¡°?A la orden, se?or Erdogan!¡±
El Gobierno turco amordaza a los medios cr¨ªticos con presiones directas y contratos p¨²blicos turco en la construcci¨®n
Recep Tayyip Erdogan llam¨® el 4 de junio de 2013 a Fatih Sara?, directivo de la televisi¨®n Habert¨¹rk, orden¨¢ndole retirar una noticia sobre las palabras de un l¨ªder de la oposici¨®n. La respuesta de este ¨²ltimo fue: ¡°?A la orden, se?or!¡±. No era un episodio aislado. Desde su puesto de primer ministro y, a partir del pasado agosto, desde la presidencia de la Rep¨²blica, Erdogan ha atado en corto a los medios turcos y ha sido ¨¦l personalmente quien en varias ocasiones ha asumido la tarea de controlarlos a trav¨¦s de llamadas a la redacci¨®n.
El caso de Sara? aparece en un reciente estudio sobre los medios turcos elaborado por el periodista turco Yavuz Baydar para la Kennedy School de la Universidad de Harvard. Las redacciones, seg¨²n Baydar, se han convertido en ¡°una c¨¢rcel al aire libre¡± donde la autocensura es atroz y los periodistas independientes no tienen cabida. Una mordaza creciente que se ejerce tambi¨¦n a trav¨¦s de jugosos contratos p¨²blicos.
¡°No le digas a X que has hablado conmigo. No es que desconf¨ªe de ¨¦l, pero ya sabes, luego la gente habla¡ y ahora mismo no podemos estar seguro de que no se entere alg¨²n jefe¡±. La frase, pronunciada por un trabajador de la cadena NTV a este periodista al t¨¦rmino de las protestas de Gezi de 2013, es una muestra del ambiente de temor que impera.
NTV, hasta hace apenas cuatro a?os un reputado canal televisivo de noticias, ha ido haci¨¦ndose progresivamente m¨¢s d¨®cil con el Gobierno islamista moderado del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP). En paralelo, su propietario, el grupo empresarial Dogus, se ha beneficiado de numerosos contratos p¨²blicos, especialmente en el sector constructor. ¡°Nuestra cadena ha colocado a gente del AKP en todos los puestos importantes y ellos deciden qu¨¦ noticias damos y cu¨¢les no¡±, explicaba el trabajador de NTV. ¡°Nunca en mis 15 a?os de carrera hab¨ªa visto esta falta de libertad¡±.
El Gobierno del AKP ha hecho un uso cada vez m¨¢s restrictivo de la ley. Por ejemplo, se ha impuesto la prohibici¨®n de informar sobre una veintena de casos (entre ellos la muerte de civiles en un ataque del Ej¨¦rcito turco en la aldea kurda de Roboski o la comisi¨®n parlamentaria de investigaci¨®n sobre la corrupci¨®n). Igualmente, escribe Baydar en su informe, ¡°la intimidaci¨®n de los periodistas se produce diariamente¡± bien mediante demandas por difamaci¨®n, bien a trav¨¦s de amenazas de partidarios del Ejecutivo.
Es cierto, se?ala Baydar, que el n¨²mero de periodistas entre rejas se ha reducido desde que en 2010 tocase el m¨¢ximo mundial (104) hasta los actuales 7 ¨® 19, seg¨²n se tome el recuento del Comit¨¦ de Protecci¨®n de Periodistas o de Reporteros sin Fronteras. Pero el control ha tomado otra direcci¨®n: desde las protestas de Gezi, unos 1.000 periodistas han sido despedidos por ser considerados molestos. ¡°El Gobierno ha intentado criminalizar la informaci¨®n y la opini¨®n contraria a sus intereses, normalizando de facto una suerte de estado de emergencia. Los periodistas que han intentado resistirse, defender su independencia y la integridad profesional, han comenzado a ser despedidos. (¡) y son reemplazados por gente cuyos m¨¦ritos son su lealtad a Erdogan¡±, escribe Baydar, ¨¦l mismo despedido del diario Sabah, donde era defensor del lector, tras unos art¨ªculos en los que criticaba a la cabecera ¡ªcercana al Gobierno¡ª por no seguir las m¨¢s elementales normas del periodismo.
Otro m¨¦todo de presi¨®n son las reuniones con directores y propietarios. Yasemir ?ongar, exdirectora del diario Taraf, quien particip¨® a estas reuniones hasta 2012, denuncia que el Gobierno las usa para ¡°oprimir a la prensa¡± pero que, al mismo tiempo, los barones medi¨¢ticos ¡°se ofrecen voluntariamente a autocensurarse¡±.
El 80% de los medios en Turqu¨ªa est¨¢n controlados por grandes conglomerados empresariales con intereses en los m¨¢s variados sectores ¡ªdesde la alimentaci¨®n a la banca¡ª y eso es lo que han aprovechado AKP y Erdogan. Un caso flagrante es el de TV8, un canal cr¨ªtico con los islamistas moderados hasta que su propietario, Mehmet Nazif G¨¹nal se convirti¨® en socio del consorcio que construir¨¢ un nuevo aeropuerto en Estambul por 20.000 millones de euros. Entonces, la direcci¨®n cerr¨® su secci¨®n de noticias y despidi¨® a 200 de sus trabajadores.
Pese a ello, Erdogan niega interferencias en el sector medi¨¢tico y el pasado 6 de enero afirmaba, ante una reuni¨®n de embajadores, que ¡°ni en Europa ni en el mundo hay una prensa tan libre como en Turqu¨ªa¡±. Pr¨¢cticamente a la misma hora, unidades antiterroristas penetraban en el domicilio de la periodista holandesa Frederike Geerdink, en la localidad turca de Diyarbakir, y se la llevaban detenida. Ahora est¨¢ libre con cargos, acusada de apolog¨ªa del terrorismo por difundir mensajes sobre el Partido de los Trabajadores del Kurdist¨¢n.
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