Todos somos Excalibur

Llama la atenci¨®n que, habiendo sufrido Espa?a el peor atentado del terrorismo yihadista en Europa el 11 de marzo de 2004 con 192 muertos y miles de heridos, no haya habido ninguna fuerza pol¨ªtica, organizaci¨®n de la sociedad civil o instituci¨®n p¨²blica que llamara este domingo a manifestarse contra el terror y por la libertad de expresi¨®n tras el ataque al semanario Charlie Hebdo. Las peque?as concentraciones de residentes franceses en nuestro pa¨ªs o de la comunidad musulmana en Madrid o la iniciativa de un grupo de dibujantes en Galicia palidec¨ªan de verg¨¹enza en comparaci¨®n con las multitudes reunidas en Londres, Washington, Berl¨ªn y otras capitales.

Llama la atenci¨®n que, habiendo sufrido Espa?a d¨¦cadas de terrorismo etarra en cuya lucha y derrota fue decisiva la colaboraci¨®n francesa, nada ni nadie haya convocado a la solidaridad con Francia o que, ni tan siquiera, el lehendakari Urkullu acudiera a la manifestaci¨®n de Par¨ªs.

Llama la atenci¨®n que una sociedad como la espa?ola, cuyo comportamiento hacia la minor¨ªa musulmana tras el 11-M fue ejemplar, no haya reaccionado.

Llama la atenci¨®n que, en un pa¨ªs que recuper¨® las libertades hace menos de 40 a?os, nadie se haya sentido concernido para manifestarse p¨²blicamente contra el asesinato de 17 personas, 11 de ellas empleados de una revista.

Llama la atenci¨®n que, una sociedad como la espa?ola, proclive a la importaci¨®n masiva y un¨¢nime de cualquier moda extranjera y a manifestarse por cualquier pamplina, como el descenso de un equipo de f¨²tbol ¡ªen Madrid hubo en 2014 un promedio de 8 manifestaciones al d¨ªa¡ª, nada ni nadie se sintiese impelido a salir a la calle.

Llama la atenci¨®n que centenares de espa?oles se manifestaran espont¨¢neamente hace tan solo unos meses en contra de que un animal dom¨¦stico fuese sacrificado y que se creara hasta un hashtag ¡ª#salvemosaExcalibur¡ª en solidaridad con la suerte del perro de la enfermera contagiada con ¨¦bola y no lo hicieran ahora.

Llama la atenci¨®n que todav¨ªa tenga tanto peso el aislamiento hist¨®rico de Espa?a, que a¨²n concibamos la discusi¨®n como preludio de la violencia o que entre nosotros la pasividad pueda ser un valor social.

Llama dram¨¢ticamente la atenci¨®n, por ¨²ltimo, que parezca que los espa?oles valoremos tan poco la libertad.