Merkel ratifica ante Cameron la libre circulaci¨®n en la UE
La canciller limita su compromiso a combatir los ¡°abusos¡± en servicios sociales y fija l¨ªmites a las exigencias de Londres
Apoyo a una Uni¨®n Europea reformada y sensible a las demandas de Londres para matizar el abanico de competencias de Bruselas, aunque siempre dentro de los l¨ªmites que establecen los tratados europeos. Ese es el mensaje que subray¨® ayer la canciller alemana, Angela Merkel, tras su cita con el primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, comprometido a celebrar un refer¨¦ndum sobre la adhesi¨®n del Reino Unido a la UE si logra una victoria que hoy aparece incierta en las elecciones del pr¨®ximo mayo.
¡°Tenemos que contrarrestar los abusos (del sistema social europeo)¡±, subray¨® Merkel en su esfuerzo por procurar un bal¨®n de ox¨ªgeno a su colega del centroderecha, acuciado por el auge de un movimiento euroesc¨¦ptico y antiinmigraci¨®n que ha trastocado el mapa pol¨ªtico del pa¨ªs. Merkel midi¨® mucho sus palabras en la primera visita que protagoniza al exterior este a?o, consciente de que iban a ser escrutadas al mil¨ªmetro e interpretadas en clave electoral interna. La jefa del Gobierno alem¨¢n coincidi¨® con Cameron en la necesidad, por ejemplo, de recortar los beneficios sociales a aquellos inmigrantes incapaces de garantizar su propio sustento en un plazo ¡°razonable¡±, pero volvi¨® a dejar claro que ninguna medida adoptada unilateralmente por un socio de la UE debe traducirse en la restricci¨®n del principio de libre circulaci¨®n de los ciudadanos europeos. En otras palabras, corrigi¨® la l¨ªnea lanzada por el l¨ªder tory el pasado noviembre, cuando anunci¨® su pretensi¨®n de poner un veto a la entrada en el Reino Unido de personas de otros Estados europeos, principalmente de Bulgaria y Rumania.
Alemania advierte a Reino Unido de que no puede imponerse al resto de la UE.
Si bien Berl¨ªn y Londres coinciden en que la UE precisa de cambios, vino a decir Merkel, ni el enorme peso econ¨®mico, y ahora tambi¨¦n pol¨ªtico, de Alemania puede forzar a los restantes socios comunitarios a aceptar las reclamaciones brit¨¢nicas sin m¨¢s. Londres quiere renegociar su relaci¨®n con la UE y para ello exige la devoluci¨®n a los Parlamentos nacionales de diversas pol¨ªticas que dependen de Bruselas. La convocatoria de un plebiscito sobre el engarce de Reino Unido en Europa, inicialmente prevista por Cameron para 2017 pero cuya anticipaci¨®n sugiri¨® la semana pasada, es contemplada desde Bruselas como una suerte de chantaje: si la UE no acepta las reclamaciones de Londres, se arriesga a que los votantes brit¨¢nicos decidan dar un portazo a Europa.
Objetivos del G7
Angela Merkel y David Cameron acordaron ayer los objetivos para la pr¨®xima cumbre del G7, entre ellos profundizar en el Tratado de Libre Comercio entre la UE y Estados Unidos y en la lucha contra la evasi¨®n fiscal.
Entre los asuntos de pol¨ªtica internacional que abordar¨¢n los pa¨ªses m¨¢s industrializados del 7 al 8 de junio en Elmau, en Alemania, se encuentran la crisis en Ucrania y la lucha contra las amenazas del Estado Isl¨¢mico.
En cuanto a la UE, se tratar¨¢ la reforma de la UE que Cameron desea acometer antes de convocar un refer¨¦ndum para la salida de Reino Unido en 2017.
El drama para Cameron es que, incluso desde su condici¨®n de pol¨ªtico poco ideol¨®gico y acomodaticio a los pulsos de la sociedad brit¨¢nica, la perspectiva de un Reino Unido desafecto de la UE no entraba en sus planes iniciales y mucho menos en los de la comunidad financiera londinense. Su entente de ayer con Merkel, que tambi¨¦n se tradujo en la voluntad de forjar una UE m¨¢s competitiva con pol¨ªticas liberales, buscaba escenificar la imagen de un Reino Unido que consigue imponer sus reivindicaciones sin la necesidad de salir de Europa.
La importancia que otorga Londres a la relaci¨®n con Berl¨ªn queda plasmada en el anuncio de la visita del pr¨®ximo junio a Alemania de Isabel II, una reina cuya agenda es controlada al mil¨ªmetro por razones de edad (ya tiene 88 a?os). En contrapartida, Merkel dej¨® ayer hablar largo y tendido a su hom¨®logo brit¨¢nico, incluso cuando asegur¨® que puede ¡°arreglar el problema de la UE¡±, sugiriendo un futuro inmediato de restricciones que podr¨ªan atentar contra el libre movimiento en la UE. La canciller se limit¨® a precisar que tal escenario contraviene los tratados europeos. Sin aspavientos y consciente de que la identidad del pr¨®ximo inquilino de Downing Street, tras las elecciones del 7 del mayo, aparece hoy como una gran inc¨®gnita. La llamada ¡°cuesti¨®n brit¨¢nica¡± permanece hasta entonces en el aire.
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