La 2? vuelta de Netanyahu

El primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, se dispone a iniciar un cuarto mandato, contra el insistente pron¨®stico de las encuestas. Pero para que su triunfo sea a¨²n m¨¢s excepcional deber¨ªa vencer en una segunda vuelta: la negociaci¨®n de EE UU y adl¨¢teres sobre las ambiciones del programa nuclear de Teher¨¢n.

El l¨ªder del Likud ha empe?ado solemnemente su palabra ante un electorado ¡ªsensible a sus posiciones estent¨®reamente radicales¡ª de que los iran¨ªes no dispondr¨ªan jam¨¢s del arma at¨®mica y daba por sentado que el preacuerdo, que deber¨ªa estar listo para el d¨ªa 31, no garantizar¨ªa esa eventualidad. El reciente viaje de Netanyahu a Washington para hablar ante el Congreso quer¨ªa obtener el reaseguro de que, si hab¨ªa pacto, la mayor¨ªa republicana en las C¨¢maras se sublevar¨ªa contra su aplicaci¨®n. Y todo ello sin descontar que Israel pudiera tomarse la justicia por su mano atacando Ir¨¢n, como ya hizo en 1981, cuando destruy¨® en una audaz operaci¨®n a¨¦rea el reactor nuclear iraqu¨ª de Osirak.

Pacto s¨ª o pacto no dibujan realidades potencialmente muy distintas. El acuerdo, que deber¨ªa ratificarse en junio, no reintegrar¨ªa de lleno ni inmediatamente a Teher¨¢n en el concierto de las naciones, como tampoco es para ma?ana el restablecimiento de relaciones entre Cuba y EE UU, pero ambas son decisivas apuestas de Obama para cambiar la faz de su segundo periodo presidencial. Si pacto hubiera, desaparecer¨ªa un gran obst¨¢culo contra la colaboraci¨®n activa de la aviaci¨®n y de los recursos militares norteamericanos con la Guardia Revolucionaria iran¨ª en la guerra terrestre que se libra al yihadismo califal. Ese acercamiento es el gran temor de Netanyahu, probablemente m¨¢s que la propia bomba, que Teher¨¢n se guardar¨ªa veros¨ªmilmente de esgrimir contra los 200 o m¨¢s ingenios nucleares que posee el Estado sionista. Una gran coalici¨®n de ¨¢rabes, en su mayor¨ªa sun¨ªes; iran¨ªes, de obediencia chi¨ª; y EE UU contra el enemigo com¨²n: el yihadismo, militantemente sun¨ª, torpedear¨ªa la plataforma pol¨ªtica del primer ministro que identifica a todo ¨¢rabe, cualquiera que sea su filiaci¨®n isl¨¢mica, con el terrorismo del neocalifato.

Netanyahu estaba diciendo virtualmente otro tanto, cuando en la campa?a electoral exhortaba a oponer una muralla, esta vez de sufragios, a las masas ¨¢rabes que amenazaban con votar en mayor n¨²mero que nunca en las elecciones del pasado d¨ªa 17; con la intenci¨®n de fondo, seg¨²n el primer ministro, de acabar con el Estado de Israel. Como escribi¨® en el diario Haaretz el gran periodista Gideon Levy, el Gobierno del Likud culminaba as¨ª ¡°seis a?os de sembrar miedo y ansiedad, odio y desesperaci¨®n¡±. Y no es que Netanyahu se sepa todos los trucos; sino que ¨¦l es el truco.

En los d¨ªas que faltan para fin de mes, que las partes abordan con variable optimismo, se jugar¨¢ esa segunda vuelta que remate o limite la victoria de la primera. No hay que dudar, sin embargo, de que Netanyahu estar¨¢ preparado para sacar el m¨¢ximo provecho tanto de uno como de otro resultado. Si no hay acuerdo, mejor; pero si lo hay, cuenta con la facci¨®n republicana del Congreso para hacer todo el da?o imaginable al segundo y ¨²ltimo mandato del presidente Obama.