Capriles y el preso pol¨ªtico de Ramo Verde
Los argumentos de la defensa son irrelevantes porque Leopoldo L¨®pez ser¨¢ liberado cuando convenga al presidente Nicol¨¢s Maduro
Irrelevantes los argumentos de la defensa, porque el comportamiento de la justicia en Venezuela responde a las orientaciones del Gobierno en casos de relevancia pol¨ªtica o econ¨®mica, cabe suponer que Leopoldo L¨®pez ser¨¢ liberado cuando convenga al presidente Nicol¨¢s Maduro. Privado de las garant¨ªas procesales que exige la democracia, y sin haber sido sentenciado todav¨ªa, el dirigente opositor, encarcelado desde el 18 de febrero del pasado a?o, cumple condena en la prisi¨®n militar de Ramo Verde con cargos de haber instigado al violento derrocamiento de ejecutivo bolivariano durante los disturbios callejeros de hace un a?o.
Al cumplirse un a?o de su encarcelamiento, los seguidores de L¨®pez convocaron un homenaje p¨²blico en su recuerdo, pero llam¨® la atenci¨®n que el candidato presidencial de la oposici¨®n Henrique Capriles no asistiera a la convocatoria. ?Por qu¨¦? Para entender su ausencia conviene rebobinar hasta llegar al momento en que las manifestaciones contra Maduro se debilitan y la oposici¨®n pierde de nuevo la batalla por el derrocamiento. Para entonces, L¨®pez se hab¨ªa entregado a las autoridades venezolanas, que hab¨ªan dictado orden de busca y captura.
Maduro necesitaba del garrotazo judicial para escarmentar a la extrema derecha, a fin de que comprobara que sus acciones desestabilizadoras tienen consecuencias, y para que la extrema izquierda no le acusara de blando. Se hab¨ªa librado de los grilletes, por los pelos, el general retirado ?ngel Vivas, que en Internet explicaba c¨®mo deben cruzarse cables de acero en la carretera, a la altura del cuello, para impedir que los motoristas oficialistas gubernamentales desalojasen las barricadas antigubernamentales. Cuatro murieron descabezados.
Maduro necesitaba del garrotazo judicial para escarmentar a la extrema derecha, a fin de que comprobara que sus acciones tienen consecuencias
Impaciente, ignorando las convocatorias al aguante del frente opositor moderado, Leopoldo L¨®pez, de 44 a?os, alent¨® una sublevaci¨®n, que revisti¨® las caracter¨ªsticas de terrorismo urbano cuando contamin¨® con gasoil embalses de agua potable, redujo a cenizas una universidad e incendi¨® otros 15 centros, destruy¨® estaciones de metro, tal¨® miles de ¨¢rboles para cortar carreteras, y verti¨® aceite en las autopistas provocando su colapso. Las protestas se saldaron con 43 muertos, entre ellos siete miembros de la Guardia Nacional, el equivalente a la Guardia Civil espa?ola.
Triunfalista durante el ¨ªmpetu de las primeras movilizaciones, convencido de que el desabastecimiento y la insurgencia estudiantil ser¨ªan los arietes de la definitiva embestida contra el autoritario r¨¦gimen chavista, L¨®pez reclam¨® el liderazgo opositor al entregarse a la polic¨ªa. Contrapon¨ªa su audacia y patri¨®tica inmolaci¨®n al apocamiento de sus rivales en la jefatura de la Mesa de la Unidad Democr¨¢tica (MUD). Acaudillando las movilizaciones, pero sin asumir las responsabilidades de sus salvajes desbordamientos, L¨®pez dividi¨® a una oposici¨®n obligada a la unidad para no encadenar fracasos. Su llamamiento a una Asamblea Constituyente, en tiempos pol¨ªticamente imposibles, contribuy¨® a la fragmentaci¨®n del bloque antigubernamental, que progresivamente hab¨ªa ganado capital pol¨ªtico y estuvo a un paso del triunfo electoral en las presidenciales del 2013.
L¨®pez?alent¨® una sublevaci¨®n que revisti¨® las caracter¨ªsticas de terrorismo urbano cuando contamin¨® con gasoil embalses de agua potable
Lejos de haberse impuesto en la capitan¨ªa opositora, el preso de Ramo Verde parece haber sucumbido como estratega, v¨ªctima de sus respetables ambiciones pol¨ªticas, pero encandilado por los cantos de sirena de tutores que le incitaron al ¨®rdago y a la gloria porque en Ucrania, al tiempo que en Venezuela, los alzamientos populares ya ultimaban el derrocamiento del dictador V¨ªctor Yanuk¨®vich.
Pero Nicol¨¢s Maduro sigue al mando y empe?ado en el escarmiento, al igual que hizo su mentor y gu¨ªa, el fallecido Hugo Ch¨¢vez, cuando sepult¨® a quienes quisieron arrebatarle el poder sin pasar por las urnas. Est¨¦riles las impugnaciones de los abogados de L¨®pez, quien denuncia con raz¨®n que sufre un juicio pol¨ªtico, no es previsible la clemencia porque el Gobierno ya baj¨® el pulgar: el preso de Ramo Verde es jefe de la ultraderecha, planificador y responsable de violencia y muertes, una pieza de los gringos en Venezuela. "Tiene que pagar y va a pagar", declar¨® en su d¨ªa el presidente Maduro, devenido en juez togado. Cuando se haga p¨²blica la sentencia, puede sumar a?os de c¨¢rcel o considerar que el preso ha cumplido suficiente. En todo caso, Venezuela sale perdiendo porque previsiblemente continuar¨¢ el toma y daca en que se haya sumida Venezuela desde hace 16 a?os.
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