Jordania acepta canjear una terrorista por un piloto reh¨¦n de los yihadistas
Los yihadistas amenazan con matar a un japon¨¦s si la prisionera no es liberada


Primero pidieron dinero, 200 millones de d¨®lares, por la vida de los dos rehenes japoneses, Kenji Goto y Haruna Yukawa. Asesinado este ¨²ltimo, el Estado Isl¨¢mico (EI) puso sobre la mesa el nombre de una prisionera de las c¨¢rceles de Jordania, la iraqu¨ª Sayida al Rishawi. O Am¨¢n acced¨ªa a su liberaci¨®n, dec¨ªa el comunicado difundido por los yihadistas este martes a trav¨¦s de la Red ¡ªy le¨ªdo por el propio Goto¡ª, o el reportero japon¨¦s secuestrado en agosto correr¨ªa la misma suerte que su compatriota. Tambi¨¦n lo har¨ªa el piloto jordano Moaz al Kasasbeh, otro de los cautivos en manos del grupo integrista, con parcelas bajo su control en Siria e Irak. Este mi¨¦rcoles, el portavoz del Gobierno jordano Mohamed Momani afirm¨® que su pa¨ªs estaba ¡°preparado para liberar a la presa Sayida al Rishawi¡±, siempre y cuando el militar fuera entregado sano y salvo.
La mujer iraqu¨ª fue detenida tras intentar atentar a las ¨®rdenes de Al Qaeda
Como en toda negociaci¨®n en el marco de un secuestro, son muchos los detalles que quedan en el aire. Am¨¢n se mostr¨® dispuesto este mi¨¦rcoles a canjear a la prisionera iraqu¨ª por Al Kasasbeh, pero nada dijo del reh¨¦n japon¨¦s. No obstante, y desde que el EI amenazase de muerte a Yukawa y Goto, una nutrida delegaci¨®n enviada por Tokio a la capital jordana trabaja en colaboraci¨®n con el Gobierno ¨¢rabe para resolver el secuestro. Goto, en la lectura del ¨²ltimo mensaje, habla de un ultim¨¢tum de 24 horas, que venci¨® este mi¨¦rcoles. Y aclaraba que el EI exig¨ªa la entrega de Al Rishawi a cambio de su vida: ¡°Es ella por m¨ª¡±, dec¨ªa el reportero en ingl¨¦s.
Pero entre las cuestiones sin duda m¨¢s relevantes de la negociaci¨®n ¡ªdirigida por Am¨¢n a trav¨¦s de l¨ªderes tribales y religiosos de Irak¡ª se encuentra la identidad de la presa, ¡°la hermana presa¡± Al Rishawi. En uno de los comunicados difundidos esta semana tras matar a Yukawa, los yihadistas se vanagloriaban de no exigir dinero ¡ªy as¨ª evitar que Jap¨®n tuviera reparos de contribuir a financiar a terroristas¡ª, para s¨®lo demandar la liberaci¨®n de la rea. La puesta en libertad de Al Rishawi vale, sin embargo, mucho para los l¨ªderes yihadistas.
La presa iraqu¨ª, natural de la provincia de Al Anbar, fue detenida por las fuerzas de seguridad tras el atentado suicida cometido por su marido, Ali Husein al Shamari, en el hotel Radisson de Am¨¢n, el 9 de noviembre de 2005. Murieron 57 personas. Ella acompa?¨® a Al Shamari con explosivos adheridos a su cuerpo, pero fall¨® el detonador. Pesa en su contra una pena de muerte que debiera ser ejecutada en la horca. El atentado fue ordenado por el jordano Abu Musab al Zarqaui, l¨ªder entonces de la rama iraqu¨ª de Al Qaeda. Y aqu¨ª radica uno de los elementos que ponen en valor a la prisionera. La organizaci¨®n que lideraba Al Zarqaui es la ra¨ªz de lo que hoy se conoce como Estado Isl¨¢mico. El jordano, aniquilado por un avi¨®n de EE UU en junio de 2006, es hoy uno de los grandes referentes de los yihadistas del EI, no s¨®lo como l¨ªder del pasado sino tambi¨¦n como dirigente d¨ªscolo en la c¨²pula de la red de Osama bin Laden. Al Zarqaui era m¨¢s partidario de la yihad local ¡ªy de atentar en Jordania, como tratar¨ªa de hacer Al Rishawi¡ª que del terrorismo global. Uno de los hombres fuertes de Al Zarqaui en Al Anbar, seg¨²n reconocieron las autoridades jordanas, era Thamer Mubarak Atrus, uno de los hermanos combatientes de Al Rishawi, muerto en la gran ofensiva estadounidense de Faluya en 2004.
Am¨¢n exige la entrega de un piloto capturado por los integristas
Si el canje finalmente llega a producirse y la presa iraqu¨ª, de 40 a?os, queda en libertad, ser¨¢ un s¨ªmbolo m¨¢s para la propaganda yihadista dirigida a las mujeres radicalizadas, un frente fundamental de la guerra ideol¨®gica del EI.
La puesta en libertad de una mujer no es, sin embargo, una exigencia nueva. El EI pidi¨® el a?o pasado la liberaci¨®n de Aafia Siddiqui, cient¨ªfica paquistan¨ª presa en una c¨¢rcel de Texas tras ser detenida en Afganist¨¢n por colaborar con Al Qaeda. Exigieron sin ¨¦xito su vida por la de los estadounidenses James Foley y Steven Sotloff, a la postre asesinados.
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