Syriza propugna el principio del fin de la austeridad
Propone cancelar parte de la deuda externa y nacionalizar servicios como la electricidad
El principio del fin de la austeridad en Grecia tiene un precio: 1.300 millones de euros. En esa cantidad eval¨²a el equipo de asesores econ¨®micos de Syriza el dinero para aliviar de manera inmediata la ¡°crisis humanitaria¡± a consecuencia de seis a?os de recesi¨®n y los recortes exigidos por la troika a cambio de los dos rescates (240.000 millones), una dependencia que ha disparado la deuda p¨²blica hasta el 177% del PIB (320.000 millones, un tercio m¨¢s que al inicio de la crisis). La econom¨ªa es el n¨²cleo del programa electoral de Syriza, presentado ayer en F¨¢liro (Atenas), y tambi¨¦n lo ser¨¢ de la campa?a de sus rivales, que acusan al partido izquierdista de empujar el pa¨ªs a la bancarrota y fuera del euro, algo que no figura en sus propuestas.
El equipo de expertos de Syriza, en el que coinciden veteranos marxistas junto a j¨®venes profesionales formados en EE UU, considera que esos 1.300 millones de emergencia cubrir¨ªan las necesidades b¨¢sicas de la poblaci¨®n m¨¢s afectada por la crisis (alimentaci¨®n, electricidad, alojamiento, sanidad, como ya hace el Ayuntamiento de Jalandri, o la prefectura del ?tica, con un paquete de 13 millones s¨®lo para ayuda humanitaria). Pero tambi¨¦n servir¨ªan para elevar el salario m¨ªnimo, que ahora no llega a los 500 euros, por no hablar de una moratoria bancaria sobre los cr¨¦ditos privados que superen el 30% de los ingresos. Alrededor de 800.000 griegos pueden perder en 2015 su hogar o su local de negocio por las deudas, seg¨²n fuentes del partido, tras concluir en diciembre la moratoria antidesahucios.
Vasilis Mankgos, de 75 a?os, tiene una pensi¨®n de 350 euros, acude a menudo a un comedor social y pasa el d¨ªa fuera de casa porque dentro se congela aunque se ¡°envuelva en 10 mantas¡±. Aunque como pensionista tiene derecho a atenci¨®n sanitaria, el retiro no le llega para costear el tratamiento de sus dolencias cr¨®nicas, y recurre a la farmacia de una cl¨ªnica social. ¡°Soy afortunado. Al menos la casa es m¨ªa, pero no puedo pagar la luz, y agua gasto la m¨ªnima¡±, cuenta. En la comida de A?o Nuevo del Ayuntamiento de Atenas, a la que acudieron 700 indigentes, y otros tantos a por bolsas de alimentos, Mankgos aseguraba entre gui?os que a¨²n no ha decidido su voto, pero s¨ª tiene claro ¡°que es necesario que algo cambie¡±. ¡°As¨ª no podemos seguir¡±, sentencia.
Para financiar el reflotamiento de los m¨¢s de tres millones de griegos que, como Mankgos, est¨¢n bajo el umbral de pobreza (de una poblaci¨®n de 11 millones), Syriza prev¨¦ en su programa de gobierno declarar la guerra a la evasi¨®n fiscal (que supone el 25% del PIB, seg¨²n la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos) y la redistribuci¨®n de los ingresos del Estado. Todas estas cuentas inquietan a los acreedores, sobre todo las relativas a un posible impago o reestructuraci¨®n de la deuda. Ayer Tsipras anunci¨® que pedir¨¢ ¡°con realismo¡± una quita de la mayor parte de la deuda, ¡°que resulta imposible de pagar¡±, mediante mecanismos colectivos europeos. El resto ¡°ser¨¢ pagada con crecimiento¡±.
¡°Gran parte de ella [la deuda] tiene que quedar fuera de la mesa de negociaciones¡±, explica Kostas Isychos, miembro del comit¨¦ central. Los expertos del equipo econ¨®mico de Alexis Tsipras elevan ¡°a m¨¢s del 50%¡± la posible cancelaci¨®n. ¡°Es el mayor temor de Berl¨ªn y Bruselas. Entiendo que tengan miedo, porque una victoria de Syriza abrir¨ªa una brecha en el sur de Europa y pondr¨ªa fin a la austeridad. Experiencias como la de Jalandri son locales, pero tambi¨¦n globales porque est¨¢n al servicio de los ciudadanos¡±, apunta, desde?ando las cr¨ªticas de quienes consideran demasiado ingenuas las propuestas y abogando, en la mejor dial¨¦ctica marxista, por la oportunidad hist¨®rica que para griegos ¡ªy europeos¡ª representa un cambio de gobierno en Atenas.
Pavlos Starakis, parado de larga duraci¨®n de 55 a?os, explica en la comida de A?o Nuevo en Atenas al ser preguntado por la opci¨®n de Syriza: ¡°Puede que [su l¨ªder, Alexis] Tsipras no est¨¦ a¨²n preparado, lo ignoro, pero visto lo visto, prefiero que se equivoque a que nos mienta. Mentiras ya hemos tenido de sobra¡±. Mientras, Al¨¦xandros Moraitakis, un diputado de la conservadora Nueva Democracia presente entre las autoridades asistentes, intenta convencerle de lo contrario: ¡°No s¨®lo son propuestas inviables, sino suicidas, porque llevar¨¢n al pa¨ªs a la quiebra¡±.
¡°Cuando proponemos lo que proponemos, no hablamos s¨®lo de econom¨ªa, tambi¨¦n de esperanza¡±, subraya Isychos. ¡°Se trata de reinvertir en la dignidad del ciudadano, de recuperar la ilusi¨®n de los miles de ni?os que deben estudiar con velas porque en su casa no hay luz [330.000 hogares a oscuras] o devolver el decoro a los 25.000 sin techo que hay s¨®lo en Atenas, cuando hace cuatro a?os no llegaban a 4.000. La crisis no es s¨®lo econ¨®mica, sino sist¨¦mica, de valores, social, y por eso nosotros les ofrecemos esperanza y pol¨ªticas alternativas¡±. Entre las propuestas tambi¨¦n figura ¡°la renacionalizaci¨®n de servicios privatizados como el agua, la electricidad o el transporte y la nacionalizaci¨®n de algunos bancos, los necesitamos para inyectar liquidez a la econom¨ªa real. Los bancos se est¨¢n llevando ahora cerca del 75% de los pr¨¦stamos de la troika, y ahora deben contribuir¡±.
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