Unasur no puede
Se debe lograr la libertad de los presos pol¨ªticos y encauzar la democracia venezolana
El primer paso en el respeto a los derechos humanos en Am¨¦rica Latina no fue muy auspicioso. Antonio Amador Jos¨¦ de Nari?o y ?lvarez del Casal, mejor conocido como Antonio Nari?o, periodista, pol¨ªtico y h¨¦roe colombiano, dio el monumental paso de traducir en diciembre de 1793, por primera vez al espa?ol, la Declaraci¨®n de los Derechos del Hombre y el Ciudadano. Lamentablemente para Nari?o y para todos los latinoamericanos, el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisici¨®n, no estaba muy de acuerdo y lo acus¨® de encabezar una conspiraci¨®n desestabilizadora, y fue condenado a diez a?os de prisi¨®n a ser cumplidos en una c¨¢rcel en ?frica.
Las normas de derechos humanos en Am¨¦rica Latina, desde su nacimiento, son una amenaza que molestan al poder de turno. Al esp¨ªritu vanguardista de Nari?o lo acompa?aron otros hitos; la Declaraci¨®n Americana de los Derechos y Deberes del Hombre aprobada en Bogot¨¢ en 1948 y la Carta Democr¨¢tica Interamericana aprobada en Lima en 2001, son instrumentos pioneros a nivel mundial en la defensa de los derechos humanos y protecci¨®n de la democracia. Sin embargo, la consagraci¨®n en el papel de esos principios e ideales no ha sido obst¨¢culo para graves violaciones a los derechos humanos, golpes de estado y democracias sin imperio de la ley.
La ley s¨®lo tiene sentido con mecanismos independientes que verifiquen su cumplimiento. A nivel internacional, los Estados se comprometen a funcionar como garant¨ªa colectiva para exigir el respeto a los derechos humanos y la democracia. En el sistema interamericano, la Comisi¨®n y Corte interamericanas fueron durante las ¨²ltimas d¨¦cadas la ¨²ltima y ¨²nica instancia para denunciar las violaciones a los derechos humanos y ponerle l¨ªmites a las dictaduras y gobiernos autoritarios. Las denuncias por las violaciones a los derechos humanos en Argentina en los 70, Per¨² en los 90, o el deterioro democr¨¢tico de Venezuela, encontraron en la Comisi¨®n y la Corte un l¨ªmite a la violencia y al autoritarismo.
Sin embargo, en las ¨²ltimas d¨¦cadas se ha dado un giro grave en la defensa colectiva de los derechos humanos y la democracia. Por un lado, un ataque constante y sistem¨¢tico a la Comisi¨®n y Corte interamericanas, liderado principalmente por Ch¨¢vez, Maduro y Correa, est¨¢ erosionando el accionar decidido e independiente de estos ¨®rganos, y por el otro, el surgimiento de nuevos organismos como garant¨ªa colectiva de los derechos humanos y la democracia que carecen de la independencia necesaria para ponerle l¨ªmite a las violaciones y al autoritarismo.
La Comisi¨®n y Corte interamericanas fueron durante las ¨²ltimas d¨¦cadas la ¨²ltima y ¨²nica instancia para denunciar las violaciones a los derechos humanos
El surgimiento de nuevas instituciones regionales, como Unasur, CELAC y Mercosur, son un paso esencial para lograr la necesaria unidad latinoamericana so?ada por Bol¨ªvar. Con independencia de EE UU, la unidad latinoamericana crea un bloque regional de gran peso pol¨ªtico y econ¨®mico para negociar en el nuevo mundo multipolar. Pero si esas instituciones son influenciadas por l¨ªderes que torturan y detienen a periodistas y dirigentes de la oposici¨®n, se convierten en un obst¨¢culo para la vigencia de los derechos humanos y la democracia.
La situaci¨®n en Venezuela, y el hasta ahora vergonzoso rol de Unasur, son un ejemplo de la dificultad de crear mecanismos independientes en el seno de instituciones que para tomar decisiones requieren del consenso de todos los Estados, y que al momento de decidir, tienen en cuenta realidades pol¨ªticas y econ¨®micas regionales y no exclusivamente a las v¨ªctimas de violaciones. Hace un a?o atr¨¢s, una manifestaci¨®n contra el presidente Maduro concluy¨® con decenas de muertos y torturados, y uno de los principales l¨ªderes de la oposici¨®n, Leopoldo L¨®pez, en la c¨¢rcel. La magnitud de la violencia, moviliz¨® a Unasur a mediar entre Maduro y la oposici¨®n. Como resultado, se cre¨® un Consejo de Derechos Humanos para recibir las denuncias de violaciones y una mesa de di¨¢logo entre el Gobierno y la oposici¨®n. El paso del tiempo s¨®lo logr¨® que las violaciones quedaran impunes y el di¨¢logo durara lo m¨ªnimo necesario para que Unasur se retirara discretamente sin enfrentar la verg¨¹enza del fracaso.
La falta de respuesta a las violaciones es garant¨ªa de que estas se repitan. El fracaso de Unasur, hace un a?o, nos traen nuevamente manifestaciones y la detenci¨®n de un nuevo preso pol¨ªtico, Antonio Ledezma, alcalde de Caracas. Esperemos que en esta oportunidad, el fracaso de Unasur se limite a la detenci¨®n del alcalde y no se sumen m¨¢s violaciones a los derechos humanos. Lamentablemente el Secretario General de Unasur, Ernesto Samper, mira para otro lado. Mientras acusa al EE UU que dialoga con los Castro de estar desestabilizando a Venezuela, Maduro aprovecha y suma m¨¢s presos pol¨ªticos.
A diferencia de los l¨ªderes pasajeros, afortunadamente las v¨ªctimas de violaciones a los derechos humanos perseveran. Nari?o se aprovech¨® de la torpeza de sus captores y logro escapar antes de llegar a la c¨¢rcel en ?frica. Trabaj¨® por la independencia de Am¨¦rica y Colombia. Estuvo preso 16 a?os. Fue maestro e inspirador de Bol¨ªvar y nunca abandon¨® sus principios. 18 a?os despu¨¦s de haber traducido la Declaraci¨®n, la envi¨® a la gobernaci¨®n de Santa Fe. En la carta de env¨ªo resume uno de los problemas que afecta a Am¨¦rica Latina desde su independencia y que abonan la tierra para que haya violaciones a los derechos humanos y golpes de estado: ¡°los tiranos aborrecen la luz y al que tiene los ojos sanos¡±. Unasur debe abrir los ojos, lograr la libertad de los presos pol¨ªticos y encauzar la democracia venezolana.
Santiago Canton es director ejecutivo del Robert F. Kennedy Human Rights y exsecretario ejecutivo de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos. Twitter @SantiagoACanton
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