Rousseff busca el apoyo de Lula en plena crisis pol¨ªtica
La presidenta de Brasil se entrevistar¨¢ con su mentor. Su popularidad tiene el nivel m¨¢s bajo para un mandatario desde 1999
La presidenta Dilma Rousseff dej¨® el jueves Brasilia para viajar a S?o Paulo para hacer, principalmente, dos cosas: ir al m¨¦dico por la ma?ana a una inspecci¨®n rutinaria y entrevistarse despu¨¦s con su mentor pol¨ªtico y quien la design¨® en 2008 como su sucesora al frente del pa¨ªs, el expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva. El encuentro ha generado un aluvi¨®n de interpretaciones variopintas y comentarios pol¨ªticos en el pa¨ªs, ya que las relaciones personales y pol¨ªticas entre Rousseff y Lula, poseedor a¨²n de un enorme poder de convocatoria y una capacidad notable de influencia en la sociedad y en el Partido de los Trabajadores (PT), al que ambos pertenecen, son siempre objeto de an¨¢lisis pormenorizado en la prensa brasile?a.
Hay un dato incontrovertible: es la primera vez que se ven a solas y con tiempo desde que empez¨® el a?o, esto es, desde que Rousseff tom¨® posesi¨®n de su segundo mandato, y la entrevista se ha visto rodeada de tanto secreto oficial (no consta en la agenda presidencial, no se menciona el lugar del encuentro) como de repercusi¨®n en los medios brasile?os.
Tampoco han sido divulgados oficialmente ni la duraci¨®n, ni el motivo ¨²ltimo del encuentro ni los t¨¦rminos, ni los temas de la conversaci¨®n. Pero, entre las diferentes interpretaciones que abundan en la prensa brasile?a, hay una que sobresale: Rousseff ha acudido a ver a su mentor en busca de apoyo para tratar de sortear alguna de las crisis que la maniatan y que la abocan a una legislatura tormentosa y dif¨ªcil.
Varios son los frentes que acosan a la presidenta. El m¨¢s evidente es el de la crisis econ¨®mica que el pa¨ªs no acaba de sacudirse: los datos divulgados este jueves por el Banco Central de Brasil constatan que el pa¨ªs recul¨® a lo largo de 2014 un 0,15%. El informe a?ade que la econom¨ªa brasile?a coquetear¨¢ a lo largo de 2015 con la recesi¨®n. No ayuda el hecho de que el Gobierno, por medio de un ministro de Econom¨ªa, Joaquim Levy, reclutado para contener el gasto, prometa recortes para equilibrar las cuentas. Un s¨ªntoma de las incertidumbres econ¨®micas que se abaten sobre Brasil hay que buscarlo en que el d¨®lar se encuentra hoy a 2,84 reales, el precio m¨¢s alto de 2004. Tampoco ayuda el hecho de que en el horizonte, debido a la falta de agua que aflige al Estado de S?o Paulo, con 44 millones de habitantes, se puedan producir restricciones de agua y de electricidad durante varios d¨ªas.
Adem¨¢s del econ¨®mico, Rousseff se enfrenta a un laberinto pol¨ªtico: la C¨¢mara de Diputados, presidida por Eduardo Cunha, del PMDB, un partido de ideolog¨ªa poco clara y de elementos heterog¨¦neos, se ha declarado abiertamente hostil al Gobierno. Cunha, enemigo pol¨ªtico de Rousseff, maniobra desde hace semanas para colocar a diputados contrarios a la presidenta en lugares clave, como comisiones de investigaci¨®n o comisiones legislativas.
La presidenta brasile?a ha ca¨ªdo en los sondeos desde un 42% a un 24% en s¨®lo tres meses, seg¨²n una encuesta de A Folha de S?o Paulo
Como remate se encuentra el esc¨¢ndalo de Petrobras, entrampada en una red corrupta que poco a poco va saliendo a la luz dejando un reguero de contratos millonarios fraudulentos y sobrefacturados, maletines de dinero escondidos en cuentas en Suiza y empresas compinchadas con ex altos cargos especializados en aceptar sobornos. La semana pasada, Rousseff destituy¨® la c¨²pula de la petrolera en un intento de frenar la sangr¨ªa del descr¨¦dito de la que es la primera empresa brasile?a y la primera empresa p¨²blica de Am¨¦rica Latina. Pero el goteo de informaciones sobre la red de corruptos no para y amenaza con continuar durante meses.
Como consecuencia de todo esto, la popularidad de Rousseff se despe?a. El pasado domingo, A Folha de S?o Paulo public¨® una encuesta que reflejaba que la presidenta brasile?a hab¨ªa ca¨ªdo en los sondeos desde un 42% a un 24% en s¨®lo tres meses. Es su peor resultado como mandataria y, tambi¨¦n, el peor para un presidente brasile?o desde Fernando Henrique Cardoso, del PSDB (Partido de la Socialdemocracia brasile?a), en 1999.
Rousseff, pues, necesita imperiosamente remontar. Y esa puede ser una de las causas que la hayan empujado a pedir ayuda a su mentor, bien para que se implique m¨¢s en actos callejeros y en m¨ªtines que galvanicen (como s¨®lo Lula sabe hacer) el esp¨ªritu del Partido de los Trabajadores o bien para que ayude a desatascar el cerrojazo de un Congreso adverso a base de influencia y mano izquierda. Por eso la presidenta, seg¨²n la prensa brasile?a, busca al expresidente, que no ha perdido su popularidad, que conserva buena parte de su prestigio internacional y a quien no le disgusta nada presentarse como salvador cuando el barco se hunde.
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