El ¡®sheriff¡¯ de Wall Street amenaza con dinamitar al Partido Dem¨®crata local
Los sobornos en el todopoderoso partido de Cuomo y De Blasio son ahora su objetivo
La an¨¦cdota circula desde hace tiempo por Nueva York. El fiscal federal Preet Bharara, de 45 a?os, fue invitado en verano de 2013 a un acto de un grupo de gerentes de fondos de inversi¨®n. ¡°No me advirtieron de que iba a venir un mont¨®n de gente del negocio de los fondos¡±, dijo a su auditorio. ¡°Solo quiero disculparme de antemano porque no tengo suficientes citaciones para todos ustedes¡±. El fiscal dej¨® pasar unos segundos en los que se oyeron algunas risas tensas. ¡°Obviamente, estoy bromeando. Tengo suficientes¡±, a?adi¨®.
El buen humor de Bharara es conocido. Tanto o m¨¢s que su implacable sentido de la justicia. Y esto ¨²ltimo, al frente de la oficina legal m¨¢s poderosa de Estados Unidos, la fiscal¨ªa del Distrito Sur de Nueva York, no es ninguna broma. Decenas de pol¨ªticos corruptos, delincuentes de Wall Street, terroristas y toda suerte de canallas han visto congelada su sonrisa por unos cuantos a?os despu¨¦s de que Bharara pasara por sus vidas. Para muchos no hay duda de que, tarde o temprano, el Departamento de Justicia tendr¨¢ a un indio graduado en Harvard y Columbia en su puesto m¨¢s elevado, el de Fiscal General.
Su m¨¢s reciente movimiento, la detenci¨®n por fraude, extorsi¨®n, cobro de sobornos y otros delitos del presidente de la Asamblea de Nueva York durante los ¨²ltimos 20 a?os, el poderoso dem¨®crata Sheldon Silver, de 70 a?os, es un misil nuclear en el coraz¨®n de la aristocracia pol¨ªtica de Albany, la capital del Estado, verdadero parque tem¨¢tico de la corrupci¨®n. Si hasta ahora Bharara, que lleva cinco a?os y medio en su puesto, hab¨ªa logrado el procesamiento de una decena de piezas en el coto de Albany, Silver, segundo pol¨ªtico m¨¢s importante del Estado despu¨¦s del Gobernador Andrew Cuomo y tal vez el m¨¢s poderoso, es caza mayor.
El ataque de Bharara lleva a?adidas varias cargas de profundidad. Al citar en su escrito de acusaci¨®n documentos de la frustrada Comisi¨®n Moreland e insinuar que habr¨¢ m¨¢s detenciones, apunta directamente al macho alfa de la manada: el Gobernador, el dem¨®crata Andrew Cuomo, recientemente reelegido para un nuevo mandato. Y amenaza con dinamitar al partido entero.
El hijo del ahora a?orado Mario Cuomo cerr¨® en marzo de 2014 sin dar explicaciones la comisi¨®n que ¨¦l mismo cre¨® como primer paso de su promesa electoral para poner fin a la corrupci¨®n en su Gobierno y en la Asamblea y Senado estatales. No fueran necesarias esas explicaciones para que todo el mundo tuviera claro lo sucedido: el carpetazo lleg¨® cuando los investigadores comenzaron a citar a los principales donantes de la caravana electoral de Cuomo.
Bharara, que ven¨ªa investigando a pol¨ªticos de Albany desde hac¨ªa tiempo, entre ellos el todopoderoso Silver, manifest¨® su desagrado con el fiasco de la Comisi¨®n Moreland, que consider¨® una prueba m¨¢s de la podredumbre que carcom¨ªa la capital de Nueva York. Su indignaci¨®n se convirti¨® en determinaci¨®n y, seg¨²n admitir¨ªa m¨¢s tarde, decidi¨® apretar el acelerador.
Nada m¨¢s cerrarse la comisi¨®n, el fiscal envi¨® a cinco miembros de su equipo y a un grupo de ingenieros inform¨¢ticos en varios veh¨ªculos sin identificar a la sede de la misma en Manhattan para que, en apenas horas y media, se hicieron con todos sus documentos y discos duros. ¡°Si la comisi¨®n se ha disuelto, alguien tiene que hacer el trabajo. No se debe dejar marchitar la vid¡±, dijo entonces Bharara. Desafiante, a?adi¨®: ¡°La verdad es que no veo muchas sesiones legislativas en las que se aborde nada relacionado con la corrupci¨®n pol¨ªtica en Albany¡±.
