Chile reforma el sistema electoral heredado de Pinochet

Despu¨¦s de 25 a?os desde el fin de la dictadura y tras cinco gobiernos democr¨¢ticos, este martes el Parlamento chileno ha vivido una jornada hist¨®rica al aprobar un nuevo sistema electoral que reemplazar¨¢ al binominal implantado por el Gobierno de Augusto Pinochet. La iniciativa ha sido impulsada desde el Ejecutivo de la socialista Michelle Bachelet, que se hab¨ªa comprometido a movilizar su mayor¨ªa oficialista y lograr la aprobaci¨®n del proyecto de ley antes del 31 de enero, cuando comienza el receso legislativo.

¡°Despu¨¦s de d¨¦cadas de espera se ha dado un paso sustantivo para profundizar nuestra democracia. El Congreso desde ahora ser¨¢ expresi¨®n de la diversidad social, pol¨ªtica y cultural del pa¨ªs. Nunca m¨¢s el 30% va a equivaler al 60%, como ocurr¨ªa con las inaceptables distorsiones del binominal¡±, ha se?alado el portavoz del Gobierno, ?lvaro Elizalde.

El antiguo mecanismo debut¨® en las elecciones de 1989, donde por primera vez en Chile se celebraron elecciones parlamentarias democr¨¢ticas desde el golpe militar de 1973. El sistema promov¨ªa la estabilidad pol¨ªtica de la transici¨®n al favorecer a los dos principales conglomerados de Chile, la Alianza de derecha y la Concertaci¨®n de centroizquierda. En la pr¨¢ctica, sin embargo, se daban situaciones ins¨®litas. Como se eleg¨ªan solamente dos cargos por cada uno de los distritos de diputados y circunscripciones de senadores, no siempre resultaban electos los dos primeros candidatos con mayor votaci¨®n, sino los primeros de cada una de las coaliciones. Dirigentes con alto respaldo quedaban fuera del hemiciclo aunque llegaran segundos, si no lograban doblar junto a su compa?ero de lista.

Con este sistema, las fuerzas minoritarias ten¨ªan escasas posibilidades de tener alguna representaci¨®n en el Parlamento, como le ocurri¨® durante a?os, por ejemplo, al Partido Comunista, que solo en 2009 pudo conseguir tres esca?os desde el retorno a la democracia gracias a diferentes pactos instrumentales con la Concertaci¨®n.

La reforma incluye una ley de cuotas que fija en un 60%-40% la relaci¨®n m¨¢xima?entre candidatos hombres y mujeres

La superaci¨®n del sistema electoral binominal, con los a?os, comenz¨® a ser una demanda de las minor¨ªas y, poco a poco, a transformarse en una bandera de lucha de la centroizquierda, que desde el Gobierno y el Parlamento tard¨® d¨¦cadas en tener la decisi¨®n pol¨ªtica de una verdadera transformaci¨®n. En ocasiones, finalmente, tambi¨¦n les conven¨ªa mantener el statu quo. Las protestas sociales de 2011 encabezadas por los estudiantes, sin embargo, pusieron el binominal en el centro del debate y su modificaci¨®n se transform¨® en una de las demandas clave para conseguir un sistema con mejores par¨¢metros democr¨¢ticos. Cuando Bachelet regres¨® a Chile en 2013 para llevar adelante su segunda campa?a presidencial incluy¨® el cambio del sistema electoral en su programa de Gobierno y su conglomerado Nueva Mayor¨ªa, integrado desde la Democracia Cristiana al Partido Comunista, se cuadraron con la iniciativa.

El nuevo sistema aprobado este martes por el Parlamento tiene mayores niveles de proporcionalidad y representatividad. Comenzar¨¢ a regir desde las elecciones parlamentarias de 2017 y, entre otros aspectos, establecer¨¢ cupos impares en determinados distritos y circunscripciones, lo que forzar¨¢ a que se termine el empate entre los dos principales conglomerados. Tambi¨¦n aumentar¨¢ el n¨²mero de diputados, de 120 a 155, y el de senadores, de 38 a 50, con el objetivo de darle mejor representatividad a los lugares con mayor n¨²mero de habitantes. El proyecto despachado por el Congreso implicar¨¢ un completo redise?o al mapa electoral de Chile, incentivos para la creaci¨®n de nuevos partidos pol¨ªticos y una ley de cuotas, que establece que la relaci¨®n m¨¢xima entre candidatos hombres y mujeres debe ser un 60% y un 40%, respectivamente.

La nueva ley ser¨¢ promulgada luego de la revisi¨®n del Tribunal Constitucional. La derecha ha recurrido al organismo por considerar que el proyecto aprobado en el Congreso es un traje hecho a la medida de la izquierda y una derrota para Chile.