Italia rescata 1.300 inmigrantes en el Mediterr¨¢neo en un d¨ªa

La desesperaci¨®n no entiende de fr¨ªo ni de marejadas. En las ¨²ltimas horas han llegado a las costas italianas a bordo de naves de la Marina militar alrededor de 1.300 inmigrantes rescatados en cuatro operaciones de salvamento en el Canal de Sicilia, que separa Italia de ?frica. La cifra puede impresionar, pero marca s¨®lo un peque?o pico en una estad¨ªstica terrible: del 1 de enero al 17 de diciembre, 167.462 inmigrantes llegaron a Italia por mar (el equivalente a la poblaci¨®n de Castell¨®n), seg¨²n el Ministerio del Interior. La media es de 477 al d¨ªa.

A bordo de una de las naves de rescate arribadas este viernes, la Etna, dotada de servicios m¨¦dicos, una mujer nigeriana daba a luz a un ni?o el d¨ªa de Navidad. Se llama Kate, tiene 28 a?os y dej¨® en Argelia a su marido y sus dos hijos mayores (6 y 10 a?os) para intentar llegar a Europa, embarazada de nueve meses y llevando en los brazos a Destiny, su peque?a de un a?o y tres meses. Destiny no se ha separado de su madre y su hermanito, bautizado Testimony Salvatore por los enfermeros, a petici¨®n de Kate, cristiana. Ella y el beb¨¦ est¨¢n sanos. Y son, para los medios italianos, la imagen m¨¢s emp¨¢tica que nadie pudiera imaginar para un drama que adquiere cada a?o, e independientemente de las pol¨ªticas adoptadas, mayores proporciones. La llegada de Kate a media tarde a Messina (Sicilia), junto a otros 900 inmigrantes, ha abierto los informativos de las principales cadenas de televisi¨®n italianas.

Los otros 400 inmigrantes rescatados llegaron ayer a Pozzallo (Sicilia). Entre ellos viajaba un cad¨¢ver: uno m¨¢s de los fallecidos en el Mediterr¨¢neo, el mar que m¨¢s n¨¢ufragos engulle al a?o en el mundo, seg¨²n la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados. Entre pr¨®rrogas y estudios t¨¦cnicos, el centro de acogida de inmigrantes de Pozzallo encarna otro de los grandes problemas de la inmigraci¨®n: el de la acogida. Tras un cierre de 15 d¨ªas y con el personal sin sueldo desde hace siete meses, el convenio firmado entre la prefectura de Ragusa y el Ayuntamiento de Pozzallo tiene validez solo hasta el 31 de diciembre. Y ni siquiera es una novedad: la operatividad del centro no es continua en virtud del car¨¢cter de ¡°emergencia¡± con el que se gestiona cada desembarco y, sobre todo, de la falta de fondos.

El ministro del Interior, Angelino Alfano ¡ªdelf¨ªn de Berlusconi hasta que rompi¨® con su mentor en 2013¡ª, insiste en que el fen¨®meno de la inmigraci¨®n ha cambiado en los ¨²ltimos a?os: ¡°Se ha pasado de los que hu¨ªan por razones econ¨®micas a los que ahora vienen de zonas de guerra, y la mayor¨ªa pide asilo pol¨ªtico¡±. Raz¨®n por la cual Italia ha exigido en repetidas ocasiones a la UE mayor solidaridad.

Porque el gran problema en Italia sigue siendo el rescate en alta mar. Frontex, la agencia de la Uni¨®n Europea para la gesti¨®n de fronteras, reemplaz¨® el pasado 1 de noviembre con la operaci¨®n Trit¨®n el programa italiano Mare Nostrum, que se puso en marcha despu¨¦s de la conmoci¨®n causada por la tragedia de Lampedusa el 3 de octubre del 2013. Entonces cerca de 400 personas murieron en el naufragio de un pesquero libio frente a la peque?a isla italiana. Los 41 ata¨²des blancos colocados en el hangar del aeropuerto para los cad¨¢veres de los ni?os sacudieron las conciencias de los mismos pol¨ªticos italianos que hab¨ªan tipificado como delito la ¡°inmigraci¨®n clandestina¡± convirtiendo en delincuente al inmigrante ilegal.

Con Mare Nostrum, la Marina italiana dispon¨ªa de decenas de naves y hasta de dos submarinos para patrullar el Canal de Sicilia y socorrer a los inmigrantes. En solo un a?o se salvaron 150.000 vidas. Pero su coste, 9 millones de euros al mes, resultaba demasiado alto para un pa¨ªs en crisis y con Bruselas exigiendo recortes. A cargo de la UE, la nueva operaci¨®n Trit¨®n, con un tercio del presupuesto (3 millones de euros al mes) limita el radio de acci¨®n a 30 millas (42 kil¨®metros) de las costas italianas. Los rescates sin el paraguas de Trit¨®n siguen realiz¨¢ndose en aguas internacionales e incluso libias. Cuando la Marina decidi¨® intervenir, la barcaza a la deriva en la viajaba Kate y su hija Destiny estaba m¨¢s all¨¢ de las susodichas 30 millas.