El asesinato de un ecologista en Costa Rica queda impune
Absueltos los siete acusados de matar al conservacionista de tortugas Jairo Mora

Apenas la juez empezaba a leer la sentencia absolutoria a los sospechosos de matar al ambientalista Jairo Mora en el Caribe de Costa Rica, en mayo de 2013, las redes sociales de Costa Rica empezaron a crepitar. No era un calent¨®n digital de activistas, era el principio de la frustraci¨®n que esta semana alcanz¨® a numerosos sectores de este pa¨ªs centroamericano que se jacta de su vocaci¨®n ecologista, de ser menos inseguro que sus vecinos de la regi¨®n y de la fortaleza de su Poder Judicial.
El juicio por el asesinato de Jairo Mora pretend¨ªa servir de presi¨®n para evitar la impunidad, algo dif¨ªcil despu¨¦s de los serios errores de la investigaci¨®n se?alados por el Tribunal Penal de Lim¨®n (capital de la provincia caribe?a del mismo nombre). Ante la sentencia, reaccionaron las organizaciones ambientalistas y los pol¨ªticos de oposici¨®n y oficialistas; juristas y familiares del muchacho; la oficina local de Naciones Unidas y la joven veterinaria espa?ola que aquella noche patrullaba la playa de Mo¨ªn con el ecologista al que ten¨ªan amenazado de muerte por su trabajo contra los saqueadores de huevos de tortugas baula, una especie en extinci¨®n. Hasta el actual ministro de Ambiente, ?dgar Guti¨¦rrez, se mostr¨® molesto por ¡°la falta de pericia¡± de los investigadores.
Los siete sospechosos de homicidio calificado, robo agravado y privaci¨®n de libertad fueron absueltos de cualquier culpa por este caso, aunque cuatro de ellos han sido condenados por otros delitos cometidos en la misma playa de Mo¨ªn.
¡°Lamentable¡±, ¡°antojadizo¡±, ¡°sesgado¡±, ¡°pruebas emp¨ªricas¡± e ¡°irresponsables¡± fueron algunas de las palabras que la jueza Yolanda Alvarado us¨® con gestos de enfado para referirse al trabajo de polic¨ªas y fiscales que dio al traste con la acusaci¨®n, aunque est¨¢ pendiente una apelaci¨®n por este ¡°hecho hist¨®rico¡±, como lo calific¨® ella. En otras palabras, asegur¨® que la investigaci¨®n fue una chapuza.
El fiscal general, Jorge Chavarr¨ªa, en entredicho durante a?os, vuelve a estar cuestionado por el caso de Jairo Mora. Admite que ahora est¨¢ en duda la confianza en el sistema judicial. Sabe que el asesinato de Mora es m¨¢s notorio que cualquiera de los 453 homicidios de 2014 (9,5 por cada 100.000 habitantes) o los 411 de 2013. Jairo Mora muri¨® producto de una paliza y ahogado por agua y arena, seg¨²n la autopsia.
El impacto de este crimen es distinto. Lo evidencia la movilizaci¨®n p¨²blica, que acab¨® depositando este jueves un ata¨²d simb¨®lico en la puerta de Corte Suprema de Justicia de un pa¨ªs que esta semana acogi¨® a la mayor cumbre presidencial de su historia. ¡°La muerte de Jairo Mora es un tr¨¢gico recordatorio de que Costa Rica, al igual que muchos otros pa¨ªses, est¨¢ teniendo que hacer frente a un aumento de la actividad delictiva de los narcotraficantes y los cazadores furtivos en sus ¨¢reas protegidas y otras zonas ecol¨®gicamente delicadas. Esa actividad menoscaba los esfuerzos del Gobierno y la sociedad civil por proteger el medio ambiente¡±, se ley¨® en un comunicado de la sede local del PNUD.
