Gustavo Madero retoma el liderazgo de la derecha mexicana
El dirigente vuelve con el partido debilitado y una oposici¨®n interna liderada por la esposa del expresidente Calder¨®n
Gustavo Madero ha retomado la presidencia del Partido Acci¨®n Nacional (PAN). Su regreso coincide con un momento cr¨ªtico para la fuerza hegem¨®nica de la derecha mexicana. Durante los casi cuatro meses en que dej¨® el cargo, el escenario en el que este pol¨ªtico con fama de moderado jugaba sus fichas ha cambiado radicalmente. No s¨®lo se han reabierto las heridas internas, sino que la formaci¨®n ha perdido peso en un pa¨ªs que atraviesa una profunda crisis de confianza.
A finales de septiembre, para sorpresa general, Madero abandon¨® el puesto que hab¨ªa ganado en unas competidas primarias en mayo y dej¨® el cetro al secretario general, Ricardo Anaya, uno de sus m¨¢s fieles seguidores. El objetivo de Madero con su salida era soslayar una incompatibilidad inherente al cargo de presidente del partido y colocarse en los primeros lugares de la lista de candidatos a diputado federal por el cupo proporcional, una v¨ªa que pr¨¢cticamente asegura la elecci¨®n. Logrado su objetivo la semana pasada, el pol¨ªtico ha vuelto a reclamar su trono. Y sin perder tiempo, en una demostraci¨®n de su enorme control del partido, lo ha obtenido.
Pero este viaje de ida y vuelta ha tenido costes. En estos cuatro meses M¨¦xico ha sufrido una catarsis. El esc¨¢ndalo de Tlatlaya destap¨® el asesinato de 15 civiles a sangre fr¨ªa por los militares. La tragedia de Igualadesat¨® la mayor ola de protesta social desde Tlatelolco en 1968. Y la abrupta ca¨ªda del precio del petr¨®leo ha puesto en jaque a la econom¨ªa. El pa¨ªs que en septiembre a¨²n miraba con optimismo el futuro y debat¨ªa con ah¨ªnco sobre el dise?o del futuro aeropuerto del Distrito Federal, se ha sumido en una ola de profundo escepticismo.
Frente a estas embestidas, el PAN, el partido que en 2000 logr¨® apartar del poder al PRI tras 71 a?os de gobierno ininterrumpido, no ha sabido capitalizar el descontento. Sin iniciativa, desactivado su l¨ªder por la b¨²squeda de un puesto en la lista, se ha mostrado d¨¦bil en su respuesta a los retos, dejando que el PRI, pese al deterioro de la figura presidencial, siga liderando las encuestas.
En este tiempo, adem¨¢s, ha tomado cuerpo una nueva revuelta interna, liderada por Margarita Zavala, de 47 a?os, la esposa del expresidente Felipe Calder¨®n (2006-2012). A su alrededor se han agrupado los restos de las fuerzas calderonistas que en mayo perdieron las primarias frente a Madero. Este contingente, que abomina de los pactos que permitieron al presidente Enrique Pe?a Nieto sacar adelante su programa reformista, la apoya ciegamente en su gran desaf¨ªo: la batalla por la presidencia del partido. Un pulso que se reabre despu¨¦s de las elecciones intermedias de junio (Congreso, nueve gobernaturas, 17 parlamentos estatales y 1.015 ayuntamientos).
El ¨®rdago de Zavala, aunque ella ha asegurado que no entrar¨¢ en liza hasta despu¨¦s de la contienda electoral, amenaza con restar fuerza a un partido que la requiere como nunca. Desde la victoria de Vicente Fox en 2000, con un 42,5% de los votos, la formaci¨®n ha rodado cuesta abajo hasta quedar como tercera fuerza (25%) en las pasadas presidenciales.
Madero, de 58 a?os, puso como objetivo de su partido mejorar sus resultados en las elecciones intermedias. Lograrlo, le abrir¨ªa las puertas a revalidar su puesto este a?o y, posiblemente, le diera alas para concurrir como candidato presidencial en 2018. Pero si el PAN cae en los comicios de junio, quien se ver¨¢ beneficiada es su rival Margarita Zavala. Un fracaso dar¨ªa cuerpo a sus aspiraciones a la direcci¨®n del PAN y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, a la carrera presidencial. La batalla est¨¢ servida.
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