La guerra prudente contra el califato
EE UU opta por una campa?a larga y sin triunfalismos. Los yihadistas solo han perdido un 1% de terreno en Irak y la ciudad clave de Kobane, en Siria
Las lecciones del pasado ¡ªdesde Vietnam hasta Irak¡ª imponen la cautela. La campa?a que lidera Estados Unidos contra posiciones del grupo yihadista Estado Isl¨¢mico (EI) es una guerra prudente. A casi seis meses del inicio de sus bombardeos en Irak y a m¨¢s de cuatro en Siria, la Administraci¨®n de Barack Obama reh¨²ye fijar la duraci¨®n de su estrategia o los pasos siguientes. Y minimiza indicadores sobre la evoluci¨®n del conflicto.
El Pent¨¢gono habla desde el primer d¨ªa de una campa?a de ¡°a?os¡±. Y en ocasiones, como hizo esta semana su portavoz, John Kirby, la concreta entre ¡°tres y cinco, probablemente¡±. Pero sin revelar c¨®mo se llegar¨¢ hasta all¨ª. Para algunos analistas y pol¨ªticos, evidencia una falta de estrategia. Para otros, refleja la experiencia en la ¨²ltima d¨¦cada en Afganist¨¢n e Irak: dos guerras sin victoria, y mucho m¨¢s largas y costosas de lo pensado. Sobre todo en Irak: tras la salida en 2011 de las tropas estadounidenses y por la ca¨®tica evoluci¨®n de ese conflicto. A¨²n pesa la imagen de 2003 ¡ªtras 40 d¨ªas de intervenci¨®n¡ª del entonces presidente George W. Bush anunciando en un portaaviones el fin de las operaciones de combate bajo un cartel de ¡°Misi¨®n cumplida¡±.
La ret¨®rica oficial se repite al valorar la derrota esta semana de los yihadistas sun¨ªes en la ciudad siria de Kobane, fronteriza con Turqu¨ªa y blanco de la mayor¨ªa de los ataques a¨¦reos de la coalici¨®n liderada por EE UU. El Departamento de Defensa evita cantar victoria y enfatiza el mantra de que la campa?a ser¨¢ ¡°larga, dif¨ªcil, con ¨¦xitos y fracasos¡±. De hecho, los bombardeos apenas han mermado los dominios del EI en Irak y Siria. La conquista de Kobane ¡ªpor la combinaci¨®n a¨¦rea y de lucha sobre el terreno de milicias kurdas¡ª ha sido el primer gran hito, aunque se mantienen los bombardeos en los alrededores de la ciudad.
La ret¨®rica oficial se repite al valorar la derrota esta semana de los yihadistas sun¨ªes en la ciudad siria de Kobane
Anthony Cordesman, un veterano analista de CSIS ¡ªun centro de an¨¢lisis en Washington¡ª que ha sido asesor de la OTAN y de los departamentos de Estado y Defensa, cree que la expulsi¨®n de los extremistas de Kobane es m¨¢s simb¨®lica que un acierto estrat¨¦gico. Ve una ¡°guerra muy incierta¡±. ¡°No se han resuelto los problemas de EE UU con Turqu¨ªa, ni con los kurdos, ni preparado el terreno para ganar estabilidad en Irak o Siria¡±, afirma por tel¨¦fono. Como prueba de que no ser¨¢ f¨¢cil, la Casa Blanca ha incrementado el gasto en defensa en su propuesta de presupuesto de 2016 que enviar¨¢ el lunes al Congreso, en un desaf¨ªo a los actuales recortes autom¨¢ticos.
