Terapia para soplones
Florecen en Reino Unido las organizaciones de apoyo a las personas marcadas por denunciar irregularidades en su trabajo
Siempre han existido, pero este nuevo siglo parece haber deparado un papel protagonista a esas personas que deciden revelar irregularidades desde dentro de las organizaciones donde trabajan. La soldado Chelsea Manning, el analista de la NSA Edward Snowden, el empleado bancario Herv¨¦ Falciani. Son solo la punta del iceberg de un fen¨®meno que en Reino Unido, por ejemplo, ha servido para sacar a la luz graves deficiencias en la atenci¨®n sanitaria p¨²blica, gracias a centenares de testimonios de valientes trabajadores an¨®nimos. La verdadera historia de estas personas empieza cuando deciden dar el paso.
En espa?ol no existe una traducci¨®n exacta de la palabra inglesa whistleblower, que literalmente ser¨ªa soplador del silbato. Existe sopl¨®n, pero posee una connotaci¨®n negativa de la que carece el t¨¦rmino ingl¨¦s. Ian Foxley, fundador de Whistleblowers UK, propone ¡°contadores de la verdad¡± o ¡°h¨¦roes¡±. Ingeniero aeron¨¢utico, jugador de rugby y teniente coronel retirado de 58 a?os, Foxley conoce de primera mano las duras consecuencias de contar la verdad. Por eso ha puesto en marcha esta organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que pretende ayudar y asesorar a aquellos que, como hizo ¨¦l mismo hace cinco a?os, deciden arriesgar su seguridad y la de sus familias por actuar de acuerdo a sus principios.
En 2010 Foxley trabajaba para Airbus en un contrato de m¨¢s de 2.000 millones de euros entre el Ministerio de Defensa brit¨¢nico y la Guardia Nacional saud¨ª. Pero al poco de llegar a Riad empez¨® a ver cosas que no le gustaron. ¡°Me entregaron un contrato que, como director, deb¨ªa firmar¡±, explica, mientras come un s¨¢ndwich de carne en un viejo pub de York, la ciudad inglesa m¨¢s cercana al pueblo donde vive ahora con su familia. ¡°Encontr¨¦ en una l¨ªnea del contrato una serie de pagos extra y me negu¨¦ a firmar. Se trataba de pagos a las islas Caim¨¢n, a unas compa?¨ªas que yo no conoc¨ªa. Empec¨¦ a hacer averiguaciones y la empresa se volvi¨® contra m¨ª. Le entregu¨¦ las pruebas a un general del Ej¨¦rcito brit¨¢nico, a quien conoc¨ªa desde hac¨ªa 20 a?os. ?l habl¨® con el Ministerio en Londres, y estos le dijeron que devolviera los documentos a la compa?¨ªa. As¨ª lo hizo. Entonces me llamaron de la compa?¨ªa y me dijeron que lo que hab¨ªa hecho, en Arabia Saud¨ª, constitu¨ªa un delito de robo de informaci¨®n y que me iban a detener¡±.
Foxley logr¨® volver a Londres y llev¨® el caso ante la Justicia. El juicio se espera que salga a lo largo de este a?o. Foxley, padre de tres hijos, se qued¨® sin trabajo y se convirti¨®, dice, en una especie de apestado. ¡°Cuando denuncias a una empresa grande hay un desequilibrio de recursos¡±, explica. ¡°Pierdes tu empleo, tus ahorros, y tienes dificultades para volver a trabajar en el mismo sector. El dinero empieza a ser un problema. Mis hijos y mi esposa me comprendieron y me ayudaron mucho. Somos cat¨®licos, y la religi¨®n jug¨® un papel importante, al proporcionarme un contexto moral contra el que medir mis acciones. Pero se trata de una experiencia muy solitaria¡±.
Foxley decidi¨® ponerse en contacto con otras personas que hab¨ªan pasado por lo mismo. Montaron una estructura para ofrecerse apoyo mutuo y para luchar por lograr cambios legales que protejan a quienes deciden dar el paso. En Whistleblowers UK ¨Cque no es la ¨²nica organizaci¨®n de este tipo que surgido en Reino Unido- lo hacen todo online, con un software que pasa las llamadas entre los socios y las oculta. Ni siquiera tienen una sede f¨ªsica, y se financian con donaciones.
Reciben una media de diez llamadas al d¨ªa, de diferentes pa¨ªses. ¡°Primero se le aclara que todo lo que dice es confidencial y se le ofrece la posibilidad de permanecer en el anonimato¡±, explica. ¡°Le decimos que lo que le aconsejemos viene de la experiencia, que nosotros tambi¨¦n hemos pasado por eso. En funci¨®n del sector de que proceda, ya sea la Educaci¨®n, la Sanidad, la Iglesia, se le pone en contacto con denunciantes del mismo sector. Ponemos a su disposici¨®n nuestros consejeros legales y terap¨¦uticos. Y tenemos un listado de contactos de periodistas de diferentes medios¡±.
Whistleblowers UK propone crear una especie de oficina del sopl¨®n. ¡°Un ombudsman independiente, con delegados en cada uno de los sectores de la sociedad, con recursos y poderes para investigar¡±, explica Foxley. ¡°Las multas que se impongan a las organizaciones servir¨ªan para financiarlo y para compensar a los personas que deciden dar el paso¡±.
Lo que caracteriza a estas personas, dice Foxley, es que es act¨²an ¡°de buena fe¡±. ¡°En un momento determinado, no vemos otra opci¨®n que denunciar una situaci¨®n injusta¡±, explica. ¡°Yo, en mi vida normal, si veo que alguien ataca a una persona, tratar¨¦ de detenerlo. Si veo a alguien robar, ir¨¦ tras ¨¦l. Pues esto es lo mismo ?Por qu¨¦ lo hice? Porque era lo correcto¡±.
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