Brasil espera en vilo la lista de pol¨ªticos involucrados en el ¡®caso Petrobras¡¯

El fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, asegur¨® este martes en Brasilia al dirigirse a un grupo de manifestantes que le apoyaban como a una especie de h¨¦roe nacional: ¡°Quien tenga que pagar, va a pagar¡±. La frase no es balad¨ª y el momento a¨²n lo es menos. Janot ha comenzado ya a remitir al Tribunal Superior de Justicia los nombres de los diputados y senadores implicados en el caso Petrobras. Son 28 denuncias contra 54 personas, entre ellos, varios pol¨ªticos. A¨²n no se sabe cu¨¢ndo esta aut¨¦ntica lista negra, que desencadenar¨¢ un terremoto pol¨ªtico de consecuencias imprevisibles, ser¨¢ hecha p¨²blica en su totalidad. Pero no tardar¨¢ mucho.

La prensa brasile?a habla de decenas de nombres, hasta 40 pol¨ªticos, la mayor¨ªa del Partido de los Trabajadores (formaci¨®n a la que pertenece la presidenta Dilma Rousseff y el expresidente Lula) y de algunos de los partidos que le apoyan en el Parlamento. Las especulaciones apuntan a los presidentes del Congreso, Eduardo Cunha, y del Senado, Renan Calheiros. Tambi¨¦n parece seguro que estar¨¢ incluido el tesorero del PT, Jo?o Vaccari, acusado de desviar fondos de la petrolera a las arcas del partido para financiar campa?as electorales.

Los nombres han sido proporcionados por los ex altos cargos de Petrobras acusados formalmente a cambio de rebajas en la condena y por altos ejecutivos de empresas que, seg¨²n la fiscal¨ªa, sobornaban a esos ex altos cargos para hacerse con contratos millonarios de la gigantesca empresa que m¨¢s invierte en Brasil en obras p¨²blicas.

La divulgaci¨®n de los nombres sacudir¨¢ un Congreso?ya de por s¨ª convulso y ultrafragmentado?

Sean quienes sean y sean cuantos sean, la divulgaci¨®n de los nombres va a cambiarlo todo. Y esto sucede en un momento delicado y sacudir¨¢ un ya de por s¨ª Congreso convulso e ultrafragmentado en el que las alianzas se calibran al mil¨ªmetro. Jaques Wagner, ministro de Defensa, del PT, exgobernador de Bah¨ªa y muy pr¨®ximo a Rousseff, manifest¨® hace dos d¨ªas que la publicaci¨®n de la lista de pol¨ªticos acusados generar¨¢ una suerte de ¡°perturbaci¨®n social¡±: ¡°Es obvio que va a haber turbulencias, y las va a haber en un momento en que el pa¨ªs m¨¢s necesita de tranquilidad¡±.

Los datos econ¨®micos no son buenos. Brasil est¨¢ a un paso de volver a la recesi¨®n y, cuando menos, su econom¨ªa sigue estancada. El paro (el indicador al que m¨¢s se agarra Rousseff para defender su gesti¨®n) subi¨® en enero hasta el 5,3% (en enero de 2014 rozaba el 4,8%). El viernes se har¨¢ p¨²blico tambi¨¦n el dato de inflaci¨®n, que seguramente ser¨¢ m¨¢s alta de la meta autoimpuesta por el Gobierno. Esta subida paraliza m¨¢s el ya desanimado consumo.

Porque si la pol¨ªtica est¨¢ casi en suspenso, a la espera de que la lista del oprobio de los 40 nombres se divulgue por fin (Brasil lleva meses haciendo conjeturas sobre qui¨¦nes ser¨¢n los imputados y por qu¨¦), la econom¨ªa tambi¨¦n. Los empresarios nacionales, como los consumidores, esperan a la hora de invertir a saber hacia d¨®nde se dirige el pa¨ªs y los extranjeros aguardan a que se cumplan todas las promesas de ajustes y recortes que el ministro de Econom¨ªa, Joaquim Levy, se comprometi¨® a llevar a cabo. Poco a poco, las est¨¢ cumpliendo. La semana pasada retir¨® una exenci¨®n de impuestos a las empresas que Rousseff hab¨ªa instaurado en 2011 y orden¨® la reducci¨®n de gastos en todos los ministerios. Paralelamente, el Gobierno ha anunciado una subida de la tarifa el¨¦ctrica que, para determinadas familias de clase de media, sobre todo en S?o Paulo, significar¨¢ un 30% m¨¢s en el recibo de la luz. Levy, elegido por su fama de experto en el ajuste, se comprometi¨® a ahorrar unos 24.700 millones de d¨®lares y ¡°llegar a un equilibrio fiscal¡±.

La semana pasada, Moody¡¯s rebaj¨® de golpe dos escalones la calificaci¨®n de la ya cuarteada Petrobras, dejando sus acciones al nivel de ¡°no seguras para la inversi¨®n¡±. Un batacazo para la petrolera, envuelta en una crisis que le carcome desde todos los ¨¢ngulos: desde la corrupci¨®n a la ca¨ªda del precio del barril. Con todo, el Gobierno de Rousseff batalla (a base de ajustes y de respaldar al ministro de Econom¨ªa) para que estas agencias de calificaci¨®n no rebajen la nota a Brasil, ahora en un modesto estable (BAA2). Para ello, los miembros del Gobierno, el ministro de Econom¨ªa, la propia Rousseff y hasta el expresidente Lula maniobran para que un Congreso hostil hasta ahora transija y apruebe los ajustes que, por otra parte, nadie prometi¨® durante la pasada campa?a electoral.?