Las palabras del fiscal enfurecieron a Cuomo, que moviliz¨® a sus peones, los legisladores dem¨®cratas, para que defendieran el cierre de la comisi¨®n y denunciaran la injerencia de la Justicia en el poder legislativo. La tensi¨®n entre Cuomo y el fiscal lleg¨® a su momento m¨¢s cr¨ªtico cuando este amenaz¨® por carta al primero con abrir una investigaci¨®n a su Administraci¨®n por presunta obstrucci¨®n a la justicia.
Aquellas escaramuzas han tra¨ªdo la batalla actual. Silver es la primera gran v¨ªctima, seguramente no la ¨²ltima, del gran error cometido por Cuomo desde su, hasta ahora inexpugnable, atalaya de Albany. Los trabajos de aquella comisi¨®n han servido para cavar la tumba del presidente de la Asamblea.
Nadie supo ver los colmillos de Bharara. El destino ha querido que aquel joven abogado que logr¨® el cargo de fiscal por su trabajo junto al senador dem¨®crata Chuck Schumer en Washington sea ahora la principal preocupaci¨®n del partido en Nueva York. Al paso que lleva, dejar¨¢ en mantillas a otros dos fiscales legendarios de la ciudad, Rudy Giuliani y Eliot Spitzer. Cuando el presidente Obama eligi¨® a otra fiscal de Nueva York, Loretta Lynch, para sustituir al actual responsable de Justicia, Eric Holder, Bharara ya son¨® como uno de los grandes candidatos al puesto.
Sus cr¨ªticos aseguran que le gusta demasiado la exhibici¨®n p¨²blica, pero hasta el momento su eficacia est¨¢ probada. Desde la defensa de los maltratados presos adolescentes de la prisi¨®n de Rikers Island, donde denunci¨® en un dur¨ªsimo informe la existencia de una ¡°cultura de la violencia¡±, hasta la lucha contra la delincuencia cibern¨¦tica, el yihadismo (la condena por un tribunal de Nueva York del yerno de Bin Laden es uno de sus mayores ¨¦xitos contra el terrorismo) o el tr¨¢fico de armas (el procesamiento del famosos traficante de armas ruso Viktor Bout), nada es imposible para este indio llegado a Nueva Jersey cuando solo ten¨ªa dos a?os con su padre sij y su madre hind¨².
Bharara ha hecho estragos en Wall Street, para satisfacci¨®n de todos aquellos miembros de la clase media destrozados por una gran depresi¨®n causada por banqueros sin escr¨²pulos y pol¨ªticos sin moral. Su oficina ha logrado hasta 80 procesamientos por uso de informaci¨®n financiera privilegiada, un r¨¦cord absoluto, y entre sus v¨ªctimas internacionales se cuentan bancos suizos y franceses. La revista Time le dedic¨® su portada con el t¨ªtulo: ¡°El hombre que ha reventado Wall Street¡±.
Bharara no se esconde. Con 14 a?os de fiscal a sus espaldas, igual da caza a legisladores corruptos que da conferencias en universidades, concede entrevistas o acude a fiestas en Hollywood cuando se trata de pel¨ªculas ¨Ccomo Capitan Phillips¡ªque tienen que ver con su trabajo contra los piratas somal¨ªes. Ni ¨¦l ni Bruce Springsteen, que tambi¨¦n creci¨® en Nueva Jersey, ocultan su mutua amistad. En su oficina tiene dos fotos de The Boss, una en la que el rockero posa con uno de sus tres hijos y otra en la que la agraciada es la madre del fiscal.
Bharara est¨¢ en guerra. Y eso, en un fiscal que alardea en privado de no importarle un carajo a qui¨¦n se lleva por delante si huele a delito, es un serio problema para sus enemigos, en esencia todo aquel que tenga algo que ocultar en la hoguera pol¨ªtica y del dinero de Nueva York. ¡°Se podr¨ªa hacer un art¨ªculo entero sobre los lugares a los que no puedo ir¡±, dijo en una entrevista reciente. ¡°Rusia, Suiza¡. y Albany¡±. Una gracia m¨¢s.
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