El padre de Jairo, Rafael Mora, ya perdi¨® cualquier esperanza. Para ¨¦l el asesinato de su hijo ha quedado ya impune. Frente a la tumba de su hijo, en el peque?o pueblo de Gandoca (costa caribe?a sur) donde el joven hab¨ªa desarrollado su pasi¨®n escrupulosa por la defensa de las tortugas baula, asegur¨®: ¡°Desde el principio, esta cosa yo la ve¨ªa muy mal¡±, dijo a periodistas del diario local La Naci¨®n, cuyo editorial tambi¨¦n lanz¨® su cr¨ªtica: ¡°La impunidad es da?ina y en un caso como el de Jairo Mora es ofensiva hasta el punto de lo intolerable. Es impensable que, en Costa Rica, un joven de 26 a?os no pueda seguir sin riesgo su vocaci¨®n de proteger a la naturaleza¡±.
Tambi¨¦n ha reaccionado el controvertido ecologista canadiense Paul Watson, sobre quien rige una orden de captura de la Justicia costarricense por el ataque a unos pescadores en el Pac¨ªfico en 2002. ¡°Este veredicto no me sorprende, viniendo de un pa¨ªs donde ni un solo asesinato de ambientalistas ha sido condenado jam¨¢s¡±, escribi¨® en las redes sociales, en referencia a otros nueve asesinatos que las organizaciones conservacionistas atribuyen a ataques contra la causa ecologista en los ¨²ltimos 40 a?os.
¡°Costa Rica ya no es seguro ni verde¡±
Almudena A.V. se encuentra en Madrid siguiendo por las noticias c¨®mo han declarado inocentes a los hombres que, insiste ella, la tuvieron retenida varias horas junto a otras chicas voluntarias mientras en la playa cumpl¨ªan las amenazas de muerte a su amigo Jairo Mora.
Ahora el enfado y la decepci¨®n llenan a esta veterinaria espa?ola que colaboraba en la playa de Mo¨ªn en busca de huevos de tortuga baula para rescatarlos y criarlos en un refugio, un trabajo que hac¨ªan con la organizaci¨®n Widecast. Liderados por Mora, se enfrentaban a grupos de saqueadores de huevos que los llevaban ¡ªy los siguen llevando¡ª para venderlos como aperitivo, de manera ilegal.
Ella ten¨ªa alguna esperanza de que se hiciera justicia, pero la sentencia absolutoria del martes le cay¨® como un aldabonazo. Dice entender los requisitos de los procesos judiciales, pero considera que hab¨ªa pruebas suficientes para condenarlos. ¡°Encontraron nuestros m¨®viles en sus casas y vest¨ªan la ropa de Jairo. Todos sabemos que fueron ellos¡±, reclama por tel¨¦fono la joven, que estaba dispuesta a declarar durante el juicio, aunque fue rechazado su testimonio.
¡°Pod¨ªan caerles m¨¢s [a?os de c¨¢rcel] o menos, pero no me esperaba una absoluci¨®n. El golpe lo voy a llevar conmigo siempre y Jairo est¨¢ muerto para siempre, pero algo, algo, algo de esperanza s¨ª que ten¨ªa¡±, reconoce la joven, que retorn¨® a Madrid en abril del 2014 y que prefiere no se publiquen sus apellidos. ¡°Ahora est¨¢n libres y no s¨¦ con qui¨¦n nos estamos moviendo¡±, especula antes de enfatizar que no pretende volver a Costa Rica.
¡°Yo me fui (en 2012) a un pa¨ªs verde y seguro y vuelvo de un pa¨ªs que no es ni seguro ni verde¡±, critica Almudena, quien asegura que su vida ha cambiado. ¡°Yo ten¨ªa un poco m¨¢s de pajaritos en mi cabeza, ten¨ªa m¨¢s ilusi¨®n y, bueno, esto fue un mazazo de realidad. Trabajar con animales no es tan maravilloso. Ahora me lo pienso dos veces antes de meterme en alguna lucha, porque s¨¦ que puedo pagarlo con mi vida¡±. La veterinaria espa?ola lamenta que este juicio se tramitaba como un homicidio m¨¢s, sin el agravante del trabajo que hac¨ªa Mora.
Ella no tiene ninguna duda de que iban a por ¨¦l. ¡°Se lo hab¨ªan dicho [la amenaza de muerte] y lo cumplieron. Si no era por el trabajo de ¨¦l, nos hubieran violado a nosotras o hecho algo m¨¢s. Al que quer¨ªan era a Jairo. Nos dijeron que ese era el ¨²ltimo aviso que nos daban¡±. En la playa donde mataron al muchacho ya nadie compite con los saqueadores.
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