El misterio del setter envenenado
La muerte de una perra ganadora de concursos de belleza conmociona Reino Unido
La tr¨¢gica muerte de Thendara Satisfaction, m¨¢s conocida como Jagger, ha adquirido tintes de un misterio que no desentonar¨ªa en las p¨¢ginas de una novela de Agatha Christie. Falleci¨® el pasado viernes, de vuelta en su casa de B¨¦lgica, rodeada de su familia, despu¨¦s de cosechar un segundo premio en un concurso de belleza en Reino Unido. A sus tres a?os de edad, Jagger dispon¨ªa ya de una envidiable vitrina de trofeos. ¡°Era la ni?a de todos los ojos, totalmente fiable y amada, estamos devastados¡±, declar¨® a la BBC Dee Milligan-Bott, una de sus mentoras. ¡°No hay duda de que fue maliciosamente envenenada¡±.
Dinero, envidias y hasta xenofobia. Incluso una torpe equivocaci¨®n en la identidad de la v¨ªctima. Son muchos los ingredientes que se mezclan en las diversas teor¨ªas que circulan acerca de la muerte de este bello ejemplar de setter irland¨¦s, a la que todo indica que alguien administr¨® un veneno letal de efecto retardado el d¨ªa de su participaci¨®n en Crufts, el mayor certamen canino del mundo, que se celebr¨® la semana pasada en Birmingham.
¡°Cuando el veterinario le abri¨® el est¨®mago, encontr¨® trozos de filete con veneno¡±, relat¨® a la radio p¨²blica brit¨¢nica el matrimonio Milligan-Bott, de Leicester, que compart¨ªa la propiedad de la perra con otra pareja belga. Aunque a¨²n no se ha concluido el informe toxicol¨®gico, la polic¨ªa brit¨¢nica ya espera la petici¨®n de las autoridades belgas para comenzar la investigaci¨®n. Pero no cabe duda de que, sea cual sea el resultado, el crimen ha golpeado violentamente la ya tocada reputaci¨®n del mundo de la competici¨®n canina y, en concreto, la de este certamen centenario.
Hay otros concursos en el mundo con premios mucho m¨¢s cuantiosos que los 135 euros con que est¨¢ dotado el m¨¢ximo galard¨®n en Crufts. En teor¨ªa, no es el vulgar dinero lo que cimienta el prestigio de este certamen, en cuya ¨²ltima edici¨®n, seg¨²n los organizadores, desfilaron 22.000 perros ante 160.000 asistentes. Pero las cosas han cambiado mucho desde que, en 1891, el vendedor de comida para perros Charles Cruft decidi¨® montar un evento en el que distinguidos expertos valoraban la estructura ¨®sea y elegancia en la pose de diferentes mascotas victorianas.
?Hoy Crufts es un enorme negocio. Su prestigio es tal que los propietarios de los competidores -criadores profesionales en la mayor¨ªa de los casos, incluido el de Jagger- pueden vender por miles de euros cachorros de aquellos perros que un d¨ªa fueron campeones. Los asistentes dejan, seg¨²n un estudio de 2014, hasta 33 millones de euros en el certamen y en las ventas posteriores.
Las malas artes vienen manchando desde hace tiempo la reputaci¨®n Crufts. Pero una cosa es pegar un furtivo tijeretazo a la rizada melena de un caniche, enredarla con un pegajoso chicle, administrar un laxante a los concursantes o incluso ofrecer favores sexuales a los jueces (acusaciones, estas ¨²ltimas, que nunca han sido demostradas), y otra muy distinta matar a un perro.
Hay quien sostiene que el verdadero objetivo del envenenador podr¨ªa haber sido Pot Noodle, ganadora del concurso, una perra casi id¨¦ntica a Jagger, con quien esta intercambi¨® su sitio en las casetas donde descansan los perros antes y despu¨¦s de concursar. Otros apuntan a que, en tiempos de UKIP, muchos asistentes no ven con buenos ojos el aumento de concursantes extranjeros (3.000 en esta edici¨®n) y alguien pudo volcar su resentimiento en Jagger, una inmigrante europea y, para mayor escarnio, belga. Por no descartar, tampoco se descarta que la perra hubiera comido el veneno fuera del concurso. El prestigioso Kennel Club, organizador del certamen, ha asegurado que colaborar¨¢ con la polic¨ªa para esclarecer el turbio misterio del setter envenenado y limpiar la reputaci¨®n de este Wimbledon de la cr¨ªa de perros.
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