Un atentado que supuso la primera alerta del terror para Occidente
Los argentinos sintieron en 1994 lo vulnerables que eran y el resto del mundo temi¨® por las consecuencias en sus fronteras
El atentado a la sede de la Asociaci¨®n Mutual Israelita Argentina (AMIA) en el barrio porte?o de Once, el 18 de julio de 1994, que provoc¨® la muerte de 85 personas, gener¨® un gran impacto, no s¨®lo en la sociedad local, por la masacre que acababa de ocurrir, sino tambi¨¦n en todo Occidente por las consecuencias que podr¨ªa acarrearle al mundo un hecho de esta naturaleza.
Los argentinos sintieron, una vez m¨¢s, lo vulnerables que eran y lo desprotegidos que estaban ya que, dos a?os antes, hab¨ªan sufrido un ataque similar en el edificio de la Embajada de Israel y, hasta ese d¨ªa (e incluso hasta ahora), la Justicia no hab¨ªa avanzado nada para encontrar a los culpables. Nadie se hab¨ªa interesado en investigar nada. La Corte Suprema ten¨ªa dormido el expediente a la espera de una orden presidencial, que nunca llegar¨ªa, para seguir trabajando. Esta impunidad abri¨® el camino a la posibilidad de que se llevara a cabo otro ataque m¨¢s en Buenos Aires, donde reside la gran mayor¨ªa de la comunidad jud¨ªa local.
En el caso de Occidente, el atentado le hizo sentir en carne propia que el terror exist¨ªa en su propio territorio, que ya no se trataba de algo que ocurr¨ªa en Oriente Medio, en los bares y mercados de Tel Aviv o en las legaciones diplom¨¢ticas israel¨ªes, y que pod¨ªa matar a su propia gente. Los que murieron ese 18 de julio eran argentinos y bolivianos. El atentado contra la sede de la AMIA fue la mayor masacre de jud¨ªos ocurrida en el mundo despu¨¦s del Holocausto perpetrado por los nazis en 1945, de cuyo fin se cumplir¨¢ el 70 aniversario en los pr¨®ximos d¨ªas.
La AMIA es el coraz¨®n de la comunidad judia de Buenos Aires, ya que se encarga de centralizar la mayor¨ªa de los entierros en sus cementerios, la asistencia social, la bolsa de trabajo, y la coordinaci¨®n de la educaci¨®n en las escuelas de su red, entre otras funciones. En su edificio tambi¨¦n funciona la sede de la Delegaci¨®n de Asociaciones Israel¨ª Argentinas (DAIA), la representaci¨®n pol¨ªtica de la comunidad, y el IWO, el instituto de preservaci¨®n y estudio de la lengua Yidish.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.