Un juez reactiva la b¨²squeda del ¡®capo¡¯ mexicano Caro Quintero
Un tribunal condena al narcotraficante, en paradero desconocido desde 2013, por el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena y emite una nueva orden de arresto
La sombra del asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena, pese al paso de los a?os, anda tras Rafael Caro Quintero. Un tribunal federal mexicano declar¨® esta semana culpable al narcotraficante de los asesinatos en 1985 del funcionario estadounidense y de Alfredo Zavala, un piloto con el que inspeccionaba sembrad¨ªos de droga en la sierra. El narco de narcos pas¨® 28 a?os encerrado por este delito. Sin embargo, en agosto de 2013, mediante un subterfugio legal, consigui¨® quedar en libertad antes de que cumpliera lo que le quedaba de condena. Desde que abandonara la c¨¢rcel de Puerta Grande, de madrugada y sin testigos, no se ha vuelto a saber nada de ¨¦l.
La corte ha emitido una nueva orden de detenci¨®n contra el que fuera uno de los l¨ªderes del cartel de Guadalajara, el antecedente directo de lo que hoy es la organizaci¨®n criminal de Sinaloa. Las autoridades llevan 18 meses tras Caro Quintero ¨Cpresionados por la DEA, que no olvida la muerte de uno de los suyos-. Fuentes de inteligencia sospechan que se esconde en las inmediaciones de La Noria, el peque?o pueblo sinaloense en el que naci¨® en 1952. Se trata de una localidad serrana de dif¨ªcil acceso, a varias horas monte arriba de la localidad m¨¢s poblada de la zona, Badiraguato. Otros reyes de la droga como Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n, ya detenido, o Ismael El Mayo Zambada se han refugiado en la soledad de estas monta?as para evadir la ley.
El asesinato de Kiki Camarena, un destacado agente de la agencia antidrogas que con sus investigaciones ayud¨® a desmantelar importantes campos de sembrad¨ªo de amapola, desat¨® una crisis diplom¨¢tica entre Estados Unidos y M¨¦xico. El Gobierno mexicano se tom¨® como una prioridad absoluta detener a los responsables del cruel homicidio de Camarena, que sufri¨® durante d¨ªas la tortura de sus captores. Hijo de un campesino, Caro Quintero fue detenido en Costa Rica en abril de 1985. El capo le dijo a los agentes que lo capturaron que no reconoc¨ªa m¨¢s ley que la del monte. En el crimen tambi¨¦n estuvieron implicados otros dos jefes de esa extinta organizaci¨®n, Miguel ?ngel Gallardo F¨¦lix y Ernesto Fonseca Carrillo, alias don Neto. Este ¨²ltimo tiene m¨¢s de 90 a?os y su abogado ha solicitado a las autoridades poder cumplir lo que le queda de condena en su domicilio.
Caro Quintero fue conocido en su d¨ªa como el Narco de narcos por su exitosa irrupci¨®n en el negocio de la coca¨ªna, la droga que m¨¢s r¨¦dito produce a quienes trafican con ella. Los sinaloenses, hist¨®ricamente, eran expertos en cruzar al otro lado de la frontera con Estados Unidos toda clase de sustancias, armas y art¨ªculos de contrabando. El cartel de Guadalajara, instalado en esa ciudad del centro del pa¨ªs por la protecci¨®n que recib¨ªa de las autoridades locales, ofreci¨® sus servicios a los capos colombianos: acceso al mayor mercado de drogas del mundo. La relaci¨®n fue fruct¨ªfera durante algunos a?os. Las consecuencias del crimen de Camarena, una obsesi¨®n para los gobernantes estadounidenses, desmantelaron la organizaci¨®n que ten¨ªa como centro de operaciones la ciudad donde nacieron los mariachis.
Estados Unidos coloc¨® en agosto unos anuncios en las autopistas de Los ?ngeles en el que ofrec¨ªa cinco millones de d¨®lares a quien facilitara informaci¨®n sobre su paradero
La libertad de la que goza Caro Quintero fue concedida en su d¨ªa por un misterioso tribunal local. Un juez consider¨® que el capo fue juzgado de manera indebida, ya que el no ser diplom¨¢tico ni integrante consular, su caso deber¨ªa haber sido tratado por el fuero com¨²n y no el federal. Ahora, la justicia vuelve a estar tras sus pasos. Desde alg¨²n lugar remoto, el narcotraficante le escribi¨® una carta al presidente mexicano, Enrique Pe?a Nieto, pidi¨¦ndole que dejara de perseguirlo. El hombre considera que casi tres d¨¦cadas en prisi¨®n han sido suficientes para expiar sus pecados. No todos piensan igual.?Estados Unidos coloc¨® en agosto unos anuncios en las autopistas de Los ?ngeles en el que ofrec¨ªa una recompensa de cinco millones de d¨®lares a quien facilitara informaci¨®n sobre su paradero.?El fantasma de Camarena lo acecha.?
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