¡°Pens¨¦ que nunca llegar¨ªa a verlo¡±
Cuba asiste con cauta esperanza al inicio de las negociaciones que marcan el deshielo con Estados Unidos
Mercedes cree, o m¨¢s bien espera, que la hija de 21 d¨ªas que acuna en sus brazos no va a tener que crecer en la Cuba que ella ha conocido y que, este jueves, empez¨® a negociar a pocos kil¨®metros de su casa en el centro de La Habana los detalles para cambiar m¨¢s de medio siglo de pol¨ªtica de antagonismo con Estados Unidos.
Mientras duerme a su beb¨¦, da instrucciones a su sobrino para atender a los clientes que se acercan a pedir un caf¨¦ o un jugo, que sirve en peque?as tazas o vasos de pl¨¢stico que lava tras cada uso. Esos son los pedidos estrella de su ¡°cafeter¨ªa¡±, instalada en pleno sal¨®n de su ruinosa casona en el barrio capitalino del Vedado.
El de Mercedes es uno de los m¨²ltiples negocios por cuenta propia surgidos a ra¨ªz de las reformas econ¨®micas de Ra¨²l Castro en los ¨²ltimos a?os. EE UU cree que ellos ser¨¢n los mayores beneficiados de la relajaci¨®n de las restricciones comerciales decretadas por Barack Obama como parte del proceso de normalizaci¨®n de relaciones. La esperanza declarada de Washington es que, con un mayor ¡°empoderamiento¡± de los cubanos y una menor dependencia del Estado, se refuerce la sociedad civil que es la clave para una transici¨®n democr¨¢tica.
Pero para Mercedes y su sobrino, la esperanza ante el di¨¢logo bilateral iniciado esta semana es de car¨¢cter sobre todo pragm¨¢tico: ellos esperan que sirva para ¡°mejorar algo¡± la situaci¨®n de los cubanos que, como ellos, tienen que luchar para mantener un negocio familiar que apenas les da, afirman, para ¡°sobrevivir¡±.
?Pero se sienten entusiasmados con el di¨¢logo reci¨¦n iniciado? ¡°Ps¨¦¡±, responde Mercedes. ¡°Ojal¨¢ pueda mejorar algo, tengo esperanzas, pero habr¨¢ que ver¡±.
A pocas cuadras de su negocio, Nemelia, de 67 a?os, vende ¡°jabas¡± -bolsas de pl¨¢stico- a un peso cubano (menos de un centavo de d¨®lar) la pieza frente al ¡°agromercado¡± local que vende tambi¨¦n en moneda nacional vegetales y carne. Tambi¨¦n ella dice estar en comp¨¢s de espera. ¡°Vamos a ver, lo mejor es esperar¡±, se?ala esta ¡°revolucionaria convencida¡± que, aunque dice que ¡°Obama se merece todas las bendiciones¡± por el paso dado para cambiar las relaciones con la isla, no quiere para ¨¦sta ¡°el capitalismo¡± del poderoso vecino del norte.
Mientras conduce hacia el Palacio de Convenciones que alberga estas primeras conversaciones bilaterales oficiales y de alto nivel, Tony, un taxista que a sus 60 a?os dice que ya pensaba que ¡°no iba a ver¡± el cambio que ahora empieza a producirse, tambi¨¦n pide que ¨¦ste se produzca ¡°no muy lentamente, pero tampoco demasiado r¨¢pido¡±. Es necesario, explica, que los resultados ¡°se vayan asentando poco a poco y no nos hagan da?o¡±.
Sus deseos parecen cumplirse por el momento. Las dos partes subrayaron este jueves que el proceso llevar¨¢ su tiempo y que no van a acelerar los tiempos, sobre todo porque siguen existiendo ¡°profundas diferencias¡± en las posiciones.
Esto ¡°va a ser un proceso continuado¡±, advirti¨® tras la primera ronda de reuniones la jefa de la delegaci¨®n estadounidense, la secretaria de Estado adjunta para Latinoam¨¦rica, Roberta Jacobson. Su contraparte cubana, la directora para EE UU del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano, Josefina Vidal, tambi¨¦n recalc¨® que se trata de ¡°un proceso largo, que va a requerir del trabajo de ambas partes y que tendr¨¢ que resolver temas importantes¡±.
En esta primera cita, celebrada en un clima ¡°distendido, respetuoso, profesional y constructivo¡±, seg¨²n las dos partes, se trataba de resolver sobre todo cuestiones t¨¦cnicas para dar el primer paso -simb¨®lico, aunque no el ¨²ltimo- hacia la normalizaci¨®n de relaciones: la reapertura de embajadas en Washington y La Habana.
EE UU lleg¨® al encuentro con una lista muy concreta de peticiones: desde que se eliminen los cupos de diplom¨¢ticos y sus restricciones -hasta ahora no pueden salir de la capital del pa¨ªs sin un permiso espec¨ªfico- a que se permita el env¨ªo de material diplom¨¢tico sin l¨ªmites y el acceso de ciudadanos cubanos a su secci¨®n de intereses (o a la futura embajada).
La Habana tambi¨¦n present¨® sus demandas concretas para Washington, como la resoluci¨®n urgente de ¡°la situaci¨®n bancaria¡± de su Secci¨®n de Intereses, que lleva casi un a?o sin encontrar un banco que acepte gestionar sus transacciones, entre otras la gesti¨®n de visados.
Pero ni siquiera para este paso que cuenta con el visto bueno generalizado se atrevieron a poner fecha, constando las ¡°profundas diferencias¡±, en palabras de Jacobson, que subsisten en diversos temas. Sobre todo en materia de derechos humanos, reconoci¨® la funcionaria estadounidense, que asegur¨® haber sacado este tema durante las conversaciones, aunque Vidal lo neg¨® poco despu¨¦s.
La Habana por su parte considera que no puede completarse el proceso de normalizaci¨®n de relaciones sin que se levante el embargo a la isla y Washington retire a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, subray¨® Vidal este jueves. Adem¨¢s, se apresur¨® a dejar claro que negociar con EE UU no significa que permitir¨¢ una ¡°injerencia en los asuntos internos o una amenaza a los elementos pol¨ªticos, econ¨®micos y culturales¡± del pa¨ªs.
¡°Nadie puede pretender que para mejorar las relaciones, Cuba renunciar¨¢ a sus principios, ni que negociar¨¢ aspectos de una pol¨ªtica que ha sido reconocida como fracasada, ni a elementos del bloqueo por cambios internos en nuestro pa¨ªs¡±, enfatiz¨® Vidal.
Las dos diplom¨¢ticas comparecieron ante la prensa en La Habana de forma separada y sus equipos tuvieron mucho cuidado de que sus caminos no se cruzaran fuera de la sala privada donde celebran las negociaciones, una muestra m¨¢s quiz¨¢s de que el camino del acercamiento sigue siendo muy largo.
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