El califato contra Europa
La mejor defensa de la libertad es mediante el ejercicio de la libertad
El califato ya est¨¢ aqu¨ª. Sus experimentados matadores ya han actuado dentro de Europa para que nos enteremos de sus prop¨®sitos, el primero y m¨¢s importante, terminar con nuestra libertad, la libertad de los europeos, un bien que solo apreciamos cuando lo perdemos.
Sus guerreros han alcanzado el coraz¨®n de la libertad de expresi¨®n, el consejo de redacci¨®n entero de Charlie Hebdo, la revista sat¨ªrica que m¨¢s ha destacado en la defensa de esta libertad que necesariamente debe alcanzar a los personajes, los s¨ªmbolos y las creencias de todas las religiones. La libertad no es divisible y debe incluir necesariamente el derecho a la demolici¨®n de religiones y mitos. Esto y no otra cosa es Europa, y el d¨ªa que renunciemos a esa libertad, Europa ya no ser¨¢ Europa, sino otra cosa, un territorio colonizado por el fanatismo.
Europa debe defenderse de los guerreros del califato. Con el Estado de derecho, por supuesto. Tambi¨¦n con todos los medios policiales e incluso militares si hace falta. Pero siempre dentro de la ley y del respeto a los valores y a los principios liberales sobre los que se ha construido, la defensa a ultranza de la libertad de expresi¨®n entre los m¨¢s destacados.
El califato quiere terminar con la libertad de los europeos y su actuaci¨®n violenta lo busca por dos caminos, igualmente perversos ambos. El de la renuncia a la libertad, mediante la imposici¨®n de legislaciones restrictivas a la libre expresi¨®n de las ideas, incluido el derecho irrenunciable a la blasfemia: solo las personas tienen honor y derecho a defenderlo en los tribunales, no lo tienen los dioses, los s¨ªmbolos o los mitos, sean cristianos o jud¨ªos, isl¨¢micos o laicos. El otro camino, aparentemente en el otro extremo, es la utilizaci¨®n de medios mimetizados de los terroristas, es decir, restringir el Estado de derecho y las libertades pol¨ªticas, admitir la tortura y el secuestro, con la excusa de que todo ello sirve para mejor combatir al terrorismo, como hizo Bush en su d¨ªa con el fracaso que todos conocemos.
El futuro de Europa, en contra de lo que piensa el Frente Nacional franc¨¦s o los alemanes de Pegida (Patriotas Europeos contra la Islamizaci¨®n de Occidente), depende de la llegada de inmigrantes en grandes proporciones en los pr¨®ximos a?os, que en una buena parte ser¨¢n ciudadanos de religi¨®n isl¨¢mica. Si no somos capaces de integrar y respetar a esos inmigrantes, Europa desaparecer¨¢.
Nadie como los islam¨®fobos europeos hacen mejor el juego al califato, con el que coinciden en su idea de un islam rigorista basado en una lectura literal del Cor¨¢n, pero deben ser sobre todo los propios musulmanes y sus representantes, as¨ª como los Gobiernos m¨¢s significativos, como el turco o el saud¨ª, quienes se distancien de forma convincente de esta forma salvaje de entender su religi¨®n.
Los asesinos gritaban que hab¨ªan vengado al profeta y que Dios es grande. ?Vaya profeta debe ser el que ellos dicen defender con la muerte a sangre fr¨ªa! ?C¨®mo debe ser ese Dios cuya grandeza exaltan con sus manos manchadas de sangre! Nadie decente puede dejar de blasfemar contra profetas y dioses de tal cala?a, y eso es lo que va a suceder con mayor intensidad a partir de ahora.
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