¡°Todos los cuerpos policiales torturan en M¨¦xico¡±
El relator sobre torturas de la ONU se?ala que las instituciones mexicanas no estaban preparadas para enfrentarse al crimen
Cuando Juan M¨¦ndez (Lomas de Zamora, Argentina, 1944) entra en una c¨¢rcel o comisar¨ªa, nadie osa cerrarle el paso. Es el relator especial sobre la Tortura de la ONU. Considerado una autoridad mundial en la materia, este catedr¨¢tico de Derecho ha impartido clases en las universidades de Georgetown, Johns Hopkins y Oxford. Tambi¨¦n presidi¨® la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos. Pero su verdadero conocimiento le viene de los a?os setenta, cuando era un joven abogado que defend¨ªa a presos pol¨ªticos en Argentina. En represalia, durante un a?o y medio, fue confinado y torturado por la dictadura militar.
Juan M¨¦ndez presenta este lunes en Ginebra su examen de M¨¦xico, fruto de una visita realizada entre el 21 de abril al 2 de mayo pasado. El resultado es demoledor. ¡°La tortura y los malos tratos en la detenci¨®n son generalizados y ocurren en un contexto de impunidad¡±, indica el informe, adelantado por EL PA?S. La entrevista se hizo por tel¨¦fono. M¨¦ndez, en la habitaci¨®n de su hotel, estaba preparando su intervenci¨®n ante Naciones Unidas. Su tono fue siempre tranquilo.
Pregunta. Su informe es muy duro.
Respuesta. El informe es duro porque la realidad es dif¨ªcil, y mi obligaci¨®n es describir lo que vi.
P. ?Hay motivos para tener miedo si se es detenido en M¨¦xico?
R. La tortura est¨¢ generalizada en M¨¦xico en el contexto de la lucha contra el crimen organizado. En otros niveles, puede que ocurra menos o no ocurra. Pero en la lucha contra el crimen organizado todos los cuerpos que se ocupan de ella, desde militares a polic¨ªas federales, estatales o municipales, muestran un patr¨®n de conducta muy parecido, en m¨¦todos y duraci¨®n. Todos incurren en la tortura. Por eso digo que est¨¢ generalizada.
P. ?Qu¨¦ fue lo que m¨¢s le impresion¨® de la visita?
R. La repetici¨®n de patrones. Escuch¨¦ lo mismo de los testigos a los que hice entrevistas largas y minuciosas, que de aquellos que escog¨ª al azar en c¨¢rceles. Nadie hab¨ªa sido bien tratado. Nunca hubiera pensado antes de venir a M¨¦xico que la tortura estuviera tan generalizada. Pero tambi¨¦n me encontr¨¦ con funcionarios federales y estatales comprometidos con el problema, sobre todo en la Suprema Corte de Justicia. All¨ª tienen la intenci¨®n de tomar el toro por las astas.
Nunca hubiera pensado antes de venir a M¨¦xico que la tortura estuviera tan generalizada
?P. En vista de su informe, los casos de torturas son miles, pero solo se han registrado cinco sentencias condenatorias entre 2005 y 2013. ?No cree que eso indica una absoluta indiferencia?
?R. No creo que sea indiferencia. La impunidad se debe a muchos factores, el principal es no tomar la tortura con la gravedad que tiene; otro es el hecho de que se interponen todo tipo de obst¨¢culos a la investigaci¨®n, entre ellos, un esp¨ªritu de cuerpo: polic¨ªas y militares no se acusan unos a otros. Y los controles que hay son de papel y no son eficaces. Las mismas comisiones de derechos humanos, aunque tienen un efecto positivo, no est¨¢n a la altura de las necesidades.
P. ?Por qu¨¦ cree que la tortura est¨¢ tan extendida en M¨¦xico?
R. En M¨¦xico y en otros pa¨ªses, las polic¨ªas y los investigadores penales se han acostumbrado a tener un alto grado de manos libres en los interrogatorios. Tratan de acortar camino en vez de investigar. Una vez que se acostumbran es muy dif¨ªcil acabar con esa pr¨¢ctica. Para ello se requiere no s¨®lo expresar p¨²blicamente una voluntad pol¨ªtica, sino mucha tensi¨®n y coraje para separar a los malos elementos y castigarlos, para recuperar la autoridad democr¨¢tica.
P. ?Cree que la guerra contra el narco ha sido la causante de este escenario?
R. No es la guerra contra el crimen organizado la que crea el problema, sino la falta de control interno y de cumplimiento de la ley. M¨¦xico se ha enfrentado al crimen organizado con instituciones no preparadas.
P. En su informe se describe una pesadilla kafkiana, con la complicidad de m¨¦dicos, defensores p¨²blicos, fiscales y jueces. ?C¨®mo evitarlo?
R. No es tanto complicidad, como omisi¨®n del deber. En M¨¦xico, se hace inversi¨®n de la carga de la prueba: es el detenido quien tiene que demostrar que fue torturado, cuando deber¨ªa ser la acusaci¨®n fiscal, la encargada de sostener la licitud de la confesi¨®n. No postulo un cambio en las normas procesales, sino que jueces y fiscales se tomen en serio las que tienen.
P. Usted presenta una amplia lista de recomendaciones, ?cu¨¢l es la fundamental?
R. Hacer un esfuerzo mayor para romper el ciclo de impunidad. Es lamentable que habiendo tantos casos, sean muy pocos aquellos donde se constata la comisi¨®n de torturas, y muchos menos los que derivan en sanci¨®n penal. Tambi¨¦n se debe fortalecer el acceso de abogados en el momento oportuno, y no dos o tres d¨ªas despu¨¦s de la detenci¨®n. La Corte Suprema ha avanzado bastante en ese aspecto y est¨¢ trabajando en un protocolo de actuaci¨®n.
P. ?Ha descendido la tortura con la presidencia de Enrique Pe?a Nieto?
R. No he hecho comparaciones de un sexenio a otro, pero seg¨²n las fuentes que he consultado aparentemente hay un descenso de un 30% de los casos reportados. Puede deberse a que haya fuerzas m¨¢s conscientes, o simplemente menos casos. Es un paso adelante, pero no resuelve el problema. Un solo caso de tortura es demasiado.
P. ?Qui¨¦nes torturan m¨¢s, los militares o los polic¨ªas?
R. Todos igual. No hay ninguno mejor que otro.
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