La seguridad frente al conflicto ya no garantiza ganar elecciones en Israel
La desigualdad social prima en los sondeos sobre la agenda centrada en el conflicto que enarbola Netanyahu
¡°La gente est¨¢ harta de [Benjam¨ªn] Netanyahu¡±, proclamaba el s¨¢bado por la noche en el segundo canal de la televisi¨®n israel¨ª el laborista Isaac Herzog, quien por supuesto se ofreci¨® como alternativa. En v¨ªsperas de las legislativas de ma?ana, el primer ministro conservador y el cabeza de lista del centroizquierda se cruzaron acusaciones ¡ªHerzog, en el estudio, y Netanyahu, en directo desde su residencia oficial¡ª en lo m¨¢s parecido a un debate cara a cara que se ha visto en la campa?a electoral.
¡°Van a capitular pronto ante las presiones internacionales¡±, tron¨® el l¨ªder del Likud, para acusar a su rival y a su aliada en la Uni¨®n Sionista, la exministra Tzipi Livni, de no apoyarle ¡°ante el inmenso esfuerzo de seguridad emprendido¡± y de estar dispuestos a retirarse de Jerusal¨¦n oriental y volver a las fronteras anteriores a la guerra de 1967.¡°La comunidad internacional conoce su debilidad y no acepta sus planteamientos¡±, le replic¨® un Herzog que ha ido creciendo en los sondeos a costa de su oponente. ¡°Los palestinos han detectado esa debilidad y por eso han adoptado medidas internacionales¡±, remach¨® el laborista.
Netanyahu ha intentado llevar a su terreno la campa?a, que inaugur¨® el d¨ªa 3 con su pol¨¦mico discurso ante el Congreso de EE UU. Pero el debate centrado exclusivamente en la agenda de seguridad se ha mostrado contraproducente para sus expectativas electorales. Tras encabezar todas las encuestas al disolver hace tres meses la Knesset (120 esca?os en total), el Likud (20 diputados) se ha visto sobrepasado en el ¨²ltimo sondeo autorizado antes de la jornada electoral por la Uni¨®n Sionista (24 esca?os), que ha concurrido a los comicios con un programa de corte social y ha preferido pasar de puntillas sobre la cuesti¨®n palestina o la seguridad regional.
Aunque los datos macroecon¨®micos son positivos ¡ªcon un crecimiento del PIB del 2,9% en 2014, una tasa de desempleo que se sit¨²a en el 6% y una renta per c¨¢pita de 38.000 d¨®lares en el pasado ejercicio¡ª, la desigualdad social no ha dejado de acrecentarse desde que Netanyahu lleg¨® al poder en 2009. El alto precio de las viviendas, de los productos b¨¢sicos de alimentaci¨®n y las elevadas comisiones bancarias han extendido el malestar social desde el estallido de indignaci¨®n social que conmovi¨® en 2011 a la sociedad israel¨ª.
La carest¨ªa de la vivienda irrumpi¨® precisamente en la campa?a electoral con un informe del Interventor General (defensor del pueblo), que constataba un aumento de un 55% del precio de compra entre 2008 y 2013, y de un 30% en los alquileres. Un piso de tama?o medio en Tel Aviv cuesta 650.000 euros, 440.00 en Jerusal¨¦n y 330.000 en Haifa (en el norte del pa¨ªs), mientras que un salario tipo ronda los 2.200 euros mensuales. De manera que un israel¨ª necesitar¨ªa como m¨ªnimo los ingresos de 12 a?os de trabajo para adquirir una vivienda, frente los ocho necesarios en Espa?a o los seis de EE UU. Los analistas atribuyen el recalentamiento del mercado inmobiliario a la presencia de inversores locales y extranjeros, que se ven atra¨ªdos por los bajos intereses de los pr¨¦stamos hipotecarios.
Los partidos de izquierda y de centro est¨¢n haciendo hincapi¨¦ en este grave problema social para echar el anzuelo en los caladeros de votantes del Likud desencantados por la gesti¨®n del Ejecutivo. Moshe Kahlon, que fue ministro de Comunicaciones con Netanyahu antes abandonar el partido gubernamental tras las protestas de los indignados en 2011, presenta ahora con su nuevo partido centrista, Kulanu, un programa para fomentar la competencia econ¨®mica y poner fin a situaciones de cuasimonopolio, como ocurr¨ªa antes en el sector de la telefon¨ªa m¨®vil. Kahlon debe su popularidad ¡ªque le permite contar con hasta 10 esca?os, seg¨²n los sondeo¡ª en la fuerte rebaja de tarifas que propiciaron las medidas liberalizadoras que adopt¨® en los servicios de telecomunicaciones.
Si se confirman sus buenas expectativas, el l¨ªder de Kulanu puede llegar a tener la llave para cerrar un acuerdo de coalici¨®n tras las elecciones de ma?ana. Netanyahu es consciente del auge que est¨¢ cobrando su antiguo ministro y por eso se apresur¨® ayer a ofrecerle que sea su mano derecha para asuntos econ¨®micos. ¡°Independientemente del n¨²mero de esca?os que obtenga, le reservar¨ªa la cartera de Finanzas si tengo que formar de nuevo Gobierno¡±, declar¨® el primer ministro a la Radio estatal israel¨ª. Pero el primer ministro tambi¨¦n comienza a buscar culpables para una eventual derrota en las urnas, al acusar en cada una de sus intervenciones a Gobiernos y magnates extranjeros, cuya identidad no ha desvelado, de estar financiando con ¡°miles de millones de d¨®lares¡± a sus rivales pol¨ªticos para apearle del poder.
Cal y arena en cuestiones sociales
Los datos macroecon¨®micos son positivos. El crecimiento del PIB se situ¨® en el 2,9% en 2014. La tasa de desempleo ronda el 6%. La renta per c¨¢pita alcanz¨® los 38.000 d¨®lares en el pasado ejercicio.
Desde que Netanyahu lleg¨® al poder en 2009 han aumentado el precio de las viviendas y de los productos b¨¢sicos de alimentaci¨®n. Un estallido de indignaci¨®n social conmovi¨® en 2011 a la sociedad israel¨ª.
El Interventor General (defensor del pueblo), ha constatado un aumento del 55% en el precio de compra de casas entre 2008 y 2013, y de un 30% en los alquileres.
Un piso de tama?o medio en Tel Aviv cuesta 650.000 euros, 440.00 en Jerusal¨¦n y 330.000 en Haifa (en el norte del pa¨ªs), mientras que un salario tipo ronda los 2.200 euros mensuales.
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