El esmero en la cautela del Pent¨¢gono genera fricciones internas y ecos del pasado. Ante algunas cr¨ªticas sobre la lentitud de la campa?a, Lloyd Austin, el general del Comando Central del Ej¨¦rcito ¡ªencargado de los bombardeos¡ª, desvel¨® la semana pasada en una entrevista que los ataques han matado a cerca de 6.000 militantes del EI -y un n¨²mero sin concretar de civiles-, sobre un total de hasta 30.000 milicianos yihadistas. Pero el secretario de Defensa saliente, Chuck Hagel, tard¨® poco en matizarle al subrayar que ¡°contar cuerpos¡± no es un indicador de ¨¦xito. ¡°Estuve en una guerra en la que se contaban muchas bajas cada d¨ªa. Y la perdimos¡±, dijo en alusi¨®n a Vietnam.
La Casa Blanca ha incrementado el gasto en defensa en su propuesta de presupuesto de 2016 que enviar¨¢ el lunes al Congreso
El futuro tambi¨¦n divide. Austin avanz¨® que EE UU e Irak han iniciado preparativos para lanzar una contraofensiva en verano con el objetivo de expulsar al EI de Mosul, la segunda ciudad del pa¨ªs y que captur¨® en junio en un r¨¢pido avance en el norte ante la huida de buena parte de las fuerzas de seguridad iraqu¨ªes. Kirby replic¨® con un aviso: es ¡°incre¨ªblemente prematuro y probablemente in¨²til¡± hacer previsiones. Entre 2003 y 2012, EE UU invirti¨® cerca de 25.000 millones de d¨®lares en entrenar y equipar al Ej¨¦rcito iraqu¨ª. Ese fracaso es otro factor de prudencia en la campa?a actual, que tambi¨¦n incluye un programa de entrenamiento.
En Irak, EE UU y otros pa¨ªses occidentales bombardean posiciones del EI, y tienen asesores sobre el terreno ¡ªsin funci¨®n de combate¡ª que ayudan y preparan al Ej¨¦rcito iraqu¨ª. En Siria, los ataques son estadounidenses y de naciones ¨¢rabes. No hay despliegue sobre el terreno dada la enemistad con el r¨¦gimen de Bachar el Asad, que tambi¨¦n combate al EI. El Pent¨¢gono ultima su plan de entrenar y armar en Oriente Pr¨®ximo a unos 5.000 rebeldes moderados sirios. Cordesman cree que es una cantidad ¡°demasiado limitada¡± para revertir la balanza.
Seg¨²n Washington, los bombardeos han frenado el avance del EI, y han menguado su liderazgo y su capacidad de comunicarse y atacar. Pero tienen poco impacto en el territorio. En Irak, los yihadistas solo han cedido alrededor de un 1% de sus dominios, seg¨²n el Pent¨¢gono. En Siria, pese a la p¨¦rdida de Kobane, se han expandido en el centro y el oeste, desbancando a los rebeldes moderados que EE UU pretende ayudar.
El Pent¨¢gono? cree que la campa?a durar¨¢ entre tres y cinco a?os
Para Nicholas Heras, investigador de CNAS, otro?think tank, eso manifiesta una prudencia positiva de EE UU, que no achaca a una falta de estrategia: ¡°Indica una consciencia de que es un asunto complicado¡±. Heras disecciona un enrevesado rompecabezas en Irak y Siria que llevar¨¢ tiempo solventar e invita a no precipitarse. En el primero, el objetivo es reducir las tensiones sectarias para desarrollar una s¨®lida oposici¨®n armada y civil a los yihadistas. En el segundo, apoyar a los debilitados rebeldes moderados para que derroten a los extremistas y, a la larga, fuercen la salida de El Asad.
Cordesman coincide con el Pent¨¢gono en que la campa?a est¨¢ en una fase muy inicial y de que la soluci¨®n al ascenso del EI no solo es militar ni estadounidense. ¡°Es una batalla en religi¨®n, ideolog¨ªa, econom¨ªa y pol¨ªtica. Los gobiernos de la regi¨®n tienen que asumir el liderazgo en eso¡±, sostiene. Y tambi¨¦n elude vaticinios: ¡°En estas guerras, a menudo los cambios son inesperados. Adquieren un impulso que no est¨¢ relacionado con un an¨¢lisis cuidado. El tiempo es un producto muy relativo e incierto¡±.
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