Estado-tap¨®n: m¨¢s tap¨®n que Estado

La Grecia que hoy vota es el farolillo rojo de Europa en la crisis: incluso en sus zonas m¨¢s din¨¢micas, Pireo, Sal¨®nica. Ha sido colista en todo, hasta la ampliaci¨®n al Este. ?Por qu¨¦? Porque pese a las glorias del pasado cl¨¢sico, la Rep¨²blica Hel¨¦nica tiene a¨²n m¨¢s de ¨¢gora premoderna que de Estado desarrollado avanzado.

Este estigma proviene de su fundaci¨®n, hace casi dos siglos. Lleg¨® por la confluencia de comerciantes grecohablantes de todos los Balcanes de las asociaciones Filik¨¦ Hetair¨ªa; la guerrilla con sus amigos rom¨¢nticos como lord Byron, y los ¡°grandes poderes¡± occidentales, que colocaron en 1832 al pr¨ªncipe b¨¢varo (siempre hab¨ªa un supernoble alem¨¢n disponible) Otto de Wittelsbach como Rey de los helenos, frente a la Rep¨²blica de los Kapodistrias.

El nuevo pa¨ªs (coet¨¢neo con B¨¦lgica) nac¨ªa como entidad subalterna. Y ha sido casi siempre un Estado-tap¨®n ¨²til a las potencias europeas. Primero como valladar frente al Imperio Otomano del que formaba parte, y cu?a propia en la pen¨ªnsula balc¨¢nica. Luego, como contenci¨®n mediterr¨¢nea frente al imperio sovi¨¦tico, militar e ideol¨®gico. Si conven¨ªa, como convino a Churchill (ver sus Memorias) y a Stalin, se organizaba una guerra civil para empatar, y aqu¨ª paz y despu¨¦s gloria.

Por eso, y porque su vulnerabilidad estrat¨¦gica le tuvo siempre en vilo, la arquitectura del Estado griego ha sido d¨¦bil. Soli¨® ir a la defensiva, a veces bajo ret¨®rica inflamada. En la Uni¨®n, Atenas destac¨® ¡ªhasta la pareja Simitis/Papandreu en los noventa¡ª, como abonado del recurso al veto. O de la ¡°toma de rehenes¡±: bloquear una decisi¨®n clave, para lograr otra, favorable para uno, de ¨¢mbito distinto. Lo hizo en 1985, jugando contra el ingreso de Espa?a y Portugal, hasta conseguir unos duros de los Programas Mediterr¨¢neos Integrados. O contra Turqu¨ªa. O en favor de Chipre.

Quiz¨¢ eso no fuese m¨¢s que el expediente del actor sin recursos, suavemente ex¨®tico y geogr¨¢ficamente exc¨¦ntrico. Lo peor es que el tap¨®n estrat¨¦gico lo ha sido tambi¨¦n del progreso. Para calibrar el reciente sacrificio de los griegos, que han adelgazado un 25% su econom¨ªa y un 40% su renta familiar en aras de bajar el d¨¦ficit del 15% a su d¨¦cima parte, conviene subrayar su end¨¦mica indigencia de medios e instrumentos.

As¨ª, su Hacienda carec¨ªa hasta el rescate de dotaci¨®n y medios, y ni la Iglesia ortodoxa ni los poderosos navieros pagaron jam¨¢s un impuesto. Y Papandreu no pudo en 2010-2011 realizar las privatizaciones prometidas (por 50.000 millones de euros) porque el catastro era miserable (en un 25%, una hoja vac¨ªa) y el registro de las propiedades p¨²blicas, inexistente.

Y luego ciertos talibanes les emplazan a vender el Parten¨®n. Casi lo ¨²nico que tienen.