Muere Mario Cuomo, exgobernador de Nueva York

Mario Cuomo jugaba al ajedrez en pol¨ªtica cuando sus rivales lo hac¨ªan a las damas. El tres veces gobernador de Nueva York falleci¨® este jueves en su residencia en Manhattan horas despu¨¦s de que su hijo Andrew jurara su segundo mandato al frente del ejecutivo del mismo Estado que gobern¨® durante 12 a?os. A Cuomo, que ten¨ªa 82 a?os de edad, se le consideraba una de las grandes figuras de los liberales en Estados Unidos.

El dem¨®crata, hijo de inmigrantes de origen italiano, sirvi¨® de gobernador entre 1983 y 1994. Hace unas semanas fue hospitalizado por un problema card¨ªaco. Su ¨²ltima aparici¨®n p¨²blica fue el 4 de noviembre, cuando Andrew Cuomo se impuso con comodidad en las ¨²ltimas elecciones. Apareci¨® a su lado, alzado sus manos entrechadas en se?al de victoria. Y juntos perfilaron la v¨ªspera de A?o Nuevo el discurso inaugural.

Mario Cuomo fue siempre reconocido por su oratoria y, en concreto, por el rotundo discurso que lanz¨® un a?o despu¨¦s de alzarse como gobernador en la Convenci¨®n del Partido Dem¨®crata, donde se present¨® como la figura que iba a plantar cara a las pol¨ªticas conservadoras del presidente Ronald Reagan. El dem¨®crata declin¨® en dos ocasiones presentarse a las presidenciales.

¡°Su inspiraci¨®n, su legado y su experiencia es lo que han llevado al Estado (de Nueva York) hasta este punto¡±, dijo Andrew Cuomo en el discurso de inicio de su segundo mandato, en reconocimiento a la labor de su padre. Se cri¨® en el popular barrio neoyorquino de Queens y en su juventud jug¨® para el equipo de b¨¦isbol los Pirates de Pittsburgh, aunque su carrera deportiva por un bolazo en la cabeza que le llev¨® directo al hospital.

Mario Cuomo cuestion¨® el mensaje de prosperidad de Ronald Reagan y denunci¨® con duras palabras la desigualdad creciente entres los estadounidenses. ¡°Hay desesperaci¨®n, se?or presidente, en las caras que no ves, en los sitios que no visitas, de tu ciudad resplandeciente¡±, le reproch¨® a Reagan en la Convenci¨®n que se celebr¨® hace tres d¨¦cadas y media en San Francisco.

En ese mismo aforo Cuomo traz¨® una clara distinci¨®n entre los dos partidos. Mientras los republicanos creen que el Gobierno debe cuidar a los ricos para que su fortuna llegue a la clase media y a los m¨¢s pobres, los dem¨®cratas creen que la mejor manera de avanzar como sociedad es ¡°preservando intacta a toda la familia¡±, para que as¨ª nadie se quede rezagado.

Mario Cuomo se convirti¨® as¨ª en la voz del ala m¨¢s liberal del Partido Dem¨®crata estadounidense. Los que tuvieron la oportunidad de debatir directamente con Mario Cuomo lo definen, sin embargo, como un ¡°progresista pragm¨¢tico¡± que afrontaba siempre los retos con una perspectiva abierta y realista. De hecho, consideraba que el ciudadano deb¨ªa tener ¡°el gobierno que necesita¡± para que fuera verdaderamente eficiente.

Cuomo se opuso a la pena de muerte, era contrario a la prohibici¨®n del aborto o a que se privara a las mujeres con menos recursos el acceso a la asistencia p¨²blica para poner fin a embarazos no deseados. ¡°?Estamos pidiendo al gobierno penalizar lo que creemos es pecado porque nosotros mismo no podemos dejar de cometer el pecado?¡±, dijo ante la Universidad de Notre Dame.

Voz inquebrantable

El presidente Barack Obama le reconoci¨® como la una voz inquebrantable por la tolerancia, la inclusi¨®n social, la dignidad y la igualdad de oportunidades. En su nota de condolencias a la familia, dijo que su historia ense?a que el ¨¦xito de EE UU depende de todos sus ciudadanos, "no solo de los afortunados". El expresidente Bill Clinton a?adi¨® que "personific¨® el sue?o americano".

Su carrera pol¨ªtica comenz¨® en 1972, cuando el entonces alcalde neoyorquino John Lindsay le pidi¨® mediar en una disputa sobre vivienda p¨²blica en el barrio de Queens. El gobernador Hugh Carey le nombr¨® dos a?os despu¨¦s secretario de estado de Nueva York. En 1977 se present¨® a las primarias dem¨®cratas para alcalde de Nueva York, que perdi¨® en dos ocasiones.

Mario Cuomo estuvo en lo m¨¢s alto de la lista de candidatos presidenciales en 1988 y 1992. Volvi¨® a pasar por el podio de la convenci¨®n dem¨®crata ocho a?os despu¨¦s de aquel memorable discurso en San Francisco, para nominar a Bill Clinton como el aspirante a la Casa Blanca. Clinton le propuso para el Tribunal Supremo, pero de nuevo rechaz¨® la oferta. El republicano George Pataki le retir¨® el puesto de gobernador en 1994.