Trece a?os de guerra en Afganist¨¢n

El primer ataque de Estados Unidos en la guerra que declar¨® contra el terrorismo en todo el mundo se desat¨® 26 d¨ªas despu¨¦s de los atentados del 11-S que causaron m¨¢s de 6.000 muertos en Nueva York y Washington. Superbombarderos, cazas de combate y misiles de crucero Tomahawk lanzados desde submarinos brit¨¢nicos y buques estadounidenses alcanzaron objetivos en la capital, Kabul, y en las ciudades de Kandahar y Jalalabad, cerca de la frontera con Pakist¨¢n.

Reportaje desde Kabul un mes y medio despu¨¦s del inicio de las operaciones militares en el pa¨ªs. El autor retrata una ciudad pobre y en ruinas, destruida por los ataques, y que solo unos a?os antes, entre 1992 y 1996, ya sufri¨® los devastadores efectos de una guerra civil tras la expulsi¨®n de los sovi¨¦ticos.

La autora narra la ca¨ªda del poder de los talibanes tras cinco a?os de opresi¨®n. El fervor de los primeros tiempos fue dejando paso al miedo: la escuela qued¨® prohibida a las ni?as, a las mujeres se les impidi¨® trabajar, se impuso la barba en los hombres, se acab¨® el cine, la televisi¨®n e incluso juegos tan inocentes como volar una cometa. El temor y la desconfianza dominaron a la sociedad.

Despu¨¦s de dos a?os concentrado en el frente iraqu¨ª, Washington? decidi¨® enviar m¨¢s tropas (2.000 marines y 2.000 soldados) y reimpulsar sus actividades en este pa¨ªs, que durante 2003 desapareci¨® de los medios informativos.

Los documentos de Wikileaks?ilustraron muy detalladamente la acumulaci¨®n de errores cometidos en Afganist¨¢n durante los seis a?os (de enero de 2004 a diciembre de 2009) sobre los que se aport¨® informaci¨®n: reiteradas muertes de civiles en acciones militares, continuas acciones secretas para la caza de insurgentes, fracasos sucesivos de los aviones sin tripulaci¨®n y, lo m¨¢s grave de todo, permanentes cruces de informaci¨®n -incluso colaboraci¨®n, seg¨²n algunas interpretaciones- entre los servicios secretos paquistan¨ªes y los dirigentes talibanes.

Una operaci¨®n de las fuerzas especiales de ¨¦lite estadounidenses Navy Seals acab¨® con la vida del l¨ªder de Al Qaeda, huido desde 2001, tras el ataque del 11-S. Los agentes abatieron a disparos a Bin Laden en la localidad de Abottabad -a 80 kil¨®metros de Islamabad y en el norte de Pakist¨¢n- en una operaci¨®n en la que no hubo bajas estadounidenses. "Es un gran d¨ªa para Am¨¦rica, el mundo es m¨¢s seguro y mejor a causa de la muerte de Osama Bin Laden", proclam¨® Obama.

El presidente de EE UU anunci¨® la retirada gradual de las tropas norteamericanas de Afganist¨¢n, algo m¨¢s r¨¢pida que lo que quer¨ªa el Pent¨¢gono, pero dejando sobre el terreno fuerzas suficientes para seguir combatiendo a los talibanes. Este fue el comienzo del final de la guerra m¨¢s larga de la historia de EE UU.

Ese d¨ªa se cumpli¨® una d¨¦cada de campa?a militar en Afganist¨¢n, con 100.000 soldados desplegados y 1.800 tropas fallecidas en combate, insuficientes para pacificar el pa¨ªs y convertirlo en una democracia.

Un reportero de EL PA?S?empotrado en el ej¨¦rcito de EE UU comprueba el fracaso en la reconstrucci¨®n de un pa¨ªs devastado. Una d¨¦cada y 33.000 muertos despu¨¦s, el frente afgano era un lugar arrasado, hostil e ingobernable.

La Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganist¨¢n de la OTAN (ISAF) ha se?alado hoy con una ceremonia en Kabul el fin a 13 a?os de misi¨®n de combate en el pa¨ªs. En el acto se hace oficial el cambio de cometido de la misi¨®n, que pasa de ser de combate a un rol de asesoramiento con un peque?o contingente de tropas extranjeras en uno de los momentos m¨¢s violentos del conflicto. Quedar¨¢n en el pa¨ªs, aunque para ese cometido 10.800 soldados estadounidenses y entre 3.000 y 4.000 militares de la Alianza Atl¨¢ntica.