y servicios en Cuba se podr¨ªan multiplicar.
¡°En 50 a?os no ha habido un turismo abierto en Cuba, no hay empresas norteamericanas. Es el mercado ideal para crecer porque EE UU lo tiene cerca¡±, recuerda Morales, quien predice un mill¨®n de visitantes por a?o de EE UU a Cuba en un futuro no lejano. Santiago Castro, dos d¨¦cadas gestionando viajes a Cuba desde Miami en su agencia, Mamb¨ª International, es m¨¢s cauto, pero tambi¨¦n se frota las manos.
Desde que Obama decret¨® la primera flexibilizaci¨®n en los viajes a Cuba en 2009, el incremento de viajeros ha sido constante, hasta llegar a unos 400.000 al a?o. En su mayor¨ªa, son cubano-americanos, pero una cuarta parte son estadounidenses sin v¨ªnculos familiares con la isla. Castro calcula que, con los cambios, el n¨²mero de estadounidenses que usar¨¢ alg¨²n tipo de licencia oficial en las 12 categor¨ªas establecidas para hacer un turismo ¡°maquillado¡± subir¨¢ el 35 o hasta 40%.
Tambi¨¦n los tel¨¦fonos de su oficina en Miami suenan sin pausa.
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