La dimisi¨®n de un ministro abre una crisis entre Rousseff y el Congreso

A Dilma Rousseff, ya de por s¨ª atribulada y vapuleada en las encuestas, le ha brotado otro frente repentino. La fulminante dimisi¨®n del ministro de Educaci¨®n, Cid Gomes, hecha p¨²blica este mi¨¦rcoles, ha abierto una nueva brecha en las ya turbias relaciones entre la presidenta y la C¨¢mara de Diputados. Gomes acudi¨® al Congreso, instado por los parlamentarios, para que se desdijera de la expresi¨®n ¡°chantajistas¡± que us¨® para describirles (aludiendo a las exigencias de poder que los grupos aliados ponen por delante para seguir colaborando). Gomes no se disculp¨® e insisti¨® en su postura. As¨ª que el Partido del Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o (PMDB, aliado del Gobierno), puso un ¨®rdago encima de la mesa: o el ministro se iba o romp¨ªa la alianza. Rousseff llam¨® al titular de Educaci¨®n y este, poco despu¨¦s, present¨® la dimisi¨®n. Esto ocurre en el mismo d¨ªa en que la presidenta, para enderezar el rumbo de una semana p¨¦sima, anunciaba un paquete de medidas para erradicar la corrupci¨®n.

¡°Somos un Gobierno que no tolera la corrupci¨®n¡±, sentenci¨®?este mi¨¦rcoles la presidenta, del Partido de los Trabajadores (PT), con gesto adusto. No es para menos: todav¨ªa resuenan los ecos de la multitudinaria protesta del domingo contra su Gobierno, le persigue la sombra del gigantesco esquema de corrupci¨®n en la estatal Petrobras y, por si fuera poco, el mi¨¦rcoles se despert¨® con una nueva encuesta seg¨²n la cual su popularidad est¨¢ por los suelos.

Solo tres meses despu¨¦s de haber comenzado su segundo mandato, el 62% de los brasile?os considera la gesti¨®n de Rousseff "mala o muy mala", seg¨²n Datafolha, el instituto de sondeos del peri¨®dico Folha de S. Paulo. Para hacerse una idea: el porcentaje de descontento con el presidente Fernando Collor de Mello en los a?os noventa, antes de dimitir empujado por la posibilidad cierta de que el Parlamento, por medio de un impeachment, le destituyera, era del 68%.

El impeachment no parece una posibilidad cierta para Dilma Rousseff: no se trata de un proceso tan sencillo y el mismo presidente de la C¨¢mara de Diputados, Eduardo Cunha, ha explicado varias veces que no ve razones ni jur¨ªdicas ni pol¨ªticas para llevarlo adelante. Por otro lado, las acusaciones del interminable caso Petrobras cada vez cercan m¨¢s al PT y a la propia presidenta. Medio centenar de pol¨ªticos, en su mayor¨ªa de la base de apoyo al Gobierno, est¨¢n siendo investigados. El lunes, adem¨¢s, los fiscales presentaron nuevos cargos contra el tesorero del PT, Jo?o Vaccari, que ya hab¨ªa sido detenido antes.

La presi¨®n sobre Rousseff, pues, crece. Y este mi¨¦rcoles trat¨® de sacud¨ªrsela con nuevas medidas anti-corrupci¨®n. "Mi compromiso con el combate a la corrupci¨®n es coherente con mi vida personal y con mi actuaci¨®n pol¨ªtica", dijo. Los brasile?os "saben que la corrupci¨®n no fue inventada recientemente", a?adi¨®, antes de asegurar que su Gobierno har¨¢ todo lo que est¨¦ a su alcance para combatirla.

Se tipifica como delito que los partidos oculten dinero de las campa?as, algo que antes solo era infracci¨®n

Entre estas nuevas medidas del Ejecutivo se tipifica como delito penal que los partidos oculten dinero de las campa?as, algo que hasta ahora solo se consideraba una infracci¨®n. "As¨ª se atender¨¢ una demanda de la poblaci¨®n, que quiere elecciones m¨¢s transparentes y limpias", declar¨® Rousseff.

El Gobierno tambi¨¦n pretende impedir a cualquier trabajador p¨²blico aspirar a un puesto oficial si est¨¢ condenado por este tipo de delitos, investigar a todos los servidores p¨²blicos con bienes dif¨ªciles de justificar, y agilizar la confiscaci¨®n de bienes de supuestos corruptos. En cuanto a las empresas, Rousseff ha anunciado el endurecimiento de las penas para los empresarios que participen en sobornos.

El expolio de la que fue la mayor empresa p¨²blica de Am¨¦rica Latina y el gran orgullo de Brasil arroj¨® su ¨²ltima cifra, tambi¨¦n, este mi¨¦rcoles: los medios brasile?os publicaron que 400 millones de d¨®lares permanecen congelados en Suiza. Los bancos de este pa¨ªs ya han devuelto unos 120 millones a Brasil. Esto, en el contexto de una situaci¨®n econ¨®mica fr¨¢gil, y en el que hasta parte del PT se opone a las propuestas del nuevo ministro de Econom¨ªa, Joaquim Levy: m¨¢s ajuste fiscal, subida de los impuestos y un gasto p¨²blico contenido.

El aislamiento de Rousseff es cada vez m¨¢s evidente: a la econom¨ªa d¨¦bil y amenazada por la recesi¨®n, a las divergencias pol¨ªticas en la C¨¢mara de Diputados y a un rosario de manifestaciones protagonizadas por la clase media que han convulsionado este pa¨ªs se le ha unido un nuevo frente imprevisto: este mi¨¦rcoles, el Movimiento de Trabajadores Sin Techo de Brasil sali¨® a la calle en 13 Estados para pedir que arranque la tercera fase del programa de vivienda p¨²blica Minha Casa Minha Vida, emblema de las pol¨ªticas sociales del Partido de los Trabajadores y de Rousseff y una de las principales promesas sobre las que gravit¨® en las pasadas elecciones.